Mi pequeño y gran secreto

Mi lugar es a su lado

ANA

Es increíble cómo pasa el tiempo rápidamente mi bebé ahora tiene tres meses y hoy haremos una pequeña celebración en honor a Robert quien lleva unos días aquí con nosotros y al parecer se encuentra algo molesto con Jona en cierto momento llegue a pensar que Robert está molesto debido a que yo y mi bebé seguimos viviendo con Jona pero cuando lo veo jugar y disfrutar de mi pequeño Oriel esa sensación se esfuma así que me imagino que su molestia se debe a alguna cuestión del trabajo ya que desde que nació mi pequeño, mi amigo Jona no ha tenido oportunidad de ir o más bien no ha querido alejarse de mi bebé.

Termino de colocar la mesa y el primero en entrar al comedor es Robert y detrás de él viene Jona con mi bebé en brazos, me acerco a ellos y tomo a mi bebé de los brazos de Jona para después colocarlo en su porta bebé y así poder comer todos tranquilamente pero al parecer el pequeño Oriel no piensa de la misma manera ya que comienza a renegar por lo que yo comienzo a mecerlo pero el comienza a llorar, Robert que ya se encuentra en su asiento se levanta y se acerca al porta bebé y se inclina hacia el así que dejo de mecerlo, mi bebé deja de llorar en cuanto lo ve lo cual me sorprende pero me sorprendo más al escuchar a mi pequeño chantajista reír mientras Robert lo toma en brazos liberándolo del porta bebé.

- Papá si gustas dámelo yo lo cuido mientras ustedes comen – dice Jona al ver que su padre acomoda al pequeño en un solo brazo y comienza a comer.

- No, así estoy bien además el campeón quiere acompañarnos a comer – y como si mi bebé entendiera lo que dice en respuesta suelta una pequeña carcajada – además esto es lo más cerca que voy a estar de ser abuela – le dirige una mirada retadora a Jona.

Jona toma mi mano notando mi incomodidad con lo que acaba de suceder – ¡Papá! – Dice un poco molesto mi amigo – ella es mi esposa – ante sus palabras me tenso y no por que no sea verdad sino que nunca que lo había mencionada – y el pequeño Oriel lleva mi apellido así que es tu nieto – dice esto último con tal seguridad que cualquiera pensaría que realmente Jona es el padre de mi hijo.

Robert se aclara la garganta y me dirige una mirada de arrepentimiento – Lo lamento Ana no es que tenga nada contra este pequeño – dice con una gran sonrisa mientras mi bebé toma uno de sus dedos con su pequeña manita regordeta – ni contra a ti, por favor no me lo tomes a mal.

Yo asiento en respuesta y los tres comenzamos a comer en un silencio incomodo pero es Jona quien acaba con el silencio cuando comienza con sus bromas e incluso Robert se ríe de estas y cuando llega el momento del pastel Jona intenta quitarle a mi bebé a Robert pero este se niega conociendo las intenciones de su hijo así que al final solo cantamos las mañanitas y cuando Robert está comiendo su rebanada de pastel una manita regordeta impacta en la mejilla de este llenándole parte de la barba con betún, Jona comienza a reír y yo al contrario me preocupo de que mi pequeño se vaya a meter su manita a la boca ya que aún es muy pequeño para comer dulces y justo cuando me acerco para limpiar su manita ocurre lo que quería evitar, mi bebé comienza a succionar su manita saboreando lo dulce del betún y cuando está ya no tiene ni rastro del betún mi pequeño comienza hacer un pequeño puchero para después ser remplazado por el llanto, Jona quien aún se encontraba riendo deja de hacerlo y Robert toma un poco de betún con su dedo y se lo que pretende por lo que tomo a mi bebé alejándolo de Robert.

- Se acabó el dulce para este pequeño – mi bebé comienza a llorar más así que intento calmarlo pero nada funciona.

- Por qué no le das leche materna, la tuya es muy dulce – tanto Robert y yo lo volteamos a ver y Jona solo se sonroja – estaba más que dormido que despierto y no me di cuenta que tome uno de los envases donde guardas tu leche – Robert comienza a reír a carcajadas y lo hace más al notar la vergüenza que expresa el rostro de Jona – pensé que era el jugo.