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Era un día como otro cualquiera en el pequeño pueblo de Konoha cuando una chica más o menos alta delgada de ojos (T/CO) y pelo (T/CP) llegó para empezar a vivir allí. (T/N) estaba harta del ajetreo y el ruido de la ciudad por lo que decidió mudarse a este pequeño pueblo desconocido por muchas personas.

(T/N) había vivido algún que otro verano en este pueblo, ya que su madre vivió toda su vida allí hasta que conoció a un chico, por el cual abandonó a uno de los hombres más ricos de toda la zona, Madara Uchiha. Su madre no se arrepintió en ningún momento pero si lo hizo cuando su marido murió quedándose sin nada de dinero.

Al llegar, (T/N) fue directa a una de las casas más grandes de Konoha. De pequeña, había sido muy amiga de los hijos del que había podido ser su padre. Tus amigos siempre fueron: el hijo menor, Sasuke, un chico bastante callado y que no se relacionaba con mucha gente. El hijo mayor, Itachi, un chico un poco más animado y muy protector con su hermano. Y luego estaba él. El chico del que había estado toda la vida enamorada, Obito Uchiha, el primo de los otros dos. Obito, siempre fue un chico muy misterioso pero siempre mostraba una sonrisa a "su niñita favorita". Eso era lo que más le gustaba a (T/N).

La chica se arregló su ropa y el pelo y llamó a la puerta. Pero nadie abrió. Volvió a llamar pero nada pasó. Suspiró y fue a llamar de nuevo cuando un pelinegro abrió la puerta muy enfadado. Ese era Sasuke Uchiha, pelo más o menos corto, musculoso y alto. Solo iba vestido con unos pantalones negros largos. Parecía que había estado durmiendo. (T/N) se maldijo. Sasuke odiaba que le despertarán cuando estaba durmiendo. El Uchiha la miró de arriba abajo a la chica y frunció el ceño

-¿Quién eres?

-Soy (T/N), ¿no me recuerdas Sasuke-kun?

El chico la miró sorprendido antes de mirarla raro.

-No

Y de esta forma, le cerró la puerta en las narices. (T/N) se quedó a cuadros. Sasuke siempre había sido algo arisco, pero no pensaba que llegaría a algo como eso. Se pasó los siguientes quince minutos llamando a la puerta pero el Uchiha menor no abrió la puerta en ningún momento.

Se sentó en las escaleras que daban a la entrada de la casa y esperó. Vio que el tiempo pasaba y que no la abría. Suspiró triste y sacó el móvil. Se sentía muy sola. En la cuidad nunca había hecho amigos, ya que nunca fue muy bien recibida allá donde iba, pero esos tres chicos la recibieron con los brazos abiertos. Sobre todo Obito.

Estaba anocheciendo cuando por fin alguien llegó. El mayor de los Uchiha, Itachi Uchiha. Se miraron, el extrañado y ella esperanzada.

-Itachi, soy (T/N). Dime que tu si me recuerdas.

-¿(T/N)? ¡Ah! Si, la pequeña de Nagisa. ¿Pero que haces aquí fuera?

-Sasuke-kun no me abre.

-¿Cómo se atreve a dejar en la calle a una señorita y encima a nuestra huésped?

-No te preocupes Itachi, ya estoy acostumbrada a que me pasen estas cosas.

-Pues aquí se acabó eso. Como el mayor de los tres que vamos a vivir aquí, no toleraré eso nunca más.

-¿Tres? ¿Obito-kun no está?

Itachi calló y sacó las llaves para abrir la puerta dejando pasar primero a la chica. ¿Por qué no decía nada? ¿Le haia pasado algo al dueño de sus suspiros? Preocupada, entró en la casa e Itachi la acompañó a la que sería su habitación. Pero al entrar se la encontró hecha un asco. Itachi cerró la puerta y se disculpó con ella mientras iba a la habitación de Sasuke donde iniciaron una pelea. Se quedó en el pasillo mientras se sucedía la pelea. Se quedó pensando porque no le decían nada de Obito.

Más o menos recordaba donde estaba la habitación de Obito, por lo que fue hacia allí. Según recordaba su habitacion era la del final del pasillo a la derecha al igual que la suya. Por costumbre, llamó tres veces a la puerta y entró. Todo estaba como lo recordaba. La cama debajo de la ventana, un armario donde casi no habia ropa, un escritorio donde dejaba la ropa sucia y sobre la cama sus anteojos. Los cogió entre las manos y se llevó al pecho. Cuando eran pequeños siempre los llevaba puestos, hasta había veces que sedormía con ellos puestos. Solo dos veces le vio sin ellos y ambas veces fue porque el se los puso a ella. Fue entonces cuando se percató de que no estaba sola en la habitación. Se giró hacia la puerta temiendo que ahí estuvieran Itachi o Sasuke para echarle la bronca por haber entrado en la habitacion de Obito sin permiso. Pero allí no había nadie. Sintió como el aire movía su cabello (T/CP). Se giró y le vio. Una persona se encerraba subido en la ventana, mirándola tras una máscara que se parecía a un leopardo. Asustada, cayó al suelo aún sujetando la gafas de Obito. El desconocido y (T/N) se miraron durante unos segundos antes de que él huyera por la ventana. Ella, se levantó y salió de su habitación con el corazón latiendo a mil por hora. Se dirigió a la habitación que le había indicado Itachi.

La pelea parecía haber terminado pero no quiso acercarse por si empezaban de nuevo. Entro en la habitación y suspiró. Si era cierto que todo estaba hecho un asco pero nada que un poco de limpieza y orden no pudiera solucionar. Empezó a ordenar la habitación hasta que se dio cuenta de que ya no había luz. Para ese momento ya lo tenía todo ordenado y sólo le faltaba a limpiar. Escuchó como llamaban a la puerta y guardó rápidamente las gafas de Obito.

-Adelante.

La puerta se abrió y entró el moreno menor desviando un poco la mirada.

-¿Qué sucede Sasuke-kun?

-Siento lo de antes (T/N). no debí dejarte en la calle ni haberte dejado que limpiaras tu sola la habitación.

-No te preocupes Sasuke-kun.

Le sonrío para tranquilizarle y el chico se sonrojó al ver su sonrisa. El chico intentó hacerse el duro pero no lo consiguió. Aunque no quisiera admitirlo, esa chica conseguía ablandarle.

-La cena estará en diez minutos. No te retrases.

Asintió. El chico salió de la habitación y sacó las gafas donde las había escondido. Se tumbó en la cama y abrazó las gafas colocándoselas sobre su pecho pensando que le habría pasado a Obito y porque no se lo querían decir.

CONTINUARÁ

Viviendo Con Un NinjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora