#8 ¿Anaconda o Gusano?

1.1K 64 2
                                    


Han pasado dos días desde que había venido Jeanine. Han dos días en los que entrenaba demasiado duro. Han pasado dos días en los que Eric me ayudaba a buscar a mi familia y no encontraba nada. Y pasaron dos días en los cuales me besaba con Eric en cualquier lugar que no hubieran personas.

Ahora era mas de allá de las 20:00 p.m y mañana serían las Peleas. Tenía que ir abun lugar al que Eric me pidió que lo acompañará, lo iba a hacer porque quería besarlo y porque el me a estado ayudando con lo de mi familia y entrenamiento.

El me estaria esperando en las vías del tren a las 20:15 p.m así que tenía que apurarme. Camine rápido mientras penaaba en lo que queria. No era necesario sacarme del complejo de Osadía si solo queria besarme o para decirme algo sobre mi familia.

pero esto tenía que ver con algo más que eso.

Al cabo de 10 minutos había llegado, Eric estaba de espaldas a mi. No lo pensé mucho para saltar en su espalda, él rápidamente me afirmó del trasero para afirmarme, o eso supuse hasta que me dio un apretón sobre-saltando me.

-¡Oye! Pervertido. -Exclamo riendo.

-¿Pervertido Yo? Te recuerdo que la que me toco el paquete ayer fue otra.

-¡Tú pusiste mis manos ahí! -Bese su mejilla dos veces, porque el otro beso cayó en sus hermosos y suaves labios. -Tengo que admitir que lo tienes grande.

-Después el Pervertido soy yo.

Si, ayer le toque su paquete. Pero dejen me decirles que fie un accidente. Yo estaba sentada en el suelo y tenia un perchero un poco más al lado y arriba de mi cabeza, la cosa es que yo lo estaba buscando sin mirar y Eric se encontraba a mi lado de pies, así fue como ocurrió. Lo penoso fue que al sentir su paquete en mis manos, lo aprete pero deje de hacer lo cuando escuché su gemido.

-Cómo sea,necesito bajar me para luego subie al tren. Suelta me. -Le dije intentado que me soltará, cosa que fue en vano.

-Tranquila, no te pasara nada.

-¿Quieres saltar conmigo? No jodas, estas loco.

-Oh vamos, será genial.

Lo mire dudosa, realmente no creo que sea genial, pero tengo que confiar en él, ¿Cierto?

-Si me caigo te juro, te re contra juro, que te mataré. -dije aferrando me más a sus hermosos y musculosos brazos.

Siento el sonido del tren y a Eric prepararse, sus manos están en mis caderas pero se suelta para tomar impulso y saltar. Cierro mis ojos con fuerza esperando no caer. Siento como caemos dentro del tren, rodamos un poco hasta yo quedar debajo de él, no me incómoda para nada está posición, de hecho cómo que me gusta estar así. Abro mis ojos y los de Eric son lo primero que veo, esos hermosos ojos mar me miran atentamente, puedo ver que sonríe, no sé el motivo pero sus labios se estiran para dejar un beso en mis labios.

-¿Qué?- pregunto confundida, pero aun así con una sonrisa.

-Nada.

Siento como se mueve para quedar entre mis piernas, su cuerpo está arriba mio, pero en ningún momento me aplasta gracias a sus fuertes brazos con los que se afirma. Eso no cambia cuando una de sus manos se va a mis muslos, que estaban cubiertos por unos pantalones de cuero negro, y los acaricia. No me molestaban sus manos, no me molestaba nada viniendo de él. Solo tengo miedo de que todo sea un juego para él y ese pensamiento me mataba.

-¿Qué pasa?

-Nada, ¿A dónde vamos?- pregunte desviando el tema.

No tiene porque saber que me siento extraña, de buena manera, junto a él. No tenía que saber que estaba sintiendo cosas von sus besos, que nadie nunca me habían besado como él, que sentía cosas en mi panza y mi mente estaba pensando en él a cada momento.

-A un lugar. Tengo algo que contarte.

-¿Vamos a salir del complejo de Osadía?

-Sí, cariño.

No pude evitar sonreír y sentir hormigas en la panza, era inevitable. Él me llamo Cariño. Eric lo había hecho y se sentía genial. Por un momento me pasó por la mente burlarme y en otro momento besarlo. Y estaba claro que no perdería la oportunidad de besarlo.

Acerque mis labios a los suyos y los roce, era un roce provocativo y tierno a la vez. Él fue quien termino de unirlos, sus manos fueron a mi cintura y las mias a su cabello, y fue cuando ne di cuenta que usaba gel para el cabello, pero eso no importa ahora, ¿no? Sentí su lengua rocar con mis labios, rápidamente abrí los mios y deje que su lengua me explotará, nuevamente se sintió genial. Lo pillé intentando colarse entre mis piernas, pero no dije nada, solo abrí un poco más mis piernas para que logrará meterse en ellas fácilmente. Levante mis caderas para que mi cosa chocará con su cosa, solo para provocarlo. Y creo que funcionó muy bien.

-Uh, alguien se calentó. -Dije al separarme. Su mano, que estaba en mi cintura, viajo a mi trasero y rápidamente le dio un apretón, logrando sacarme un gemido.

-Creo que no doy el único. -Dijo antes de darme un un beso de pico en los labios para luego levantarse y estirar su mano, la cual agarre para que me ayudara a levantarme. -Aún que me encantaría hacerlo ahora, no podemos, nena.

El sonrojo viene a mi sin que yo lo pida o piense, él tenía ese efecto en mi y no no podía hacerle nada... O quizás si, podía disimular, ¿Cierto?

-Una lástima, tampoco dejaría que alguien como tu me la metiera.

Sus ojos se entre cerraron, como si quisiera saber que pasaba por mi mente, pero edo no lo sabra ni en un millón de años.

-Cariño, no le tengas miedo a mi anaconda.

-¿Anaconda o Gusano? Creo que te has confundido. -Dije Burlándome.

-Eres imposible. -Me fulmino. -Tenemos que saltar.

Mi Chico Mata Divergentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora