CALUM:
No puedo creer la mala suerte que he tenido últimamente, primero el examen sorpresa y ahora el imbécil de Hemmings está a un lado de mi asiento, hablando con sus amigos y coqueteando con cada chica que se le atraviese. Es un completo cabeza hueca, siempre conversando de todas sus aventuras que juro tal vez sean falsas, presumiendo su auto convertible y el dinero de sus padres. En serio lo odio tanto.
-¿Hemmings?
La voz del maestro entrando al salón me saco de mis pensamientos, eleve la mirada observando como el profesor veía unos papeles en sus manos. Hizo una mueca, todos estaban en silencio.
- Y Calum Hood, por favor de ir a la oficina del director.
¿Yo por qué? Fruncí el cejo y mire a el idiota a lado de mí, este tenía la boca entre abierta mientras observaba a todo el salón asombrado, me levante de mi pupitre y tome mis cosas para después salir del salón sin decir nada más, no había hecho nada así que no había de que preocuparme.
-¡Hey espera!
Escuche la voz de él rubio detrás de mí pero me limite en seguir mi camino hasta llegar a la oficina del director.
-Espera maldita sea.
Sentí como me jalo de la mochila antes de que pudiera tocar la puerta con mis nudillos, me gire molesto y lo empuje, este simplemente retrocedió dos pasos, nadie debe enfrentarme, no al menos si quieren terminar en un hospital.
-No vuelvas a tocarme idiota.
-¡A mí no me llamas idiota, imbécil!
-Y tú no me llames imbécil o te voy a...
Estaba a punto de acercarme a él con intención de golpearle hasta que la puerta se abrió y el director nos vio con un gesto molesto y confundido.
-No quiero perder mucho tiempo así que entren rápido.
Solamente dijo, fruncí el cejo y entre sin más, me senté en la silla frente al escritorio y suspire molesto, a poco tiempo vi como el rubio se sentaba en la otra silla a lado de la mía.
-Hemmings... ¿Sabes por qué estás aquí?
Por inercia lo vi, este negó. El director se sentó frente a nosotros, permanecía con un ceño fruncido tratando de intimidarnos, pero conmigo no causaba ningún efecto.
-No...
-Tienes cinco de seis materias reprobadas.
No entendía el por qué yo estaba aquí, solo carraspeé tratando de llamar la atención del hombre, este me vio, me enderece en la silla y lo vi directamente a los ojos.
-¿Y por qué yo estoy aquí? Realmente no me interesa escuchar cuantas tiene reprobadas este...
Me aguante las ganas de decir un insulto.
-....rubio. ¿Puedo salir y luego me pasa para saber qué fue lo que hice?
-No, guarda silencio Hood.
Rodee los ojos y volví a sentarme cómodamente en la silla, vi el techo algo aburrido.
-Tus calificaciones son malas para esta escuela...
-¿Me suspenderán?
Por favor que sí. Realmente ya no quiero escucharlos, suspiro pesadamente y cierro mis ojos.
-No, eres muy importante para esta escuela, tus padres son muy reconocidos y haces que seamos el numero uno siempre en deportes...
-Entonces yo...
