Prólogo [Editado]

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–Kaito, ¿ya falta poco? –preguntaba una chica de pelo aguamarina.

–No te preocupes Miku. Ya pronto llegaremos.– respondió su acompañante, él cual, se encontraba al volante.

–Oh. –se expresó un poco cansada y dirigió su vista a la ventana.– Creo que viajar de noche no fue buena idea.

–¿Por qué lo dices?

–La carretera es muy peligrosa a estas horas. Además, con lo largo que es el camino, te puedes cansar. –Dijo y le dio un sorbo al café que traía en manos.

–Miku, no te preocupes, no me va a dar nada de sueño.– sonrió sin apartar la vista de en frente.– Descansé bien antes de venir, así que no habra problema.

–Está bien, pero de todos maneras iré despierta durante el camino.

–No es necesario, pero si quieres, está bien, aunque no creo que soportes mucho. – le dijo en tono burlón.

-¡Oye! Vas a ver que sí.– contestó para después mirarlo y darle un leve golpe en el brazo.

Minutos después de esa conversación ambos quedaron en silenció y sólo se limitaron a observar el caminó el cual no era nada agradable para ambos.
Kaito no se quejaba, tenía a la chica que tanto amaba a un lado de él y eso le causaba la mayor tranquilidad que existiera en el mundo.

–Miku... ¿Miku?— susurró él peliazul con una sonrisa formada en sus labios y viendo de reojo a la chica que se encontraba a su lado dormida.– Descansa .– dijo y acarició la mejilla de la contraria.

(...)

Habían pasado al menos una hora desde que la menor se había dormido y un silenció aburrido se propagó por el auto.

Kaito suspiró y decidió encender la radió, al menos eso le quitaría ese ambienté sin sentido en cual se encontraba. Tenía que mantener su mente ocupada, o si no, se quedaría totalmente dormido.

Miró de nuevo hacia adelante y logró notar pequeños copos de nieve que caían lentamente en el vidrio.

Poco a poco conforme los segundos pasaban, sus párpados se fueron haciendo cada vez más pesados y no lograba controlarlos.
Se dio pequeñas palmadas en las mejillas, tratando de mantenerse consciente. Podría ser su culpa al querer manejar, pero ya suficiente era el hecho de que fueran tarde a causa de su trabajo.
Un sentimiento de incomodidad lo invadía mientras manejaba, Miku deseaba hacer ese viaje para ver a sus padres, él era el que le complicaba dicha cosa por su apretada agenda, por lo que lo menos que podía hacer era llevarla a tiempo.
Tuvo una batalla contra sí mismo, pero al final sus ojos se cerraron, quedando completamente dormido...

-¡Kaito!, ¡KAITO! ¡CUIDADO!

Estos gritos despertaron al chico, que al hacerlo solo alcanzó a divisar un auto que venía en su misma dirección a punto de estamparse en contra en ellos.

(...)

Cuando él peliazul  abrió nuevamente los ojos solo veía paramedicos a su aldrededor gritándole y atendiéndolo en una camilla. Inmediatamente empezó a pronunciar el nombre de la chica que lo acompañaba.

–¿Miku?...¿Miku?– cuándo lo levantaron giró lentamente a su derecha, y alcanzó a ver cómo cubrían a una persona en el piso nevado antes de que lo subieran a la ambulancia...

(...)

Kaito despertó en un hospital mirando a la nada y tratando de pensar en todo lo que había pasado, cuando segundos después recordó aquello que había visto, esa persona que estaba en el piso con una manta blanca encima.

–¿Dónde esta? ¡Miku!– gritaba y preguntaba con desesperación sobré aquella chica sin darse cuenta que sus padres estaban a su aldrededor.

–Kaito tranquilizate.– sugirió su madre tratando de calmarlo.

–No, ¿Dónde esta Miku? ¿Dónde?– cuestionaba nervioso y sin bajar la voz.

–Hijo, calma.– dijo su padre acercándose a él y poniendo su mano en el hombro de Kaito– debes de ser fuerte y...

–¿Qué sucede con ella?–lo interrumpió.–

–Ella...ella...– tartamudeó su madre y soltó un gritó ahogado evitando que no terminará de hablar.

–¿Qué? ¿Qué sucede? ¿Dónde está ella?– siguió preguntando y al no ver respuesta por parte de sus padres, se temió por lo peor.– ¡hablen!

–A veces en un accidente alguien salé más lastimado.– dijo su padre y tomó una bocanada de aire antes de volver a hablar– y Miku no tuvo buena suerte.

– No soy un niño, dime las cosas directamente.

– Murió en el accidente.


Detrás de ti  (LukaxKaito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora