Siempre le cayó mal, desde el colegio sintió envidia hacia ella, la razón: sin proponérselo Jade era reconocida tanto por alumnos como por maestros y eso le causaba coraje, se había comprado una enemiga encargándose de esparcir rumores sobre ella, a Megan le gustaba jugar sucio, tiraba la piedra para luego esconder la mano y fingir inocencia, hasta ahora le había funcionado muy bien.

Megan no era ninguna tonta, sabía bien de lo que Jade era capaz de hacer si le declaraba la guerra de frente, a decir verdad le tenía miedo y por eso tenía que ser inteligente, "mover sus fichas" y supo muy bien lo que debía hacer, tenía aliados a los cuales podría utilizar a su conveniencia.

—¿Qué tienes planeado hacer?— preguntó Sandy Lu más por curiosidad que por interés.

—Ya verás.

Del bolso sacó su celular, buscó el número y esperó. 

—Hola Teresa, buenos días....no muy bien, me acabo de enterar de algo y creo que debes estar al tanto— una sonrisa pérfida se dibujó en su rostro.

*****


En las cercanías de Fort Lee está Park Three Lake, un bosque extenso con lagos y parajes tranquilos poco transitados donde poder hacer ejercicio y relajarse. Jade y Rayder corrían por el sendero cerca del lago, las hojas secas crujían bajo sus pies, la brisa movía suavemente la copa de los árboles y el pasto de un color verde intenso mojado por el rocío matutino centellaba bajo sus ojos.

—Vamos, ¿eso es todo lo que tienes? Recuerda que apostamos el desayuno, sabes que me gusta comer mucho, no querrás que te gane de nuevo— dijo Rayder.

—Esta vez no me importaría perder en absoluto, tu sigue corriendo, anda— respondió Jade riendo. —No tengo ningún problema en ir detrás de ti— le guiñó un ojo.

Rayder entrecerró los ojos pensando en las palabras de Jade y cuando se dio cuenta de lo que se refería dejó de correr.

—¡Estás viéndome el trasero!— fue hacia ella y la abrazó, ella comenzó a reír —ya sabía que te gusta ¡pero para perder a propósito!

—¡Me encanta! Soy capaz de perder la carrera por tener esa vista Ja ja.

Se besaron entre risas, jugando. De repente Jade salió corriendo dejando a Rayder pasmado por un segundo, luego comenzó a reír negando con la cabeza mirándola como se alejaba de él.

—¡Come mi polvo teniente lento! ¡Lee mi trasero!

Llevaba el pantalón deportivo que tenía la palabra "sabrosa".

—¡Tramposa! ¡Ven aquí sabrosa!

—¡NO!

Jade salió corriendo a toda prisa por unos cuantos metros, quería ganarle pero no escuchaba los pasos de Rayder y giró su cabeza para ver donde estaba y no lo vio. Dejó de correr, puso sus manos en las caderas cansada y frunció el entrecejo.    

—¿Rayder?— en el bosque lo único que se escuchaba a lo lejos era el sonido de las aves cantando en las ramas de los árboles moviéndose con el viento —¡Ray!....¡ahh!

Tomándola desprevenida la sujetó de la cintura por detrás levantándola del suelo haciéndola girar en sus brazos.

—¡Te atrapé sabrosa luciérnaga pecosa!

—¡Eso es trampa! ¡No se vale! Utilizar tus trucos de militar en mí, ¡no te encontraba!

Comenzaron a reír, Rayder la bajó y ella se giró para tenerlo de frente, él le acarició el rostro y luego se miraron a los ojos, había deseo en ellos, sin hablar la llevó hasta un enorme árbol donde había sombra, la arrinconó contra el tronco, la tomó de las manos levantándolas sobre su cabeza y la beso con pasión, un beso húmedo que al segundo despertó en Jade la dulce tentación hasta ahora desconocida para ella.

La hija del GeneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora