Día 4

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Estoy tranquilamente pintando en mi libro de matemáticas cuando tocan a la puerta de clase. Sigo pintando, es sólo la conserje.
-¿Cristina Romero? — todos me miran.
-Eh..eh..ehhhh... ¿Sí?
-Ven un momento por favor, coge tus cosas.
Me levanto y me dirijo hacia ella. Cierra la puerta y me comenta que debo ir al aula B3, nunca había oído hablar de ella.
Cuando la encuentro, me doy cuenta de todo. La sala del psicólogo, genial. Entro, qué otra cosa puedo hacer. No hay nadie, me siento y espero, pienso qué me ha podido llevar hasta allí.
Se abre la puerta. Ni me molesto en girarme.

-Hola — recuerdo esa voz... ¡¡¡No puede ser!!!
-Hola Iván, ¿qué haces aquí?
-¿Y tú?
-No lo sé la verdad.
-Mis padres se han separado, dicen que no soy igual que antes, pero qué quieren... Bueno, da igual, no sé qué hago contándole mis problemas a una desconocida.
-Pues parece que no hay nada mejor que hacer, pero en fin... — intento hacer caso a Alicia y no parecer tímida, pero soy como soy.
-No le faltará mucho, nunca llega tarde.
-¿Así que has venido antes?
-Sí, da igual — saca el móvil y empieza a escribir.

Si él lo saca, ¿por qué yo no? Hago lo mismo. Espera... ¿Con quién hablo? Alicia no tiene móvil... Juego al Candy Crush, el único que tengo.

-Perdonad el retraso, chicos. ¿Comenzamos?

Necesito ser yo mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora