Lysandro, Mírame [Corazón de Melón]

Especial Halloween 2/2

Ya, está bien, me tardé, pasó Halloween, pero mejor tarde que nunca, ¿no?

Ahí va, muchas gracias a todas ♡

StrangeTH

***

Lysandro comenzó a morder mis labios con suavidad al tiempo que yo me agarraba de sus cabellos. Podía escuchar su respiración haciéndose más pesada mientras caminábamos a su habitación si ningún tipo de equilibrio. Poco menos bailando sobre el alfombrado.

Mi corazón empezó a latir descontrolado y mi cuerpo no pudo evitar calentarse. Un cosquilleo en mi entrepierna. Su boca succionó mis labios para luego introducir delicadamente su lengua en ella, y jugando con sabor a travesura, caminamos hasta llegar a su cuarto.

Con su esencial sutileza, me recostó sobre la cama y ahí me acorraló contra ésta.

—Sucrette —arrastró su sensual timbre de voz—. Mírame...

—¿Qué... sucede? —pregunté un tanto temblorosa y sintiendo que me quedaba sin aliento de sólo verlo.

—Si tú... —desvió su mirada— quise decir que si quieres... —mordió su labio con frustración— me refiero a que...

—¿Qué? —tomé su rostro con mis manos y con una sonrisa le obligué a mirarme.

—Que si tú tienes una... —balbuceó algo que no pude decodificar— deberías decírmelo.

—¿Qué si tengo una qué? —pregunté con gracia en mi tono de voz.

—Yo... Confías en mí, ¿verdad? —¿a qué quiere llegar?

—Sí, Lysandro —besé con suavidad sus labios—. Si confío en ti —pasé mis dedos por sus mejillas sonriéndole divertida.

—Entonces... ¿si quisieras algo que yo pudiese darte... —sus mejillas comenzaron a tomar un tono más rojo del usual— me lo dirías?

—Lysandro —me senté en la cama quitándome su cuerpo de encima—, sin rodeos —estoy disfrutando esto.

—Me refiero a que... si tú —bajó el tono de su voz, pero esta vez le entendí— tienes una fantasía sexual, deberías pedírmelo, yo... no tengo problemas.

Mordí mi labio para intentar no reír... no le gustaría que yo me burlase de algo que le ha costado tanto decirme.

—¿Puedo preguntar a qué viene eso? —le tomé la mano entrelazando nuestros dedos.

—Lo decía por... —balbuceó de nuevo.

—Lysandro, tenemos diez meses de relación, ¿no confías en mí?

—No es eso

—Es que... ya sabes... tu conversación con...

—¿Con... con Rosalya? —estoy segura que ahora la que está roja soy yo—. No le demos importancia... fue una broma, tú me das todo con estar presente.

—Me encantas... —mordí mi labio fascinada al escucharlo decir eso.

—Y tú me enloqueces... —dicho esto, nos besamos para retomar nuestra ansiada actividad, sin embargo...

—¡Por nosotros no paren, sólo olvidamos este pañuelo! —Rosalya... voy a matarte...

***

No tengo gran problema con lo que son las interrupciones, de hecho, hay algunas que me han salvado de varios malos ratos, pero... ya hay cosas que me sacan de casillas.