Un ruido me despertó, salté de la cama y cuando me estaba vistiendo oí un grito horrible, parecia de terror. Rápido bajé las escaleras y encontré a papá, muerto en el suelo.
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-¡Papá!-Corrí hacia la cocina y vi a mamá, ella si estaba viva pero tenía un alambre incrustado en su pecho y no podía respirar. Yo solo la abracé y lloré.
-Mamá escúchame, te amo con toda mi alma, no me dejes por favor.-dije entre lágrimas.
-Hija, siempre estaré contigo. Te amo y te amaré por siempre.-cerró los ojos.
Solo pude escuchar su último suspiro. Para despues verla allí en mis brazos, no pude aguantarme y comenzé a llorar. Lloré como jamás lo hice. Hasta que una voz me detuvo.-Vendrás conmigo si quieres vivir.-me volteé para ver a un chico bastante guapo parado frente a mí.
-¿Quién coño te crees tú para decirme qué hacer?-digo llorando. Dejo el cuerpo de mi madre y me paro del suelo.-¿Tú los mataste?-le pregunté. Osea, no hay mas nadie aquí. Debió haberlos matado él.
-No, no los maté.-se cruzó de brazos. -¿Me preguntas que quién coño soy para darte órdenes?-sonríe.-Mi nombre es Cameron Dallas, jefe de la FDC. Vas a venir conmigo ahora, no lo pongas más difícil.-Me tomó por el brazo y me sacó de la casa.
-¡Suéltame!-trataba de zafarme pero era imposible.-¡No me quiero ir!-estallé en llanto.
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-No me interesa, sube.-me suelta.-¡Sube al jodido auto!-abre la puerta y me empuja dentro.
Cerró la puerta y se subió al asiento del copiloto. Intenté abrir la puerta pero tenía el seguro de niños. Joder, este sí que es listo.
Arrancó el coche, yo estaba desesperada pateando la puerta intentando romper la ventana.
-Dentente.-escuché que me dijo, no le hice caso y seguí pateando la puerta.-¡Joder que pares ya!-paré en seco y le mostré el dedo de enmedio.
-Jódete.-me crucé de brazos.-¿A donde vamos?-le pregunté, este camino era raro.
-¿Podrías callarte?-Cameron me mira por el espejo retrovisor.-Una mas y te juro que te pongo cloroformo para que te duermas.
Eso me hizo estremecer. Lo miré mal por el espejo y me concentré en el camino. Llegamos a una especie de mansión, muy bonita la verdad. Cameron se bajó del auto y abrió mi puerta, me sacó de allí muy bruscamente.
-Hijo de puta.-susurré, me levanté del suelo y Cameron me volvió a empujar.
-No me conoces niña, y no querrás conocerme. Es mejor que guardes distancia conmigo porque te irá peor.
Le volví a mostrar el dedo de enmedio y me levanté del suelo.
-Tu nombre.-lo miré confundida.-Joder, que me digas tu puto nombre.-me miró mal.
-A ti no te importa mi jodido nombre.-lo miré desafiante.
Me tomó de los hombros pegándome a la pared.-Escúchame bien, todo lo que yo te pregunte, lo contestas.-Apretó aún más su agarre.-¿Lo has entendido?-No le respondí.
-No te doy tu merecido porque eres una chica, pero cuando menos te lo esperes, vas a pasarla mal.-se aleja de mí.
-Uy si que miedo.-fingo que tiemblo.-Mira como tiemblo.-río.-
El se voltea y se acerca a mí. Me tomó por el brazo y me empujó.-Puedo caminar sola, suéltame.-forcejeaba.
-Eso lo se, es para asegurarme de que no hagas nada estúpido.-entramos a la mansión. Jamás había visto tanta limpieza junta. Aún Cameron no me soltaba y ya su agarre me estaba lastimando.
- Cameron, me duele, suéltame.-le digo intentando zafarme.
-No confío en ti, te llevaré a tu habitación y te quedas ahi hasta mañana. ¿Vale?
No contesté, seguí a Cameron a donde fuera. Al parecer perdió la paciencia y me empujó, caí sentada en las escaleras. Me levante pero me hizo que me volviera a sentar.
-¿Vale?-Me dijo mirandome muy mal.
-¿Te han dicho lo estúpido que eres?-sonreí y el apretó aún mas su agarre en mi brazo.-¿Qué?, estoy tratando de buscarte conversación. .
