Capitulo 29

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Silencio.

Y miradas.

Ninguno emite ningún sonido, ninguno emite alguna acción. Mangel no quita su enfurecida mirada de Catalina, quien le devuelve la mirada llena de angustia.

Hasta que Mangel, cegado de rabia y lleno de coraje, habla.

- ¿Por qué ibas a hacer todo eso? – Pregunta. Ya no hay lágrimas. ¿Para qué desperdiciar en ella?

A la chica le tiemblan las piernas, y las lágrimas corren por su mejilla. Pero a ninguno les hace efecto su desesperada expresión.

- No quiero perderte – Susurra. Mangel ríe irónicamente, igual que hizo ella hace unos minutos.

- ¿Y por eso haces todo lo que haces? –

- Estoy enamorada de ti, y no puedo permitir que me dejes por Rubén – Aquello lo dice con firmeza, aunque su expresión diga lo contrario.

- No, Catalina, eso no es estar enamorada. Es estar obsesionada. Alguien enamorada no amenazaría a otra persona para que se aleje. Alguien enamorada no crearía una escena para fingir que intentaron golpearla. Alguien enamorada no finge estar embarazada. Alguien enamorada no haría todo lo que tú tenías pensado hacer. Alguien enamorada no querría mantener a otra persona amarrada a ella de cualquier manera. Tú estás obsesionada con que yo me quede contigo, y eso no es natural, no es normal, no es bueno. – Cada palabra que suelta Mangel hace que las lágrimas aumenten en el rostro de la chica, pero a él no le afecta.

- Pero... somos tan perfectos juntos – Suspira. Mangel se frota la cara, furioso.

- ¿Perfectos? Esto no es ser perfectos. Mucho menos si actúas de manera tan extraña y haces este tipo de cosas.- Replica.

- Pero... -

- Nada de peros, Catalina – La interrumpe.- Esto llegó hasta acá. Nos vamos a divorciar y tú deberías ir al psicólogo o algo así, porque lo que haces no es normal.

- No... cariño... - Suplica – No quiero que me dejes...

- Debiste de haberlo pensado antes de hacer todo esto – Responde fríamente. Catalina se seca las lágrimas que no dejan de brotar, haciendo vanos esfuerzos por mantener la calma.

- Mangel... amor... ¿es que acaso tú no estas enamorado de mí? ¿En serio quieres divorciarte? – Pregunta, con una ínfima esperanza que no tardará en ser derrumbada.

Mangel resopla, revolviéndose el cabello.

- ¿Realmente quieres que te responda eso? –

La chica se mantiene en silencio unos segundos, en los que su vista no deja de estar nublada a causa de las lágrimas.

- Vale... vale... - Responde. Y sin soportarlo más, sale corriendo escaleras abajo, como una niña pequeña haciendo rabieta, intentando dejar atrás todo lo que acaba de ocurrir.

Mangel la observa hasta que la pierde de vista, y en ese momento suspira. Siente como si un agujero negro escondido en el pecho tragase todas sus emociones, dejándolo sin ninguna más que rabia y decepción. Sabía cómo era Catalina, pero nunca imaginó que llegaría a tales extremos. Comprendía sus celos, podía comprenderlos, pero esto no se puede comprender. No se puede aceptar.

Rubén observa en silencio a Mangel, con todas las ganas de correr hacia él y abrazarlo, decirle que todo estará bien. Se queda observándolo desde el umbral de su puerta.

Aunque es Mangel quien, cuidadosamente, se voltea hasta quedar de frente a Rubén y lo observa directamente a los ojos. A esos ojos de un color que nadie podría decir cuál es exactamente. Esos ojos que tantas veces lograron meterlo en un profundo sueño del que nunca quería salir, y aún lo logran.

Broke (Rubelangel) 2da Temp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora