Capítulo 2 - Esa Alma

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― Umm, está bien ―Robert avanzó un par de pasos hasta el borde lateral para observar el área de la piscina que quedaba un piso más abajo. Sin dudas esa parte era la más baja de todo el techo, aunque la construcción no era muy alta en total, sino larga formando un irregular rectángulo. 

Jared lo observó con curiosidad y después de segundos en silencio arreglando un foco le preguntó― ¿Estás bien? 

Robert pareció ligeramente tomado por sorpresa, igual que a un gato al que le pisas la cola sin querer. 

― ¿Yo? ―se llevó una mano al pecho y luego la bajo con pesadez para meterla nuevamente en el bolsillo lateral de su pantalón de mezclilla― Perfectamente ¿Por qué no lo estaría?

Jared frunció el mentón y negó― Un par de indicios supongo ―si de algo se enorgullecía era de su habilidad perceptiva y nadie le quitaría eso de la mente hasta no saber una respuesta real de su compañero― Llegaste sin tu cámara, que es casi como tu hígado, nunca te despegas de ella. Me consigues a punto de hacer una fiesta, por primera vez en mi vida dentro de mi casa, y lo único que dices "Umm, está bien". Tercero, te has mantenido muy cerca del borde, eso me indica que tienes fuertes ganas de saltar. 

― Yo no tengo deseos suicidas Jared, por favor. ―el fotógrafo negó con una media sonrisa. 

― Pero admites los otros dos indicios ―lo señaló victorioso. 

Robert supo que aquel era el momento perfecto para contarle sus planes, era ahora o nunca. «Y con lo de buen humor que se le ve», pensó. Sin dudas aquella reunión lo traía de cabeza y no escatimaba en acciones para demostrárselo. 

― Dejaré de ser tu fotógrafo...por dos años y medio. 

Ambos se detuvieron ante las palabras del fotógrafo y una suave, pero helada brisa, paso en el espacio que los separaba. Jared curvó sus labios en una amplia sonrisa y lo que comenzó con una suave risa se transformó rápidamente en una carcajada. 

Jared creía que aquel era el mejor chiste que le había contando en mucho tiempo. El rostro imperturbable de Robert le hizo seguirle el juego. 

― ¿Qué harás? ¿Te tomarás un año sabático o algo? ―inquirió, aún entre risas. 

― Algo, haré un diplomado. Italia se encuentra dando oportunidades de estudios y hace unos meses introduje mi solicitud; no pensé que me llamarían hasta ayer que me llegó un correo de su parte.  

La verdad le cayó igual que un piano de cola: rápida y devastadoramente. ¿Qué se suponía que haría ahora? Los reemplazos en ese medio no eran tan fáciles de conseguir como se creía, por el simple hecho de que cualquier loco podía vender tu imagen y tu vida privada al primer postor.  

Ya le pasó con anterioridad, se filtraron informaciones sobre canciones, videos y fotos, lo último que deseaba era perder a su fotógrafo de confianza en el momento más crítico de su carrera con la prensa. Al mismo tiempo entendía que si Robert llegaba a él de esa forma era porque tenía una decisión tomada y no podía interferir con ello. 

― ¿Conseguiste quién te reemplazara? ―preguntó finalmente, comiéndose sus verdaderos sentimientos bajo una fachada de serenidad. 

En los últimos años lo consideraba casi como un hermano, no verlo en tanto tiempo le dolería.

― Hablé con Reni ayer, siempre han tenido buenas personas con lo de Adventures in Wonderland y durante los campamentos de verano lo demostraron. Le pedí que me consiguiera al mejor.

Jared asintió. Al parecer dejaría que alguien más se encargara de las luces del techo, su tarea no avanzaba y ya no le apetecía hacerlo de todos modos.

AntebelluM - 30 Seconds to MarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora