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Andrew debió dejarme en la escalera de incendios en algún momento durante la noche, porque me despierta papá sacudiéndome como si fuera un trapo. cuando me siento, me doy cuanta por que el esta tan molesto. Andrew tiro un poco de latas de cervezas.

Cuando estoy en mis cinco sentidos papá entra a la casa y yo lo sigo.

Realmente no puedo recordar como termino la noche. recuerdo haber entrado, a un bar, donde no piden identicaciones , después de terminar de buscar el dinero de Andrew, pero solo hasta allí recuerdo, lo demás es solo un borrón.

Después de tomar un buen baño, me pongo la ropa de entrenar. Veo un folleto universitario sobre mi almohada. Él siempre ha dejado basura en mi cuarto sobre universidades. Creo que a mi padre le gusta torturarme básicamente con discusiones sobre mi futuro o mejor dicho una "carrera".

Tomo algunas aspirinas de la despensa del baño de papá y me dirijo al pequeño gimnasio de Andrew. Normalmente entreno temprano, pero tome mucho anoche, supongo que sudaré alcohol.

Andrew aparece a su hora habitual pasadas las siete. Trabajar aquí es como su religión.

A pesar de estar metido en eso de las drogas, él adora tener su propio lugar legal, sé que no está orgulloso de lo que hace a veces, pero sé que cuando entra a su pequeño lugar puede estar más tranquilo.

-Deja caer la barbilla, idiota. – el ronco gruñido de Andrew interrumpe mis reflexiones. Lo observo a través de las gotas de sudor. – encaja el jab!

Aprieto los dientes y golpeo el saco con todas mis fuerzas, pero no tengo equilibrio y el saco se gira.

-Mierda, amigo. Pon tu cuerpo en ello.

Estoy tan cansado, apenas puedo levantar los brazos.

-por el amor de Dios, mi abuela golpea más fuerte que tú.

Andrew intenta arrojar el cuerpo con mis golpes, pero no coopera. Caigo en una vieja silla y me quito los guantes. La gasa en mis dedos esta roja y mojada.

-He estado despierto y aquí desde las 6:30, imbécil. – respiro entrecortadamente. – Además, creo que me pase anoche.

-seguro, apuesto a que no has ido a la cama aún. – se rie de su propio chiste.

-Sí, lo hice. Con tu mujer.

Andrew se da la vuelta y levanta las cejas. – Si. Ella me dijo que se la pareció un alíen pálido sin pene.

Me subo al banco de trabajo junto a él y lo ayudo a limpiar el lugar un poco.

Me salto el desayuno y voy con Andrew a comprar algunos nuevos equipos para el gimnasio. Matamos tiempo con un montón de cosas. Me gusta hablar con Andrew porque me habla como si fuera una persona real pero no me sermonea. Me grita o me patea cuando estoy siendo un idiota, pero nunca me aconseja.

- ¿Cuantos días te dieron? – pregunta cuando sube un saco de boxeo al auto.

- ¿Qué te hace pensar que conseguí alguno?

-mandaste al chico al hospital, Dawson.

-Mike nunca fue al hospital, Andrew.

-Si fue. Anoche. Un amigo lo vio, me dijo que su gran cabezota no paraba de sangrar así que tuvieron que coserle con un centenar de puntos de sutura.

Demonios. Siento un espasmo como si Andrew acabara de soltar una caja de clavos sobre mí.

-me dieron 5 días. – le respondo recostándome al auto.

DARK TIMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora