Víspera de navidad, 2011.

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Recién había sacado la comida del horno cuando tocaron el timbre de mi acogedor apartamento. Mis padres habían llegado junto a mi pequeño –no tan pequeño– hermano. Matt ya tenía diez años y, como todo niño a su edad, nunca se separaba de sus figuras de acción. Mis padres habían decidido venir esta navidad a mi casa, ya que yo me negaba a ir y ellos no querían pasar otra navidad sin mí. Al abrir la puerta me encontré con mis padres con una gran sonrisa pegada en sus rostros y a Matt con sus juguetes en la mano.

Cientos de risas y cuatro "me aburro" después, nos encontrábamos en un pequeño parque que se encontraba a ciertas cuadras de mi casa. Matt iba correteando y señalando las figuras hechas con luces mientras que mis padres se encontraban caminando abrazados como cualquier pareja enamorada. Suspiré y deseé poder tener un matrimonio así. Un zumbido proveniente de mi pantalón me hizo parar en seco, tenía una llamada entrante. "Niall" fue el nombre del contacto que pude leer al sacarlo de mi bolsillo. La duda me carcomía; ¿debía atender o ignorar simplemente? No lo sabía. Sonaría tonto, pero mi corazón había quedado hecho trizas luego de la navidad anterior y, en todo el año que había pasado, no habíamos hablado más de diez palabras. El móvil había dejado de vibrar sobre mi mano, pero al instante volvió a hacerlo, aunque anunciando un mensaje.

"Sé que fui un idiota, ¿podrías perdonarme?"

Levanté mi mirada de mi móvil y me dirigí al banco de madera más cercano. Releí el mensaje tres veces más antes de responderle.

"Tú deberías perdonarme a mí, yo fui la que actué raro..."

Inmediatamente tuve respuesta, pero no en forma escrita. Arrastré mi dedo sobre la pantalla hasta desbloquear la llamada.

¡Abby! Pensé que no contestarías... – escuché la voz nerviosa de mi amigo.

Hola... – susurré.

Creo que los dos tuvimos la culpa de lo ocurrido en la navidad pasada – admitió Niall.

Cincuenta y cincuenta, como en los viejos tiempos – reí y pude sentir un suspiro de alivio a través de la línea. Hubo unos cuantos segundos de silencio, hasta que Niall los rompió con una noticia agradable para mis oídos – y, ¿por qué no? Para mi corazón –.

Terminé con Tamara – anunció con tono alegre.

Eso es genial... Digo, ¿estás bien? – apenas había escuchado esas tres palabras me había levantado de un salto del banco y ya estaba tratando de contener mi emoción.

– dijo Niall riendo y enseguida sentí la voz de su madre diciéndole que debía de cortar porque tenían que cenar. – Oye, Abby... Te llamaré antes de las doce. – y luego de un "adiós" de mi parte, cortó.

Segundos después, llamé a mi madre para preguntarle dónde se encontraban así podía encontrarme con ellos. Luego de haber dado unas cuantas vueltas entre los desnudos árboles, volvimos a mi cálido apartamento, donde degustamos de las delicias calientes que tanto amábamos.

Tan sólo faltaban unos minutos para las doce cuando el teléfono sonó. Salté de mi asiento, e ignorando las miradas cómplices que compartían mis padres, contesté con mi típico "Hola, ¿quién habla ahí?".

Cinco – sentí el tono dulce e impaciente de mi mejor amigo.

¿Cinco? – pregunté sin comprender. Sentí su risa contagiosa a través de la línea; era mi sonido favorito en el mundo, luego del timbre de salida en la preparatoria.

Cuatro – volvió a hablar y fue ahí que comprendí el por qué de los números. ¡Faltaban cuatro minutos para que fueran las doce! Tonta de mí...

Tres – dije al ver mi reloj.

Dos – dijo luego del minuto en silencio. Realmente los minutos pasaban rápidamente a la hora de contar junto a Niall; no había necesidad de compartir palabras más que esos cinco números que pronunciábamos año tras año. Estuve tan concentrada en la respiración de Niall que no presté atención a nada más. Sólo la voz de Niall diciendo "Feliz navidad, cariño" fue que pudo sacarme de ese trance.

Feliz navidad, Niall – le dije observando a mi familia esperando por mí para chocar nuestras copas llenas de champagne – exceptuando la de Matt, que contenía gaseosa sabor cola –.

Te amo, Abby, no olvides eso – dijo dulce y roncamente. Sentí que mi corazón paraba por unos segundos. Claramente, me asusté un poco ante mi reacción; era normal que Niall me dijera cuanto me quería, lo que no era normal eran mis reacciones. Parecía una loca adolescente enamorada.

Uhm, yo a ti – le dije con tono dudoso. – Oye, Niall, debo cortar, me están esperando para brindar – le dije luego de carraspear.

Claro, cariño, nos estamos hablando pronto – y corté con una sonrisa disimulada.

***

Y luego de no tanto tiempo, aquí está el nuevo capítulo. ¿Qué tal les pareció? Realmente me gusta leer sus comentarios; me inspiran a seguir escribiendo, aunque no sea con tanta frecuencia. La historia está en recta final, pero lo bueno es que pronto sabremos lo que sucederá con Nabby, ahr basta. 

Diganme si les parece que la historia va para delante y para atrás, porque recuerden, la historia no está editada, por lo tanto puede que en un futuro, la edite para mejor.

No estamos leyendo pronto. 

Saludos, Ivana.



christmas » n.h | A. U. {español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora