Capítulo 2: "37 SERIE B"

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Tras unos segundos en shock, y después de analizar la escena, salí corriendo y gritando de puro pánico escaleras abajo.

Aquella casa nunca me había parecido tan grande, recorrí el trayecto hacia la puerta lo más rápido que me permitían las piernas. Estaba a punto de alcanzarla para salir y pedir ayuda pero un fuerte golpe en la cabeza me lo impidió, caí al suelo perdiendo la consciencia.

No se exactamente el tiempo que pasó hasta que me desperté en aquel curioso lugar, nunca antes había estado allí, parecía un casino o algún tipo de casa de juegos privada.

Miré a mi al rededor y vi a otras chicas africanas en la sala acristalada en la que me encontraba. Parecían muy felices, y yo ni siquiera podía hablar del miedo, me temblaban hasta las pestañas y el hecho de no saber que estaba pasando me hacía temblar aún más (si eso fuera posible).

Me quede muy quieta y analicé con detalle todo lo que me rodeaba. Para empezar nos encontrábamos en una especie de cubículo hecho de cristal, como una vitrina...? No lo tengo muy claro... Estábamos en el centro de una gran sala rodeadas de gente jugando al poker, al billar, a la ruleta etc... Parecía gente de dinero, bien vestidos con trajes buenos e impecables camisas de marca. Estaba bastante llena, me llamó la atención que casi todos, jugadores y "trabajadores" fueran blancos ya que, se suponía que estábamos en África donde la mayor parte de la población era, obviamente, negra. Aunque pensándolo bien en ese país había un montón de fábricas y empresas extranjeras como la de Henry...

Henry... Laurence... O dios mio, lo había olvidado... No... Seguro que odo esto es un maldito sueño. Joder, porque no suena ya mi puto despertador!? No puedo más, esta macabra pesadilla acabará por volverme loca.

No era un sueño, era la jodida realidad... Lo supe porque una de las chicas me cogió la mano y, tratando de hablar en mi idioma me dijo que me levantase y me secara las lágrimas que habían comenzado a brotar cuando recordé a mis... Bueno... Ex-padrastros (?). Puede que fuesen los nervios y la tensión del momento pero me levanté sin pensarlo e hice lo que me recomendó la chica. Me levanté limpié mi cara con la manga de la camisa que por algún motivo desconocido llevaba puesta y sonreí al igual que las demás. La sonrisa más falsa de toda mi vida.

Pero qué está pasando? Qué estoy haciendo?

Entonces fue cuando me fijé en que todas vestíamos igual, como un uniforme de camarera sexy de casino o que sé yo... Tenía algo de frío pero eso era lo menos importante.

Temía preguntarles a las demás chicas sobre todo aquello pero mi timidez y la confusión del momento, sumados a la posibilidad de una mala contestación, solo me permitieron articular un "hola" tembloroso.

- Hola, no tengas miedo, sólo muestra tu mejor sonrisa.- dijo la chica que estaba a mi lado.

Era una muchacha alta y esbelta, muy guapa y que tenía unos increíbles ojos azules.

- Q-que?- dije confusa.

- Me llamo Amanda, lo siento pero no nos está permitido conversar aquí.- dijo con tono firme.

Maldita sea Amanda, explícate.

No lo hizo, siguió con su papel de risitas cautivadoras...

- Queridos visitantes, dentro de unos minutos dará comienzo la subasta más especial del mes, saquen sus talonarios y no olviden sus entradas, él regalo especial de la noche se sorteará entre todos ustedes a través de un sorteo con su número y serie!- dijo una voz de locutor de feria entusiasmado.

Subasta? Regalos? Pero qué...??

La gente comenzó a acercarse a nuestra vitrina. Por lo que deduje, estaba completamente insonorizada, todo lo que oíamos del exterior provenía de un altavoz por donde se escuchaba al locutor chiflado.

Y ahora porqué nos miran? Acaso no seremos nosotras... No, imposible, por dios somos personas, no pueden vendernos... O si?

Si, claro que podían... La situación me sobrepasaba, y yo no reaccioné, únicamente sonreía como una estúpida con la mirada pérdida y absorta en mis confusos y oscuros pensamientos.

Las luces se apagaron como en un teatro y entonces unos focos abrasadores se encendieron. Me cegaron, no podía ver nada, era horrible pero aún así seguí sonriendo como si me fuese la vida en ello, y probablemente era así...

Escuchaba a las chicas alborotadas, muy felices y contentas. Estaban emocionadísimas, como si llevasen esperando ese momento toda su vida.

- Que afortunada eres Alison.- dijo otra de las chicas.

Cómo sabe mi nombre? Afortunada? Enserio? Por qué? No entiendo nada, quiero morirme.

- Qué?- parecía que era lo único que sabía decir: "Qué?" - Co-cómo sabes mi nombre? Que está pasando?- dije entre temblores.

No recibí respuesta alguna. Entonces el altavoz comenzó a emitir sonidos de nuevo:

- En primer lugar comenzaremos con el esperado regalo especial!-

Todos los focos se apagaron salvo el que me apuntaba a mi.

- Señoras y señores la mano inocente cogerá una bola al azar. Procede. Bien, el número de afortunado es...-

Hubo un pequeño silencio que prosiguió con un redoble de tambores claramente falso. Sí claro, porque eso es lo que importa. La voz retomó su protagonismo:

- EL NÚMERO 37 SERIE B, Enhorabuena caballero, podrá recoger su premio al terminar la subasta-




The Light Behind Your Eyes {Frank Iero}Onde histórias criam vida. Descubra agora