Capítulo 1

31.7K 1.5K 160
                                    

—Repite de nuevo ¿Por qué estoy haciendo esto?— le preguntó Jade a su amiga mientras hacía malabares con el celular que estaba entre su oreja y el hombro, al mismo tiempo que sus manos jalaban con fuerza el cierre de la maleta que acababa de hacer.

—Porque hace tiempo no lo ves, quieres que por fin se de cuenta de la mujer responsable y madura que te has convertido y lo mas importante, informarle que tienes planeado utilizar el fideicomiso que te dejó tu mamá de herencia— respondió Claudia al otro lado del teléfono con tono alegre.

Responsable y madura.

Repitió en su mente preguntándose si su padre le creyera si se lo dijera, tal vez le daría un ataque de risa, le diera unas palmaditas en la espalda, luego la miraría con esos ojos inquisitivos y le diría con esa voz grave que de ninguna manera ocuparía ese dinero para su tonto plan.

Se sentó en el borde de la cama, bufó echándose aire al rostro para quitar cabellos rebeldes que se habían soltado de su coleta y tomó el celular con la mano —es que...cuando se me ocurrió la idea de verdad pensé que era increíble pero ahora que el viaje está cerca ya no estoy tan segura— mordió su labio nerviosa.

Y no era para menos. Hacía años que no iba a su casa, desde aquella mañana en la sala de estar mientras discutía con su padre, Jade pudo haberle suplicado que no la mandara lejos pero él  ya había tomado la decisión y cuando él dictaba algo la palabra del General era inquebrantable no importaba lo que dijera o hiciera.

Sabía también que era culpa suya, -en parte- la manera de comportarse desde temprana edad le ocasionaba disgusto a su padre, no era la niña modelo que todos esperaban que fuera sino todo lo contrario; él quería corregir a su única hija pero nunca pensó que fuera capaz de enviarla a un internado hasta que la sorprendió esa mañana con la noticia, ni siquiera le dio tiempo de digerirlo. 

Al alejarla de él y del lugar que ella consideraba su hogar a pesar de que no quería marcharse, le hizo pensar a Jade que la única razón de enviarla lejos fue para deshaserse de la mocosa que todos consideraban rebelde y que siempre ponía en duda la forma que la educaba. Ahora, años más tarde y a punto de regresar a Virginia se preguntaba si su padre notaría que ya no es la misma.

La voz de Claudia le regresó de nuevo el pensamiento a la realidad.

—Amiga, tu idea es muy buena no lo dudes. ¡Al demonio! si no quieres ir nadie te obliga. Llámale, dile que cambiaste de idea y asunto arreglado. Del fideicomiso eres mayor de edad, no necesitas de su autorización. Toma el dinero y huye lo mas rápido que puedas.

—No Clau, tarde o temprano tendré que verlo y  es mejor hacerlo ahora y cuanto antes termine con esto mejor— tenía que probar que siete años la habían hecho madurar. Llamar y decirle que siempre no iba era demostrarle lo contrario —y para serte honesta si tengo ganas de verlo, es la única familia que tengo.

—Entonces ¡anímate! Verás a tu padre, le dirás tu super idea y también tendrás tiempo de ver a todos esos sexys soldados. Me encantan los hombres de uniforme, ¿qué tendrán que prenden tanto? ¡Ay Dios! y que cuerpos tienen, de pensar ya me puse cachonda. Mínimo un taco de ojo te lo darás, en el internado cero especímenes masculinos y en la universidad los más guapos se besaban entre ellos y los menos agraciados unos tarados ¡donde vas testosterona pura! Será divertido si lo piensas.

—Eres una lujuriosa y una perdida— empezó a reír —pero he de admitir que los veranos en la base son divertidos, hay varios eventos, uno es la fiesta en la piscina. Cierra tus ojos e imagina decenas de soldados en traje de baño tipo sunga mostrando sus paquetes. ¡Pienso instalar mi camastro en primera fila!

—¡No juegues conmigo! Tengo una idea, tu vete a Italia con mis padres y yo me voy a Fort Lee a perseguir soldados ardientes en traje de baño.

—La próxima vez será— le respondió riendo aunque la idea no le pareció mal.

La hija del GeneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora