18. ¿Con quién hablabas?

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Aleska

Cuando terminamos de comer, Dominik fue a botar las sobras al primer piso. Busqué mi mochila -la cual estaba tirada en un rincón de la habitación-, la tomé y me metí al baño para poder cambiarme. Lo hice lo más rápido que pude, antes de que Dominik venga. Como la suerte estuvo de mi lado ese día, lo logré. Salí del baño, dejé la mochila en el mismo rincón en el que la encontré. Y me senté en el suelo, junto a Dominik.

- Dominik, ¿Qué pasará mañana? Vamos a ir a la escuela, y el video... -me sentí incómoda al decirlo.

Él suspiró y bajó la mirada - No lo sé Aleska. Es difícil, pero, tendré que soportar todo esto. Nunca debí aceptar el reto, es un error mío; y tengo que aceptar las consecuencias de esto. 

Sentí cómo Dominik se aguantaba las ganas de soltar lágrimas.

- Dominik... -sentí necesario el abrazo que le di segundos después- Todo va a estar bien. Lo único que tienes que hacer es ignorar los comentarios de esas personas. Sé que va a ser muy difícil, pero en la vida te vas a encontrar con situaciones peores. Sólo hay que ser fuerte; Dominik, en estos meses me has enseñado a serlo. Mis cicatrices han cerrado, y ni siquiera recuerdo dónde está mi navaja. -puse mis manos en su rostro- No sabes cuánto te agradezco por eso. Cambiaste mi vida Dominik, gracias por aparecer.

Antes de que pudiera hacer otra cosa, Dominik chocó sus labios con los míos. No podía ni puedo describir lo que sentí en ese momento. Fue un momento repleto de emociones y sentimientos que nunca había experimentado antes. Simplemente mágico, y lo mejor es que nunca se olvida el primer beso.

Dominik

Simplemente no podía explicar por qué lo hice, tan sólo me dejé llevar. Sólo sé que fue el mejor beso que pude haber dado antes. Esa noche fuimos a dormir temprano, mis padres no nos molestaron ni nos hablaron.

(...)

5 de la mañana, las clases empezaban a las 7, y yo no sabía qué hacer. Así que fui a ver el video; no paraba aún la gente de seguir comentando o viéndolo. Quería romper todo, realmente me ofendía mucho; pero Aleska estaba durmiendo tranquilamente. Así que agarré una almohada y empecé a gritar en ella. Mientras lo hacía, la idea de cortarme apareció por mí mente, pero la rechacé. Debía ver otra manera de desahogo, y supuse que esa era la correcta.

Cuando me calmé un poco, regresé al ordenador. Y alguien, fuera de la red social me había mandado un mensaje que llamó mi atención.

Suicide Room: Estoy sangrando, viviendo en silencio.

Yo le respondí de la misma manera, con la misma frase.

Suicide Room: Ven a mí -dijo el usuario desconocido

Dominik: ¿Cómo?

De inmediato salió mismo link del juego que antes había visto

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De inmediato salió mismo link del juego que antes había visto. Me registré e hice a mi avatar con las condiciones físicas que más se parecían a mí. Cuando por fin terminé, me encontré frente a una ciudad, y algo me llevó a una discoteca.

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