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Al día siguiente la profesora Rae, saca toda la mierda de mi carta con una respuesta. Aunque me moleste admitirlo esperaba enfrentarme con una manada agitada de autoridades escolares, policías, paramédico y un psiquiatra, pero en su lugar me encuentro con una zorrita Rae sonriente, deslizando mi carta en mi escritorio. Como si fuera la cosa más divertida del día.

Su letra cursiva hace que me duelan los oídos.

¡INCREIBLE ELECCION!

¿Pero por qué te quieres ir?

¿Qué es que odias?

Saludos,

Mrs. Desrochres.

¿A qué demonios está pensando jugar? ¿Cómo es que no psicoanalizo mi carta como un típico adulto histérico? Ella es mi profesora. Por lo menos debería fingir preocuparse.

¿No le preocupa que un estudiante este en la cima de apretar el botón "del más allá"?

Debería hacerlo. Solo para enseñarle quien manda. Eso le daría una lección a ella y a su maldito trasero. Mi voluntad divina es una bomba suicida. ¡Boom! ¡Me he muerto!

¿Ahora de quien será la culpa señorita Rae?

– espero una respuesta a mis preguntas –. dice un gruñido ronco que interrumpe mis pensamientos. La maldita Rae quiere respuestas.

Empiezo a leer sus preguntas una y otra vez hasta que una voz me deja inmóvil.

– ¿puedo sentarme aquí?

Miro a mi derecha y encuentro de pie Tarryn Hancock. Ella se desliza en el asiento a mi lado. Me dirige una sonrisa perfecta- ¿Qué es lo que has escrito?

Creo que estoy realmente asombrado de que Tarryn me hable... a mí. Así que rápidamente volteo mi hoja- Nada.

Asiente y dirige su mirada a su papel.

¡Demonios! ¿Debí decirle lo que escribí? ¡No puedo decirle sobre esta mierda suicida!

Tarryn me mira con una pequeña mueca en el rostro – yo escribí sobre mi madre- su voz empieza a sonar triste- Querida Madre ¿tenías que casarte otra vez? ¿Teníamos que mudarnos otra vez? – vuelve a mirarme pero aparta la mirada y la dirige al techo –me refiero a que, si está bien eso de "rehacer su vida" pero...- suelta un suspiro. Su cabello castaño cae sobre su rostro, ocultándolo.

Empiezo a preguntarme ¿por qué ella está hablando conmigo...Ahora? No es que me importe mucho pero nunca lo había hecho desde la vez que choco conmigo y solo dijo "disculpa". Yo solo me encogí de hombros y seguí mi camino. Creo que la oí, después, susurrarme imbécil.

 – ¿acaso no le importó?

No, Tarryn, ellos solo creen preocuparse, pero nunca lo hacen. Son egoístas, TODOS ¿y sabes que tampoco entiendo? Por qué me estás hablando. Ella quizás piense que soy un marginado o un idiota en estos momentos por ser incapaz de responderle.

– lo lamento –. dice en voz baja- no sé en qué pensaba en decirte todas mis estupideces–. vuelve a dedicarme una sonrisa y sigue escribiendo en su papel.

Para cuando la clase se termina, no dejo de decirme mentalmente "Soy un perdedor".Porque realmente lo era.

Me salto una clase, así que me dirijo una hora después a la cafetería. La señora me mira extraño cuando coloco en mi bandeja dos hamburguesas, dos rebanadas de pizza y una bebida. Quizás su cara se deba a que se pregunte como un famélico como yo puede comerse tanta comida. Y yo tampoco lo sé.

La cafetería no es un edificio muy grande, es algo más pequeño que el gimnasio que está a lado. Pienso en sentarme solo pero me dirijo a la mesa donde esta Daniel, pero me detengo. Justo Ahora, Mike tiene su mano izquierda alzada sosteniendo un pedazo de pizza y Daniel, está haciendo lo peor, que es tratar de alcanzarlo. Su suéter de mangas largas se encuentra manchado de salsa pero aun así, él no es consciente de que es el centro de atención de toda la maldita cafetería.

Maldición. No he comido nada. Dejo mi mesa a lado de Adams, que tiene su rostro rojo y con lágrimas.

Las personas se giran, como unos fotógrafos ansiosos por una foto de un famoso, mientras me dirijo allí. Puedo sentir un nudo en mi estómago formarse, odio hacer esto. Odio que todos me miren pero luego la veo. Ella es la única ajena al espectáculo ¿Cómo no hace nada? ¡Mike es su novio! Pero ella levanta la vista y me mira con lastima.

Que te jodan, Tarryn.

Ella empieza a gritar el nombre de Mike pero el solo la ignora.

-¿Qué pasa, Dans?- el deja de saltar cuando le toco el hombro y me mira.

-quiero mi pizza.

Todos empiezan a reírse y juro que siento humo salir de todos mis poros.

 – ¿por qué no tomas mi pizza?

–  porque no me gusta la de vegetales, Daw.

Siguen riéndose. Me quito la capucha y me giro hacia Mike. Está sosteniendo la rebanada de pizza en una mano y en la otra hace un puño. Mirándolo veo lo enorme que es este animal. Yo mido 1.80 y aun así me pasa. Él es jugador de fútbol en la escuela pero bien podría ser confundido con un treintañero gordo y fracasado en la vida.

– ¿Por qué no le devuelves la... pizza?– . digo en el tono más neutro de todos.

– Claro, princesa- Mike le arroja la comida a Daniel, ensuciándole más el suéter; mientras que más risas resuenan al fondo. Daniel suspira y puedo sentir que empezara a llorar.

Mike se endereza y se cruza de brazos.

– Dans, tengo otra pizza en mi bandeja- insisto sin quitar la mirada de Mike.

–  Pero yo... yo...- tartamudea.

Me arrodillo y lo tomo de hombros- Daniel ¿quieres comerte eso del suelo? ¿No verdad? Todo va a estar bien pero no llores, por favor- le digo, tan bajo para que él solo pueda escucharme.

Daniel mira toda su comida en el suelo y después a mí. Siento el nudo apretarse más cuando me da un abrazo y sale corriendo por las puertas, seguido de Adams.

Mike tira una bandeja al piso y luego la patea

– ¿Harás algo al respecto, imbécil?

Todo empiezan a gritar "ohh" Quiero aclarar esto. Yo nunca empiezo las peleas ni tampoco peleo sin ninguna razón. Tiene que haber una gran razón como... Adams o Daniel. Considero romper mi auto preservación y golpearlo hasta que su rostro sea irreconocible pero solo... me doy la vuelta. Escucho los desafíos y susurros a mi espalda pero me importa una mierda.

– no lo creo, marica.

Sigo caminando. No me giro cuando me habla pero entonces algo golpea mi cabeza y un rayo de dolor me atraviesa mis sienes nublándome la visión haciéndome caer de rodillas. A mi lado se encuentra una lata de una gaseosa. Las risas hacen una gran erupción. Me siento mojado. Pegajoso. Me levanto y miro a Mike pero entonces los profesores entran. La señorita Rae toca mi hombro y me pregunta como estoy.

Aparto su mano y me alejo.

Encuentro a Daniel sentado en una banca redonda en el jardín. Él está llorando y no ha comido nada de lo que Adams le ha traído.

Me arrodillo frente a él- Daniel, no te preocupes, Mike es un imbécil pero te prometo que esto no volverá a ocurrir. Nunca. Solo... come y ve a clase.

Me levanto y me voy.


DARK TIMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora