Capitulo 24. Los jefes de Quevedo

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—Jo, Helena eres una aguafiestas.―protestó Bel sentándose y cruzándose de brazos, la rubia se llevó las manos a la cabeza.―No me ha dado tiempo de saber de qué instituto eran, ni cómo se llamaban, si tenían facebook, twitter, tuenti o si tenían novia.

—¿Qué eres?¿una acosadora?―preguntó Helena levantando las cejas significativamente, la pelinegra se sonrojó avergonzada y se escondió en su asiento pero sin apartar la mirada de los tres chicos. Helena suspiró consternada y se acercó a Jose. ―Creo que Bel está en celo.

Jose sonrió divertido ante el comentario de la rubia pero no dijo nada ya que Bel los miraba enfadada.

—¿Esos no son Nora y Matt?―preguntó Evan señalando hacia la puerta de cristal, Jose se dio la vuelta y los vio.

La morena estaba en la puerta esperando a que el rubio entrase, ya que éste estaba por fuera hablando por un walkie-talkie. Se fijó en Nora, llevaba un chándal azul y en el pelo llevaba una pequeña diadema a juego con el chándal y dos pequeñas coletas. Matt como siempre iba vestido totalmente de negro, el rubio sacudió la cabeza y entró al local. Una vez que ambos estuvieron dentro se dirigieron al mostrador y tras dejar al camarero pálido Nora sacó un enorme tarro de plástico del bolso con monedas  y se lo entregó al camarero que al verlo llamó enseguida al encargado.

—¡Nora, Matt!―gritó Bel captando la atención de ambos chicos que al verlos cogieron el ticket y se acercaron a ellos.―¿Qué le habéis dicho a los camareros?

—Que queremos ciento cincuenta hamburguesas de un euro, setenta y cinco con pepinillo y el resto sin pepinillo y les hemos pagado con un tarro lleno de monedas de cincuenta, veinte y diez céntimos.―explicó Matt con una sonrisa diabólica, Nora a su lado sacó un libro de su bolso y se puso a leer.

Jose no pudo evitar recordar el incidente del coche y un escalofrío le recorrió la espalda, desde entonces no había vuelto a tener contacto con la chica; pero claro ella había formado un grupo de estudio con su hermana, Matt, Ann, Sonia, Dan y Triz y desaparecían todos los recreos. ¿Cómo le habrá ido en los exámenes?

—Cuánto tiempo sin vernos mi preciosa Nora―el chico rubio ligón de la otra mesa abrazaba a Nora por las espalda, la morena completamente roja cerró el libro y se dio la vuelta para atizarle pero él se agachó rápidamente y la esquivó sin problemas.―Hieres mis sentimientos lo sabes, ¿no?

Jose arqueó una ceja, ¿de qué iba ese? ¿y de qué conocía a Nora? Vio como no sólo el rubio ligón estaba ahí, los otros dos chicos también se habían acercado hasta ellos e intercambiaban miradas con Matt y Nora. Jose observó al tercer chico, era asiático y tenía el pelo liso y largo sobresaliéndole por debajo de un gorro de color naranja que iba a juego con sus gafas cuadradas.

—Pensaba que teníais la entrada prohibida al centro comercial.―dijo el asiático mirando hacia Matt, el rubio se revolvió el pelo y sacó el walkie-talkie del bolsillo.

¿Por qué el ambiente era tan tenso? Por suerte, él no era el único que lo había notado ya que Helena también estaba observando la situación detenidamente sin mediar palabra; al contrario que Bel que sólo le faltaba lanzarse sobre el rubio ligón y desnudarlo allí mismo.

—Los demás tienen la entrada prohibida, nosotros dos no.―explicó Matt, el pelirrojo y el asiático intercambiaron miradas.

—¿No os han dicho que debéis huir rápido del lugar del crimen?―dijo el chico de pelo rojo con regodeo. ―Pero que se puede esperar de los alumnos de Góngora si sus jefes son chicas.

—Tengo que recordarte que Dafne y Ann te mandaron al hospital un mes.―dijo Matt con orgullo haciendo callar al chico, su amigo le dio un golpe en la espalda y se rió de él. ―Por no mencionar que Sonia le partió la pierna a Ren por tres sitios distintos.

Tienes que ser tú (TQST Libro #1)©Where stories live. Discover now