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Pasaron apenas dos horas luego de haber salido de la ciudad cuando el auto se detuvo y fue literalmente arrastrado fuera del mismo, y obligado a introducirse en la enorme casa de su contrario.

Estando dentro, Louis sólo podía estar seguro de dos cosas en ese momento; la primera, era que no pertenecía a un lugar como era la vivienda donde se encontraba, y la segunda: que él no se llevaría la peor parte en su primer día.

Frente a él había una hilera de pequeñas y temblorosas Omegas vestidas con ropas descaradamente cortas y los chicos sólo usaban un short pequeño, podía inhalar el miedo que exhalaban los de su misma clase mirando al suelo esperando a quien sabe qué.

— Garret.– Harry bramó haciendo a todas chillar, incluso a Louis que prefirió contenerlo, para no atraer la atención del alfa, podía sonar egoísta, pero prefería que descargara su ira y controlara su celo con alguno de ellos a que lo hiciera con él.
—Quiero a Nick aquí, y dame a la tres y cinco.

Por un momento quiso suspirar de alivio al ver que todos se iban a un sólo lugar, y las elegidas eran llevadas a una habitación que estaba subiendo las escaleras; claro que no lo hizo, pues estaba en un lugar que no conocía y la respiración fuerte de Harry a su lado no era de mucha ayuda.

—Clarisse, llévatelo y que comprueben si está limpio.

Bramó aquella última orden antes de desaparecer por el mismo sitio al que habían sido arrastradas las omegas que el rizado había elegido.

Sus sentidos cayeron en la cuenta de lo que el alfa había dicho, y su mente se encerró en una sola pregunta. ¿A qué se refería?

Miró a su costado, encontrándose con una chica de cabellos rojos, que enseguida identificó como una beta, la misma chica lo empujó por un camino distinto a donde todos los omega habían sido llevados. Louis gimió al ver el sitio en que se encontraba luego de haber cruzado una puerta; no entendía nada. ¿Qué iban a hacerle?

A su alrededor se encontraba una instalación extraña, parecida a un laboratorio al que iban acada mes en el vitral para controlar su salud.

La chica lo empujó nuevamente, hasta dentrarlo por completo, no pasó ni un minuto antes de que el menor sintiera los brazos de la chica rodearlo con fuerza. La primera vez en años que sentía un toque cariñoso, cálido. Pero la situación no lo dejaba disfrutar el acto.

—Lo siento, no quería empujarte, si Harry se entera de que trato bien a su nuevo sumiso me va a matar, y no hablo de una metáfora, él es muy impulsivo y... dios, eres tan joven, ¿qué haces tú aquí?

La chica parecía no poder comprender ni la mitad de lo que veía, sí Louis lucía realmente joven aún a pesar de las ojeras bajo sus ojos.

Se mordió sus labios y miró a los ojos verdosos de la chica, tarareo un momento, eligiendo las palabras que serían correctas para mencionar y comenzó a hablar con la voz más a aguda de lo que le hubiese gustado.

—Yo... bueno, vengo de el vitral, he pasado Ahí la mitad de mi vida...

La chica asintió sin mirarlo; las luces del lugar se hicieron más tenues dejando al menor ver con detalle la habitación tan rara que se alzaba frente a él. Nada parecía que fuera a hacerle daño, nada hasta que se topó con la camilla más alejada, en una esquina, con una cortina corrida hacia un lado, había una de esas máquinas raras que te dicen como va tu corazón y también una de electro shock, junto a una pequeña parrilla llena de cosas que nunca había visto, su respiraciòn se cortó y miró con miedo a la chica de nombre aún desconocido.

—¿Para qué es esa camilla?

Logró que su voz no se rompiera al hablar, supuso que a la orden de Harry, esa camilla sería para revisarlo como si fuera un animal a punto de ser vendido a su nuevo dueño, aunque esa idea no se apartaba mucho de la realidad.

—Es... ¿cómo te llamas? "

La pelirroja desvió la atención, esquivando la pregunta que seguramente no ameritaba una respuesta, o quizá, no era algo que el oji azul deseara escuchar.

—Louis, y no me has respondido. Quiero saber... ¿Para qué diablos es eso?

La beta rodó los ojos y prosiguió con su distracción para el castaño. Tratando de mover rápido las manos mientras preparaba un equipo de no sé qué.

—Soy Clarisse-...

Los nervios ya alterados de Louis se pusieron de puntas y no pudo evitar dejar salir un jadeo que llenó de feromonas de frustración el lugar. La chica pareció rendirse al escucharlo bufar de aquella forma y lo miró con lástima reflejada en sus ojos, los instrumentos que alistaba se escucharon impactar suavemente con el metal de la charola antes de que su voz llenara el lugar.

—Es... no puedes ser fértil si eres sumiso de Harry... yo lo siento Louis.

Explicó, sin atreverse a mirarle a los ojos, su vista se movió a sus manos y no pudo evitar captar el fuerte olor a miedo que el menor exudaba.

Los ojos del ya mencionado se aguaron, cuando su mente se aclaró en aquella idea.

—¿Què?

Preguntó en un suave jadeo que dejó el ambiente aún más pesado por su propio miedo.

¿Cómo podría?

The Real AlphaWhere stories live. Discover now