Capitulo 25

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Mangel se queda unos segundos más observando al barbudo, quien no soporta esa mirada y agacha la cabeza, avergonzado.

- Esperame aquí, iré a ponerme algo más decente – Dice Mangel, volteándose rápidamente y entrando de igual manera a su departamento.

En los pocos minutos que transcurren hasta que el pelinegro vuelve, Cheeto no deja de arrepentirse. Se salió de control por algo que debía tener claro, los celos pudieron con él, nublándole la mente. Nunca había estado tan fuera de sí, pero esto lo superó en todos los aspectos. Pero sabe que fue su culpa. Tiene más que claro que todo lo que le dijo Rubén es cierto, aunque le duela admitirlo. Mangel nunca se fijará en él, Mangel sólo ha tenido y tendrá ojos para Rubén.

El pelinegro vuelve ya sin su pijama puesto, pero aún con esa mirada de desaprobación que a Cheeto tanto le duele.

Piensa en llevarlo a la azotea para hablar, pero no quiere llevar a nadie allí que no sea Rubén. Es como un lugar sólo de los dos.

- Vamos a caminar – Lo invita, bajando las escaleras lentamente.

Cheeto suspira pesadamente y acto seguido lo sigue.

Llegan abajo en completo silencio, incómodo para uno. Salen del edificio y respiran profundamente antes de comenzar a caminar sin dirección. Mangel no quiere empezar tan cruelmente, pero realmente no anda de humor como para tratar con amabilidad a Cheeto.

- ¿Por qué golpeaste a Rubén? – Pregunta luego de un rato. El barbudo siente una punzada en el pecho al escuchar esas palabras. Golpeó a Rubén, y ahora debe afrontar las consecuencias.

- Yo... lo siento mucho... me arrepiento tanto... - Responde, casi en un susurro.

- Estoy seguro de eso, pero quiero saber por qué lo hiciste – Insiste. Cheeto se frota los ojos, esto si que no quiere afrontar.

- Porque me salí de control, con todo lo que me dijo me salí de control – Responde.

- ¿Y qué te dijo? –

- Que tú nunca te fijarías en mi, que si no te fijabas en él mucho menos lo harías en mi. Y lo dijo con tanta rabia, con tanto asco hacia mi... – Responde avergonzado.

Mangel aguanta sonreír, Rubén no sabe lo equivocado que está al pensar que él no se fija en Rubén.

- Algo debiste de haberle dicho tú para que él respondiera eso, y de esa forma –

- Le dije que se alejara de ti – Esto sí que lo dice susurrando, no quiere que nadie lo escuche confesarse de esa manera.

- ¿Y por qué le dijiste eso? – Aunque Mangel lo sabe, quiere seguir preguntando. Quiere escuchar todo lo que imagina que dirá saliendo de los labios de Cheeto.

- ¡Porque estoy celoso! ¿Vale? – Exclama.- Estoy celoso de la atención que le das a Rubén. Estoy celoso de que siempre veas lo mejor de él, y que no te des el tiempo de ver lo mejor en otras personas que también están interesadas en ti. Estoy celoso de que compartas más tiempo con él que con los demás. Estoy celoso de que pareciera que sigas enamorado de él aún teniendo esposa y un futuro hijo. ¡Rubén me lo contó! ¡Te casaste, Mangel! ¿Crees que no me duele? ¡Me gustas, y estás casado! ¡Estás casado y pareciera que Rubén te sigue encantando! ¡Y estoy celoso de eso!

Mangel no responde. Todo lo que escuchó no fue lo que esperaba. Es como si le escupieran en la cara algo que es verdad y él no quiere admitir. Está casado, pero le gusta pasar más tiempo con Rubén que con Catalina. Está casado, y pareciera que sigue enamorado de Rubén. Y no sabe si lo está o sólo es algo pasajero.

Broke (Rubelangel) 2da Temp.Where stories live. Discover now