Imposiblemente posible [Príncipe Harry fanfic]

Capitulo 21

Todos estaban posicionados en una fila, uno al lado del otro, Harry era el último. Sonriente y dándoles un apretón de manos a cada uno justo antes de entregarles los costosos relojes llegué al pelirrojo que me miraba con una gran sonrisa cómplice. Había decenas de cámaras esperando por el momento en el que nos besáramos, pero yo había prometido que no habría besos en público hasta el momento del balcón y me mantenía firme en mi promesa.

Yo: Henry te dije que debíamos romperle la pierna a Nacho antes del partido –Y todos estallaron en risa-

Harry: Vale, tendré que seguir tus consejos la próxima vez

Yo: No, no, no, la solución es que no lo invites más –Y volvimos a reír-

Nacho: Me emborracharé en tu boda –Me gritó en español-

Yo: No me amenaces –Lo regañé bromeando-

Le di el reloj a Harry mientras palmeaba su hombro y le daba un choque en la mejilla, esos que llamamos "besos" pero que están alejados de serlo.

Era la ultima cena junto a la familia real de Lesotho y al otro día regresaríamos a Inglaterra definitivamente para estar inmersos en la boda.

Yo escogí un vestido verde de valentino con encaje verde y apliques marroquíes en dorado, joyería de oro y ónix, unos zapatos negros asimétricos y un clutch muy básico en negro, mi pelo estaba ordenado en una media cola alborotada y con volumen para darle frescura al atuendo.

Al llegar al palacio real por la cena, pude notar que Harry se sintió un poco decepcionado por el hecho de que la reina Masenate y yo entrelazáramos nuestros brazos y recorriéramos el palacio como si fuéramos amigas de antaño y que con la esposa de Seeiso apenas hubiese un saludo un tanto frívolo.

Harry me hizo una seña de que hablase con Mabereng porque la estábamos "excluyendo" a la hora de la cena, por lo que cuando Masenate se decidió a masticar y me dejó dos segundos libres miré a Mabereng y le dije "que bonito te sienta el blanco" yo consideraba que el blanco me quedaba horrible porque soy pálida por lo que cuando veía a alguien a quien el blanco le sentaba me sentía en la obligación de comentarlo. Ella solo me respondió con una sonrisa y continuó mirando su plato. Le hice una seña a Harry como diciendo "joder, estoy tratando" pero Seeiso me observó también y malinterpretó la seña, al menos eso creo por su ceño fruncido pero no hizo ningún comentario.

Durante la velada continué hablando con Masenate y Mabereng se acopló a los hombres ignorando nuestros intentos de sumarla a la plática.

A la hora de despedirse agradecimos cada una de las hospitalidades y yo los invité a los cuatro a la boda.

Al volver al chalet me quite los zapatos y me tiré sobre la cama, esta estaba había sido cumplida con creces porque al parecer me catapultó a la popularidad en Inglaterra.