Al leer esas palabras me sentí muy emocionada y algunos gritos triunfantes habían comenzado a salir de mi boca. De mas de doce solicitudes a diferentes universidades una me había aceptado. No parecía que fuera posible.


Damián había entrado a la cocina a paso apresurado después de que yo había comenzado a gritar como si alguien me estuviera haciendo daño. Estaba un poco alterado pero al ver que me encontraba bien se relajó. Había terminado mi número de niña emocionada dando saltos alrededor de la habitación y gritando. 


-- ¿Qué pasó? -- Él me había preguntado.  En respuesta, yo simplemente le entregué la nota que había dejado sobre el mesón para que pudiera leerlo por su cuenta. Él había demorado unos segundos en terminar de leer el texto y levantar su vista hacia mí -- Tu no irás.


Por un momento pensé que me había imaginado esas palabras o que él estaba bromeando, pero después de vero mantener una expresión seria mi sonrisa se borró de mi rostro y muchas emociones -completamente distintas a las que anteriormente había experimentado- comenzaron a presentarse y a amenazar por llenar el ambiente.


-- ¿Perdón? -- Mi voz estaba cargada por un sutil veneno, una pequeña amenaza -- ¿Qué acabas de decir?


-- No creo que sea una buena idea que vayas a la universidad -- Damián comenzó a hablar calmado, pero dejaba entrever que era mas que nada una máscara para evitar una confrontación -- Recién has terminado el instituto. Pensé que tendríamos ahora mucho tiempo para estar juntos. No es necesario que pases otros cinco años estudiando. 


--  ¡A ti que te pasa!  --  Yo exclamé un  tanto  alterada  arruinando  por competo la atmósfera tranquila en la que hasta ese momento se encontraban -- No me dirás lo que puedo o no hacer con mi vida. No te lo permitiré. Además esa es la mas estúpida escusa que he escuchado para que no haga algo. Dime lo que en verdad te molesta de esto.


-- ¿Quieres saber lo que no me gusta de eso? -- Ahora sonaba molesto -- ¡Quiero una jodida familia! Si estudias saldrás con 24 años y yo con 30. Quiero tener una familia antes de eso, ¿A caso no lo puedes entender?


-- Ya entiendo -- Mi voz había vuelto a ser calmada. Pero no porque me sintiera así. Comencé a caminar en dirección a la puerta porque no quería seguir ahí por mucho mas tiempo. Cuando estaba a punto de salir escuché la voz de Damián atrás mío.


-- ¿A donde vas? -- Preguntó él, confundido y con voz herida. No me importó en ese momento.


-- Iré a visitar a tu hermana -- Respondí sin voltear a verlo -- No me esperes despierto.


Me había sentido muy molesta después de tener esa discusión. Al llegar a la casa de Amanda y Tyler unas pocas lágrimas habían caído de mis ojos y me sentí agradecida cuando ellos me ofrecieron su habitación de invitados. Había pasado dos noches y un día sin hablar con Damián y no me sentía demasiado bien con eso. Nunca habíamos llegado tan lejos con una pelea.


Pero, ¿Qué podía hacer cuando él se portaba como un completo idiota? Podía comprender que él quería hacer una familia un poco mas grandes pero yo todavía no me sentía lista para eso. No quiero una familia aún. Probablemente ambos nos estábamos portando egoístas sobre nuestro problema: Damián quiere que sacrifique la oportunidad de estudiar por tener hijos y yo solo quiero seguir estudiando.

Alpha DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora