CAPÍTULO TRES

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PERTENECER A ELLOS

-Siempre he sido un hombre temeroso y la situación era por no exagerar; desconcertante -Ella seguía escuchándolo como si de eso fuera a obtener un consejo vital, y no era la atención que le prestaba lo que lo intrigaba, era aquellos ojos castaños lo que lo invitaban a proseguir- Pero me dije a mí mismo... No, me prometí a mi mismo luchar por mis metas y ser como mi padre, mi abuela e incluso mi bisabuelo. Cada uno de ellos con la voluntad y el valor más increíble que jamás, nunca jamás podremos conocer. Hazlo por ti señorita... -No sabía su nombre y aún así sentía un vínculo uniéndolos.

-Sharpe. Isis Sharpe -Èl abrió sus ojos como dos planetas en órbita, aquélla casualidad era inmensa. No imaginaba conocer a alguien con el apellido de sus antecesores, pero allí estaba, frente a una chica que de paso era hermosa.

Tampoco imaginó o cruzo por su mente la posibilidad de ser parientes.

-¿Disculpe a dicho Sharpe? -Ella asintió algo intimidada, supuso que al ser británico sabría de memoria la tragedia ocurrida en Cumberland- Un apellido con mucha fuerza e historia. Al menos en donde yo vivía.

Ella no quiso entrar en detalle y él a creer ignorante a la chica prefirió evadir la conversación y proseguir la que ya tenían establecida.

-Bueno doctora Sharpe, todo lo que decida hacer en esta vida hágalo por usted, para que éste orgullosa de lo que ha logrado por sí misma -Una vez dicho eso extendió su mano para así tomar sus referencias de estudio- Es muy buena por lo que veo, pero sigue mostrándose tímida ante alguien que según su mente es de mayor jerarquía.

-No es timidez doctor Laing -A diferencia de él, ella sabía mucho sobre su camino en la medicina y como consecuencia reconocía su nombre y apellido, aunque jamás imagino un hombre tan joven ni decir guapo o su parentesco con su familia- Es respeto.

El asintió a aquella excelente respuesta intentando ignorar el obvio temblor de manos que ella presentaba, la verdad es que se estaba muriendo por dentro de los nervios.

-Bueno, eso es todo -Isis sintió el rechazo en todo su cuerpo e incluso unas ganas de llorar que soportaría solo por orgullo- Nos vemos...

Ella asintió y se levanto aceptando el apretón de manos que él le ofrecía. Se sentía mal, había empezado un mal día con aquella pesadilla y ahora... Observo como él le impedía que abriera la puerta y con sus suaves manos le acariciaba el rostro hasta hacerla mirar sus propios ojos.

-¿Se encuentra bien doctora Sharpe? -Su cara reflejaba preocupación y la de ella dolor.

Las lágrimas cubrieron su rostro y ella como pudo las limpio alejándose de él.

-Lo estoy. Solo que es mi primera vez y no pensé... -Y era la verdad, nunca imaginó lo difícil que era la vida fuera de su casa.

-Te acostumbrarás, como te dije hace un momento, te espero el lunes a las ocho en punto. Se puntual por favor.

-¿El Lunes? ¿O-Ocho en punto? -La sorpresa era notoria.

Y es que era tan negativa que no imagino ser capaz de conseguir ese empleo. El doctor Laing sonrió por aquella inseguridad que ella mostraba, sin saber porque se sentía atraído a eso y era algo que se le estaba negado, cosa que lo tenía aun más pensativo.

*

Después de un largo día de trabajo y entrevistas, Thomas salió de su consultorio y enseguida llamo a su padre para contarle como le había ido en su elección. Su padre se mostró tan sorprendido como él con el apellido de la chica y le recordó que no debía abrir su corazón a sentimientos, era obvio lo que sucedía, se le notaba en su energía al hablar sobre la chica y aquella simple oración lo desmoronó. Era libre de aquella mansión maldita donde a diario era perseguido por espíritus deseosos de venganza, pero no de su apellido antecesor. 

AUNQUE AHORA NO ERA UN SHARPE, EL PROVENÍA DE ELLOS Y PERTENECÍA A ELLOS.

-Lo sé padre -Observo las llaves de su automóvil mientras abría la puerta- Se quién soy y a quién fui prometido.

-Hijo mío, perdóname si te robo la felicidad pero tu abuela así lo hizo. De no ser por ella quizás donde estuviéramos, al menos nos dejo algo de respeto para nosotros -Le respondió del otro lado de la línea.

-¿Alguna vez has visto a esos malditos espectros? -La negativa de su padre le animo a proseguir- Pues yo sí, y solo debo decir que nada peor que eso nos pudo ocurrir -Colgó la llamada molesto, no quería decir cosas de las cuales luego se arrepentiría, después de todo simpatizaba con uno de esos seres de cartílago, hueso, carbón y humo.

Subió a su auto y encendió un cigarrillo, abrió la ventana para dejar que el aire ventilara el interior y se dedico a observar al frente sin ningún punto fijo en la mirada. Lo peor no era estar en un país ajeno al suyo, un acento distinto al conocido. Lo peor no era observar al mundo con miedo de ser juzgado por crímenes que nunca cometió. Lo peor era que él perdonaba a esos que habían sido llamado monstruos, que había aceptado el destino que su abuela le había entregado. Lo peor era sentirse usado y aun así no poder enojarse, saber que todo a su alrededor estaba mal y desear aun así que siguiera el mismo curso, lo normal que él conocía.

Que nada lo cambiaría.

*

Ya en su casa se acostó en el mueble de cuero negro que tenía en su sala, tiro el saco al piso y saco de su bolsillo un reloj antiguo que perteneció a su tatarabuelo.

-¿Porque permitiste que todo ese horror sucediera? -Susurro a la vez que acariciaba el objeto.

-¿El horror? El horror fue por amor.



Sueño Escarlata [FanFic Crimson Peak]Where stories live. Discover now