Capítulo 1

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Theo

A los 21 años

-¡y después de eso me hiso la mejor mamada de la historia!- estaba emocionadísimo contándole mi última experiencia con una de las maduritas a las que frecuentaba a Sami pero ella ni me miraba ni me escuchaba o eso parecía, solo estaba pegada en el famoso libro. -¿Samantha?

-¿Qué quieres?- pregunto con tono cansado.

-¿me estas escuchando cariño?- oh, oh. Sin darme cuenta había dicho la palabra equivocada.

-¡¿Cómo me dijiste?!- gritó. Se levantó de la silla, estábamos en pleno casino de la universidad y ella estaba a punto de hacer un escándalo. -¡responde!

-perdón, mi equivocación pero es que es la fuerza de la costumbre.- hace unos 6 años ella me había pedido que dejara de llamarla de esa forma, de un día para otro, como si algo hubiera cambiado entre nosotros y yo no lo comprendía pero decidí hacer lo que me pedía pero a veces se me salía y ella se ponía como un maldito demonio.

-mejor me voy.- tomo todas sus cosas y al salir me pego con el costado. –Permiso.- fue lo último que dijo antes de salir.

Mi pecho dolía cuando Sami hacia esto porque yo aún no comprendía que había cambiado entre nosotros, éramos como hermanos, casi como siameses y de un día para otro todo cambio entre nosotros, ella era más arisca no me dejaba ni tocarla ni abrasarla, todas mis palabras le molestaban y siempre tenía un maldito libro entre las manos que hacia nuestra comunicación más difícil.

Aun seguíamos teniendo momentos hermosos como amigos y cuando yo cumplía todas sus nuevas reglas estaba de mil maravilla pero solo bastaba un "cariño" o que le contara de alguna de mis maduritas y era pelea de inmediato.

-me encantan las mujeres con carácter.- dijo un tipo que ni había visto nunca en mi vida y este miraba en dirección a mi amiga.

-¿perdón?- esto no me gustaba para nada, el tipo era un gigantón de gimnasio que la miraba de una manera que yo no entendía.

-tu amiga.- dijo con una sonrisa de comercial, el maldito era perfecto.- y amo que no sea un maldito saco de huesos, de esos ya he visto muchos aquí y aun no comprendo que le ven algunos hombres. Para mi quiero un mujer de verdad con curvas y tener un lugar cómodo donde descansar mi cabeza después de una buena noche de ejercicio.- me cerro el ojo y luego siguió mirando cómo se retiraba Sami.

Era imposible que a Sami le gustara un tipo como él, siempre me había dicho que odiaba a los superficiales que vivían en el gimnasio y como solo mirar al tipo a mi lado podía decir que pasaba horas en el gimnasio porque un cuerpo así (lo sé por experiencia propia) no se puede obtener sin horas de gimnasio.

-¿la conoces?- me estaba molestando cada vez más su presencia.

-sí, somos compañeros de carrera pero ella nunca me ha notado.- seguía sonriendo en dirección a Sam.

-bueno, será por algo.- dije molesto, nunca nadie había tenido la desfachatez de referirse de hablarme a mí de lo perfecta que era Sam, eso yo lo tenía más que claro.

-oh no amigo mío, yo no creo que el destino ya está escrito, yo creo que el destino se lo forja cada uno.- y sin decir nada más se fue como siguiendo a mi amiga.

Samantha

-¡hey!- escuche que gritaban a mi espalda y me voltee porque sabía que no era Theo pero me sorprendió de sobre manera ver que era Max. Yo tenía un leve enamoramiento por él desde que lo conocí en clases de neuroanatomía pero no había querido acercarme a él por miedo a que ocurriera lo mismo que había pasado con mi mejor amigo.

-ho-hola- respondí nerviosa.

Él era casi como un chico perfecto, amaba la buena lectura, era muy amigo de sus amigos que eran gente bastante normal como él, los animales eran su debilidad y era la persona menos superficial que pisaba este planeta (yo había conocido chicas gorditas que habían estado con él como parejas y más allá de odiarlo por dejarlas le agradecían que hubiera pasado por su vida), era perfecto y era eso lo que me daba más miedo de él y claro sin contar que aun después de todos estos años de mi promesa hecha aun seguí queriendo estúpidamente a Theo.

-hola.- su sonrisa era hermosa. –la verdad es que hace tiempo que te estoy mirando y quería saber si te gustaría salir algún día conmigo.

-¿tú me quieres invitar a mí?- no podía negar el hecho de que estaba sorprendida.

-¿Por qué no?- pregunto confundido ¡Dios él era maravilloso! –Samantha ¿Por qué no?- ladeo un poco su cabeza y solo me dieron ganas de besarlo.

-está bien.- le sonreí como solo lo hacía con Theo. -¿Cuándo te parece?

-¿hoy? Aprovechemos que es viernes y así no te puedes arrepentir.- parecía emocionado de verdad, estaba feliz por salir conmigo y no parecía querer salir con nadie más en el planeta, mucho menos con "maduritas".

-¿a las 8?

-nos juntamos en la biblioteca a las 8, voy a estar esperando por ti a las siete treinta por ti.- me volvió a sonreír de esa manera tan magnifica que tenía y luego se fue.

¡Oh dios! ¡Voy a salir con Max Glynne!

*****

Aquí les dejo mi pequeño regalito por la espera de la novela de Theo y eso, de verdad espero que les guste.

PD: en la imagen mi Sami. (¿no es tierna?)

CataBlackstone :D


Al fin te veo (Theo Myhrvold)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora