Cogí mi portátil y me senté en mi cama abriéndolo para ver si mis padres estaban conectados al skype. Tenía ganas de verlos y sobre todo de hablar con mi hermana pequeña. Por suerte mi madre estaba en línea y la llamé para iniciar una videollamada. Me contestó después de unos cuantos tonos, saliendo en pantalla con mi hermana en sus piernas. Sonreí al instante, las echaba de menos. 

- Hola hija. - Decía mi madre mientras saludaba con la mano, sonriente. Le devolví el saludo con la misma sonrisa. 

- Hola, ma. - Mi hermana estaba llamando mi atención saludando efusívamente con las dos manos mientras gritaba mi nombre. - Hola pequeña, ¿cómo estás? 

- Holaa Milaaaa, te echo de menos. - Dijo finalmente haciendo un pequeño puchero que hizo que se me saltara el corazón. 

- Yo también enana, pero mientras no estoy contigo podemos vernos y hablar por aquí siempre que quieras, ¿vale? - Mi hermana reemplazó el puchero por una sonrisa y asintió. 

- Vale, quiero todos los días. - Me reí por la cara seria que puso al decirlo. 

- Sabes que no puedo todos los días, pero te prometo que intentaré llamarte más seguido que antes para vernos. 

- ¿Que tal en la universidad? - Interrumpió mi madre cambiando de tema. 

- Bien, todo como siempre, estudiando mucho para los exámenes y pasando el rato con mis amigas. ¿Por ahí que tal?

- Todo como siempre, tu padre trabajando mucho, tu hermana es un bicho que no para quieta. - reí ante el comentario porque es totalmente verdad. - Y yo trabajando y cuidando a tu hermana. Todos por aquí te echamos de menos hija. 

- Yo también os echo de menos, mamá, pronto iré a haceros una visita. 

- Más te vale. - Dijo mi madre señalándome con el dedo haciéndome reír. - Bueno, te dejo hablando con tu hermana que van a llegar mis amigas en un rato y tengo que preparar el café. Cuídate, hija, te quiero mucho. 

- Yo también, mamá. - Mi madre salió de la pantalla y mi hermana cogió un cojín para ponerlo en la silla y estar más alta al sentarse. - ¿Qué tal en el cole, pequeña? 

- Bien, hay un chico que me gusta. - Se puso tímida al decirlo y empezó a jugar con sus manos. 

- ¿Cómo que te gusta un chico, Sofí? tienes siete años eres una enana para fijarte en chicos. - Le reprendo y ella vuelve su mirada hacía a mí.

- Pues me gusta, Mila y yo creo que le gusto a él, se llama Jacob y le voy a pedir que sea mi novio. - Soltó segura y confiada. Mi hermana pequeña tiene más coraje que yo, increíble. 

- ¿Cómo sabes tú que le gustas? - Me miró y puso una sonrisa en sus labios. 

- Porqué siempre me presta sus colores y me defiende del tonto de Lucas y yo también lo defiendo a él cuando León intenta molestarlo. Hacemos un buen equipo. - Me río. Mi hermana es un caso, no tiene remedio. - ¿Y a ti te gusta alguien? - En ese momento pienso en Lauren, aún no les dije nada a mis padres porqué no se dio la oportunidad y porque después de verme mal en navidad no quiero que se piensen que Lauren me hará daño, pero planeo contarlo pronto. 

- Puede ser. - Digo con una sonrisa de oreja a oreja y mi hermana dio un gritito de emoción. 

- ¿Es guapo? ¿cómo es? ¿y le gustas? 

- Es una chica, Sof. 

- ¿Y es guapa? ¿le gustas? - Dijo con la misma emoción y volví a reír. Mi hermana sabe que me gustan tanto los chicos como las chicas y nunca tuvo problema con eso. Creció viéndolo cómo lo que es, algo completamente normal. 

Cuando menos te lo esperas (camren fanfic).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora