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Después de tomar
aquella decisión,
tan impulsiva en la
biblioteca,
pasaron cinco días para
que encontrará cual era
su salón en el instituto
y pudiera dejar otra flor lila
con otra pequeña nota.

La cual decía:

"Sabes...es gracioso, involuntariamente escogí una flor lila y me he dado cuenta de va muy bien con tu nombre"

Después de eso me dedique a
dejar una flor lila
todos los días sobre
su escritorio.

Y me encantaba hacerlo,
ya que un día vi
como sonreía
cuando observo,
desde la entrada
del salón,
aquella flor
que todos los días
contaba para ella.

Pobre jardín,
todavía recuerdo que,
gracias a mí se
quedó totalmente desierto.

"Pero no lo lamento"

Flores para DalilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora