Sexto minuto

1.4K 287 94
                                    

Ya no queda nada más que pensar hija mía, ya está todo decidido.

Sé que te estás muriendo de los nervios; sé que por dentro te come la inseguridad; sé que, sencillamente, tienes miedo.
Y todo esto lo sé por la manera en la que aprietas mi brazo.

Algún día, con el tiempo, aprenderás que lo que verdaderamente nos hace grandes son los pequeños detalles. Esos que siempre están ahí, queriéndote decir tantas cosas... Y esos a los que nunca dejamos hablar.

Pobres de nosotros.

Pero aquí la protagonista eres tú, así que, ¡tranquila! Hemos superado todo juntos y ésto no iba a ser menos. Además, tú decisión, por mucho que me duela aceptarla, es una de las más maravillosas que tendrás el honor de tomar en toda tu vida.

Has cambiado mi mundo, cariño. Sin ti, no soy más que un viejo al que se le van los cables y pierde el juicio de vez en cuando. Aunque, por muy loco que pueda llegar a estar, sé que adoras a este gruñón, al igual que yo sé que por ti sería capaz de todo.
Quizá suene un poco típico, pero déjame decirte que un "todo" solo se atreven a decirlo aquellas personas a los que le sabe a poco cualquier palabra, aquellas personas que son valientes, seguras de sí mismas. Sí, tú me has hecho sentirme así, me has ayudado a ser más fuerte.

Nunca seré capaz de agradecerte todo lo que has hecho por mí y que tú ni siquiera sabes.
Cuantas veces he querido decirte que yo seré el hombre que más te querrá en toda tu vida. Yo, tu padre. Y sé bien que lo sabes, pero tú, rebelde mía, dentro de poco soltarás nuestro agarre.

A mí no pudo acompañarme mi madre, pero te pareces tanto a ella. Cuánto le hubiera gustado tenerte y cuánto me hubiera gustado a mi verte con ella. No pudo ser, pero tú sí me tienes a mí.
Y dije que siempre estaría a tu lado así que, demos ya, por fin, este gran paso juntos. Es hora de avanzar amor.

Y empezamos a caminar por el largo pasillo.

Porque no paré en apreciarte más, en mirar cada detalle, en cómo tu risa iba cambiando, en cómo me ibas dejando atrás. Tu padre está ya muy viejo. Lo que no sabes es que, por mucho tiempo que pase, yo siempre estaré ahí para levantarte. Juntos formamos el mejor equipo.

Y damos más pasos, siguiendo nuestro ritmo. Nuestra sintonía siempre ha sido perfecta.

Eres joven, vive, sé fuerte. Tienes una gran vida por delante.

Continuamos con nuestro caminar.

Ojalá algún día llegues a ver lo mucho que te quiero.

Y seguimos, pero no puedo, paro y me miras extrañada con esos ojos tan propios de tu madre.

Ya no sé cuántas veces te he dicho que te quiero, estarás harta de oírlo seguramente. Pero déjame decírtelo en este último paseo mientras sigues siendo mi pequeña:

—Te quiero cariño —susurro sin quitar la vista de su mirada.

La gente comienza a murmurar, pero yo solo pongo mi atención en ti y en como tus ojos se tornan más suaves. Te tiras a mis brazos de repente.

—Yo también te quiero, papá —dices en mi oído mientras seguimos abrazados.

Y, lleno de alegría, me emociono. Siempre le cuesta decirlo pero hoy no, hoy nos ha dado por estar sensibles, viene de familia.

Estuvimos un rato así, dejando pasar el tiempo, disfrutando, meramente, de estar así tras mucho tiempo.

Pero hemos de seguir y, a cada paso, recuerdo cuando eras más joven:

Cuando me dijiste que tú solo jugabas a las princesas, que los superhéroes eran cosa de chicos.

Cuando preguntabas extrañada por tu abuela y yo te decía que siempre estaba contigo.

Cuando tu risa resonaba por toda la casa llenándola de juventud.

Y, sin darme cuenta, llegamos. ¿Cómo hemos llegado tan rapido? ¿Cómo te has ido tan rapido de mis brazos? Aún me ha faltado mucho por enseñarte. Pero sé que él lo hará mucho mejor que yo, así que es hora de pasar el testigo.

Te suelto y avanzas. Le miras y os sonríes de la misma forma en la tu madre y yo lo hacemos, confirmando así, que la decisión ha sido la correcta. Y estabas tan insegura hija mía.

Con esto, paso a sentarme al lado de mi otro amor y me pregunto si habrá tenido todas esas inseguridades cuando nos casamos. Ella solo me sonríe y me coge de la mano disipando todas esas tonterías.

Sí, hemos hecho un gran trabajo juntos, cariño.

Y, fijándome en el altar, veo a mi niña y está preciosa.

Por mucho que crezcas, por mucho que pienses que no me necesites, para este viejo siempre serás su pequeña.

Te quiero.

Y es que los  minutos nunca se encuentran vacíos, su sonido está siempre compuesto por los sentimientos de aquellos que recuerdan. Por aquellos que han dado valor a su vida, han conformado su historia y han definido su nombre.

.....................................................................................................................................

¡Hola! 👋🏼 ¿Qué tal lleváis este nuevo año?  Espero que muy bien 😊.

Cabe decir, que este capítulo está totalmente sacado de la manga ya que, cuando escribí la historia, en su tiempo, solo eran seis minutos y este no estaba 😂.

Solo espero que os haya gustado tanto como a mí me ha gustado escribirlo.

Muchísimas gracias por leer ❤️.

Nos leemos,
                         Alicia 💃🏽

Siete minutos y medioWhere stories live. Discover now