Capitulo 3

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El domingo había llegado y me encontraba frente a la casa de Lennon, la cual parecía estar en otra ciudad. Prácticamente me había pasado toda la tarde del sábado buscando en Google Maps la dirección que me había dado y gracias a que la colonia donde vivía era nueva ni siquiera aparecía en el mapa.

Finalmente, después de tanto buscar y preguntar, resultó que mi madre tenía una amiga que vivía cerca de aquí, así que después de dibujarme cientos de croquis, logró hacer uno al que le entendiera, y aquí me encontraba.

Me baje del auto, tomé la mochila y revisé que no me veía fuera de lugar, pues al mi madre creer que saldría con alguien, me obligo a vestirme "decente" según ella.

Llevaba puesto un pantalón negro tan ajustado que me cortaba la respiración, pero en cuanto le dije a mi madre que sólo las mujeres usaban ese tipo de jeans, me dijo que lo importante era que remarcaba mi trasero y mi piernas, y que dejará de quejarme. Sin duda alguna mi madre creía que su hijo mayor era del sexo femenino y que lo que a mi más me importaba era que las mujeres viborearán mi trasero.

Para rematar también me dio una camiseta negra, con la cual no tuve inconveniente alguno, y una chaqueta de mezclilla, a que tampoco le vi problema al principio, pero en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a mi madre arremangándome las mangas, según ella me hacía ver como todo un galán.

Pasé una hora explicándole que sólo iba a hacer un trabajo y que nunca más volvería a tener contacto con esa chica después de hoy, y finalmente me dejo por lo menos usar mis converse negros e hicimos el trato de que sí me ponía los lentes negros que ella me daba "para mantener la imagen", ella no tocaría mi cabello con ninguno de sus productos aromatizados.

Al dar con la casa de mi compañera toqué el timbre esperando a que alguien me abriera, pero al ver que nadie salía lo toqué por segunda vez y así consecutivamente hasta que me di cuenta de que, sí lo tocabas rítmicamente sonaba como una canción navideña y lo comencé a tocar con más emoción, eso hasta que Victoria salió de brazos cruzados y una gélida mirada.

- Llegas tarde.- me dijo mientras se dirigía a la mesa donde supuse trabajaríamos.

Llevaba puesto unos jeans un poco menos ajustados que los míos y una playera blanca que decía "No soy rara, soy edición limitada", si claro, como sí esa fuera la impresión que da al conocerla.

Me dio la mitad de las preguntas que nos tocaban y en silencio se puso a responder su parte.

- ¿No hablas mucho verdad?- levanté la vista y la encontré con su vista posada en mi. No llevaba ni una sola gota de maquillaje y debía admitir que se veía mejor que con todo el maquillaje que usaba en la universidad.- ¿No vas a contestar?- me miró fijamente, y gracias a los lentes que mi madre me había obligado a usar podía observarla sin verme tan acosador.

Descubrí que tenía unas cuantas pecas apenas visibles en su nariz y parte de sus mejillas, tenía un lunar escondido sobre su no tan poblada ceja derecha. Sí algo había notado a estas alturas era que, gracias a que tenía el cabello claro, sus cejas no se notaban mucho y sí las veías de lejos hasta parecía que una de ellas estaba partida a la mitad, se veía como cuando te pegas y como te queda cicatriz te salé menos vello en esa parte, desafortunadamente a ella se le veía como si hubiera perdido media ceja.

Tenía unos ojos entre miel y verdes, que sí no fuera porque eran algo pequeños, te dejarían colgado desde el primer momento en que lo vieras, pero de alguna forma, una vez que los veías ya no volvías a pasarlos por alto.

- ¿Es personal o también con los demás eres así de indiferente?- me dijo algo molesta y pasando por alto la inspección que le estaba haciendo a cada rincón de su rostro.- Vamos debes de tener aunque sea algo que decir.- apoyó sus codos en la mesa y acercó su rostro al mío. - ¿Eres mudo?- comenzó a picar mis mejillas con su dedo. - Se quiere reír, se quiere reír.- comenzó a tararear sin dejar de picarme.- Bueno no se quiere reír.- se sentó enojada y cruzando sus brazos, lucía como mi hermana Olive cuando no conseguía lo que quería.

Mr. NorthМесто, где живут истории. Откройте их для себя