Piedras En El Camino

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Steven

Estar echado en una cama conectado varios tubos con fluidos me estaba volviendo loco.

Necesitaba hablar con alguien, las enfermeras solo trataban de besarme cuando yo estaba durmiendo pero por suerte siempre me despertaba antes de que lo hicieran.

Por ahora solo pensaba en salir de este lugar lo más antes posible.

-¿Puedo pasar? -escuché una voz femenina

No respondí. No tenía ganas de soportar a ninguna tonta enfermera.

Sin embargo los toques se hicieron más insistentes.

-¡Vete de una vez! -grité -estoy bien, no necesito nada

-Traigo ropa limpia -su voz sonaba triste

Me quedé en silencio un rato, pensé en ignorarla pero la chica parecía persistente.

-Entra -dije de mala gana

La chica entró, no vestía como enfermera y tampoco me miraba ni sonreía tratando de ligar.

Simplemente se limitó a dejar la ropa en la repisa.

-¿Necesitas algo más? -esta vez me miró

La reconocí, era aquella chica que entró la última vez cuando Zoe y Nicolas estaban aquí.

Negué a su pregunta.

-Bien -dijo encaminandose a la puerta

-Oye espera -quería saber más de ella, esta chica me traía curiosidad

-¿Si? -su voz sonó esperanzada

-Tu eres... eres -noté brillo en sus ojos -¿eres una enfermera?

-No lo soy -respondió

-¿Entonces porqué entraste a mi cuarto la última vez y porqué estas aquí ahora?

-Entré a tu cuarto la vez pasada porque me confundí de habitación

Sabía que lo que me decía era mentira.

-No es cierto, tu conocías a mis amigos

-Porque también son mis amigos. Es un mundo pequeño Stev -dijo tranquila

No respondí, nos quedamos en silencio.

Ella me hacía recordar a mi madre, eso me irritaba sin embargo me sentía bien cuando conversaba con ella. Era diferente a las otras chicas, tenía una personalidad cómoda y no se preocupaba por su apariencia.

-¿Cuál es tu nombre? -pregunté

-Diann

-¿Como sabias mi nombre?

-¿Qué?

-Me dijiste Stev, sabías mi nombre

-Eso es porque en la puerta está tu nombre -respondió con una sonrisita

Cierto. Soy un estúpido.

La miré, ella se había sonrojado. Quería seguir hablándole pero no tenía tema alguno de conversación con ella.

De repente la puerta de abrió, apreció una chica caminando alocadamente hacia mi. Era Devlin.

-Steven, apenas me enteré de que tuviste un accidente traté de venir lo más rápido posible -me abrazó poniendo mi cabeza cerca a sus pecho -¿cómo te encuentras? ¿te duele algo?

Si estas conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora