1.Capítulo

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Y aquí estábamos sentados en una mesa de madera la cual mi madre siempre criticaba, comiéndonos un plato pequeño de comida por la recaída de mi padre.

Lo miré, mi padre era alto con ojos y cabello oscuro, un hombre de negocios que había trabajado por tantos años en una compañía de seguridad informática que nunca recuerdo haberlo visto sin traje a menos que fuese un domingo con sus ''amigos'' a jugar golf. Cualquier persona inteligente sabría que esos no eran sus amigos, que ninguno de ellos se preocupaba por los sentimientos de mi padre en lo más mínimo, sus bocas se llenaban de mentira al decirle ''amigo''. Ellos más eran típicos hombres de negocios, tiburones esperando a que el pez -mi padre- cayera en su boca. Mi padre era un hombre bueno, elegante y limpio, siempre lo vi así. Su aspecto joven permanecía allí aún cuando en las noches parecía un viejo cansado de papeles y hombres con trajes, al llegar abrazaba a su linda esposa ''Marilyn'' a quien yo conocía como ''mamá''.

¿Qué podría decir de ella?

Mamá era una mujer superficial, elegante y siempre preocupada por lo que los demás pensaran de ella, aún en casa su maquillaje era impecable y su rubio cabello -teñido- siempre a la perfección, vestidos ceñidos y elegantes que le compraba a sus ''amigas vendedoras'' ya saben, estas esposas de los ''amigos'' de mi padre que claramente solo eran mujeres demasiado falsas con una sonrisa siempre, como si todo en su vida fuera perfecto o era que tal vez no se daban cuenta que la mitad del tiempo sus maridos estaban en el escritorio de su oficina con su sexy secretaria joven encima. Mi madre varias revistas de moda era definida como una mujer ''caritativa'' -lo cual era mentira- nunca había visto a mi madre ayudar a alguien con bajos recursos (a pesar que ella lo fue). Mis padres se conocieron en concierto de rock -muy cliché, lo sé- mi padre se había escapado de mis abuelos los cuales creían que estaba en un elegante concierto de jazz. Siempre me pregunté si mi madre quería a mi padre de verdad o solo había sido por interés.

No me malinterpreten, mamá es genial, fuera de esa ropa y maquillaje ella es una mujer tierna que varias veces a salido a la luz.

La miré, ni siquiera tocaba su plato estaba enojada y lo había hecho saber en el auto cuando nos mudamos, ella y mi padre armaron una gran discusión sobre lo ''mejor para mí'' y ni una sola vez escuché que me preguntaban sobre eso. Mamá siempre me hacía vestir y actuar de tal manera, y papá se encargaba de los amigos, mi vida estaba tan monitoreada como la un testigo en un programa de protección. Aún no estaba seguro si esa modalidad de mis padres era protección o una forma de aislamiento.

—Adiós—dije mientras tomaba mi mochila, besando la mejilla de cada uno.

Subí al cuarto de mi tía Lola la hermana de mi padre, quien había amablemente ofrecido su casa para quedarnos durante el problema económico, mi madre la detestaba por ser ''vagabunda'' —aunque yo la llamaría ''alma libre''— y mi tía lo aceptaba, había renunciado a caerle bien a mi madre, mamá ahora solo era cortés por el servicio que nos prestaba, le insistió que fuéramos donde mis abuelos una casa como ''la nuestra'' pero mi papá dijo que no volvería a ser mantenido.

—Que te vaya bien— mi tía se soltó de mi abrazo y sonrió.

Salí de su habitación no sin antes brindarle una sonrisa.

La escuela; ¿qué podría decir? Miles de adolescentes tratando de ser alguien. Yo ya era alguien, pero era el alguien que otras personas creían. Todos aquí me conocían (o sabían de mi existencia) y trataban fuertemente de ser amigos aún cuando yo sólo era amable. No me malinterpreten (sé que no sé interpretar) pero en la escuela no me apetecía tener amigos, Jules y Margareth era ya lo suficientemente hipócritas.

Tóxico©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora