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Esta historia ah sido editada, para mejorar espero gracias a sus comentarios!

Antes de que comiencen con la historia les recomiendo estas canciones, que me inspiraron un poco para escribirla! espero que les gusten!


https://www.youtube.com/watch?v=-aT9hg0P-jQ

https://www.youtube.com/watch?v=C3lWwBslWqg






Se escuchaba como caían las gotas del techo, una a una, con gran fuerza, el viento soplaba, daba miedo escucharlo, pero ya  se sabía lo que se aproximaba, todos lo sabían y a ella fue a la que  llamo al último, la que la escucho por última vez.

--Sahara ¿eres tú?--- su voz sonaba casi como un susurro

--- si abuela, soy yo,--- dijo la joven que entraba a la habitación

--- acércate, que quiero verte--- pidió la vieja. Sahara se acercó a ella lentamente, no le gustaba verla de esa manera, en una cama, sufriendo, su abuela siempre había sido  un signo de fortaleza, que le había enseñado  a pelear por sus derechos y a no rendirse ante las difíciles situaciones de la vida, pero verla así le destruía el alma.

--- aquí estoy abuela---- le dijo sentándose junto a ella, la vieja la agarró con sus manos las cuales estaban heladas,  trataba de aferrarse a ese último momento que estaba con su nieta. En su  mano  puso una moneda de oro.

--- ¿Qué es esto abuela?---

--- Mi niña, siempre tan valiente, Sahara, quiero que me prometas una cosa---

--- lo que quieras abuela---  dijo todavía un poco confundida admirando la moneda

--- sabes que me iré..-

--- eso es mentira abuela,  te pondrás bien---,

---Sahara, Sahara, no tienes que temer a lo diferente, que me vaya no quiere decir que dejare de estar contigo, no llores Sahara, no tienes que llorar por nada ni por nadie, solo le demuestras a la vida que eres débil, se fuerte niña--- Sahara no podía evitarlo.

--- tranquilízate y prométeme una cosa --

-- ¿qué es lo que quieres que prometa? -- le dijo aún sollozando.

----tienes que encontrar a tú padre--- los ojos de Sahara se sorprendieron, se toparon con la mirada angustiada de su abuela

--- pero yo no tengo ningún padre abuela, el murió --- Sahara estaba desconcertada.

--  no Sahara, el hombre que creías que era tu padre murió. Prométeme que buscaras al hombre que realmente lo es, para que así mi alma pueda descansar en paz, por favor, Sahara, sé que tú vida no ha sido muy fácil, pero confío en ti y en que vas a cumplir mi último deseo,  tienes que saber la verdad, pero no de mi boca,--- tomo su cara y le beso  la frente. Sahara no entendía a que  se refería su abuela, ¿qué es lo que le estaba escondiendo?

--- ahora levántate y abre la ventana ---

-- pero abuela, afuera llueve y hace  frío---

----lo se, pero también me está esperando, hazlo por favor --- Sahara se levantó y se dirigió a hacer lo que pedía su abuela, pero antes de abrir la ventana por completo la vieja le dijo

--- espera --- ahora sonreía --- esa moneda que te di, te va a ayudar siempre, solo confía y tus preguntas se resolverán.---

Sahara abrió la ventana y un viento fuerte entro a través ella, sintió como sus huesos se helaban, la vela se apago y en ese momento supo que su abuela se había ido.  Sahara sabía que no tenía que llorar, tenía que ser fuerte y no mostrar su angustia ante el mundo, así que se guardó todo su dolor y no mostró su debilidad tal y como la abuela se lo había dicho, salió del cuarto donde su familia   la esperaba, al verla supieron que la abuela  había muerto.

El  pasado de Sahara  no era  muy complicado, era huérfana o al menos eso creía ya que la última confesión de su abuela hacía que se sintiese confundida.sus padres habían muerto hace años  cuando ella era muy chica  vivían en un pueblo de Marruecos. Aquel día sus  padres salieron a la capital, pero un gran temblor hizo quedaron sepultados, eso era lo que creía. Después de ese accidente ella y su abuela tuvieron que irse de su país natal para buscar una mejor vida. El hecho de que su padre no fuese su padre biológico sería una explicación lógica al  color de sus ojos, toda su familia los tenía color negro pero los de ella eran verdes, de niña no entendía por qué los ojos de los demás  eran diferentes, ahora había una posible explicación, pero  la abuela no le había dicho nada concreto, ¿dónde buscaría a su padre?,  y si lo encontraba, ¿cómo sabría él que ella era su hija?, se sentía tan engañada, de pronto su identidad había desaparecido, pero suponía que a la abuela le parecería divertido dejarle con aquellas dudas, siempre tuvo  un sentido del humor muy extraño nadie le comprendía sus bromas, además ni siquiera tenía dinero, lo único que tenia era una moneda de oro que serviría para tomar decisiones, ¿cómo una moneda le iba a servir para eso?, eran muchas incógnitas. los últimos días su familia, se la pasaba llorando y deprimiéndose, por una extraña razón a ella no le pasaba eso, sentía que la abuela estaba en un mejor lugar que todos ellos, se reconfortaba pensando que en esos momentos  se reía del  lió que le había dejado en la cabeza.

   Las últimas noches Sahara no había dormido  bien, ya que su abuela y ella compartían el mismo cuarto, le resultaba difícil conciliar el sueño, la presencia de la vieja se sentía en aquella pequeña habitación. ella estaba acostada observando su moneda, de un lado tenía gravada el perfil de una mujer o al menos eso parecía al otro era una especie de llave, era un joya extraña, le daba la vuelta para admirarla con más detalle cuando sintió como se le resbaló de las manos  y  fue rodando hasta el viejo armario se levantó de la cama para ir por ella, con la mano por debajo del armario, la buscaba  a tientas cuando tocó unos papeles  los  cuales  acerco hacía ella, eran unas cartas, sopló el polvo para poder ver a quien estaban dirigidas, eran para su madre, o eso creía porque Sahara  también era el nombre de su madre. Volví a meter la mano y sintió la moneda la cual sacó, tomó las cartas y se volvió a recostar en la cama

Abrió la primera carta. Que decía

Sahara:

   No puedo entenderlo, ¿Por qué te vas?, ¿Qué te hizo tomar es decisión? Analizó todo y no logro entender el motivo. Si alguna vez te hice daño,  o aquella noche... por favor dímelo. Prometo que  haré todo lo que está en mis manos para cambiarlo, lo que sea.

No sé si mis acciones no te lo han dicho ya, pero eres  la mujer de mi vida, y  sin ti, yo no podría ser feliz, me falta mucho por crecer y madurar, pero entiende q eso solo podrá ocurrir si tú estas junto a mí,  por lo que  te repito, me muestro muy sorprendido, de que después de hablar de todos nuestros planes futuros,  te vayas,  y desaparezca  de mi vida.

No lo hagas,  regresa, te necesito.

Te ama.

Roberto.

¿Roberto? ¿quién era Roberto? y ¿por qué enviaba cartas a su madre? ¿Planes futuros?, todo era muy extraño con el ceño fruncido abrió la otra carta deprisa, esta era de su madre dirigida a ese señor





Roberto:

Entiendo su preocupación, pero debe entender que tiene que respetar  mi decisión, y sepa que es por su bien, que hago esto. Sabe, todo el amor que le tengo no lo sentirá ningún otro hombre, usted será el único que he de amar en todo mi existencia, pero esta decisión es lo que le conviene a los dos, hablé con su tía quien fue la que me abrió los ojos, usted y yo no somos de la mismo posición, se que podrá encontrar otra mujer que lo ame mejor de lo que yo podría hacerlo, que tenga relación a su vida, yo seré feliz con saber que usted estará bien y  en mejores manos que las mías, le pido que me perdone si le cause problemas, pero entienda que es lo mejor,  lo amo y amare por siempre.

Con cariño. 

Su  Sahara

La dirección de la carta era en Madrid,  pero era una carta que había sido regresada a su madre por motivos desconocidos según el correo postal, una carta que nunca llegó a su destinatario, un hombre que nunca supo el por qué se alejo su amada de él.

Ahora comprendía porque su madre estuvo siempre  distante de su padre, un hombre de buenos sentimientos, respetuoso, quien la quiso mucho  para poder aceptarla con un hijo de otro hombre. Al otro lado del país ahí era a donde Sahara tenía que ir¿cómo? no quería ni pensarlo.

SAHARA EDITADA (FINALIZADA)Место, где живут истории. Откройте их для себя