Suspira y mira a un costado. Ahí está ella. Anisa. Quien intenta parecer indiferente. No logra explicarse el apego que ha comenzado a sentir por ella. Por esa mirada y gestos.

Se permite observarla con detenimiento. Es bonita, a pesar de su semblante arisco y esa actitud de chica dura. Niega volviendo la mirada a las puertas que ahora están prácticamente frente a él.

Debe haberme lavado el cerebro.

―No se separen del resto ―advierte Armen al estar a unos metros del lugar.

Pen frunce el ceño, extrañado por su advertencia. Antes de que pregunte al respecto, Alain inquiere si se debe hacer algo en particular, a lo que Irina responde que mantenerse alejados de los vampiros.

―Son muy dados a probar a los visitantes ―explica Anisa, dedicándole una mirada insinuante.

Por extraño que parezca, le da la impresión que esa esa la razón por la cual, se mantiene pegada a él. Sonríe para sí mismo. No quiere compartir. Egoísta.

La bienvenida es todo un suceso. Observa como Armen parece tener demasiada importancia. Pues no solo un grupo de vampiros ha venido a su encuentro. De alguna manea le provoca incomodidad. Pues ahora depende de ellos, aunque solo lo hace por ella. Gema.

***

"Comportante". Advierte Irina mientras avanzan por uno de los pasillos de la elegante residencia. Anisa ignora sus palabras, pues ya ha sentido su presencia.

―Elina ―gruñe al verla.

Conoce muy bien su carácter y lo obstinada que puede llegar a ser cuando quiere algo. No es que considere a Pen de su propiedad, pero por alguna razón, la idea de que pueda poner sus ojos en él, no le agrada.

― ¡Bienvenidos! ―exclama intentando parecer encantadora.

"¡Alimento!" Dice mentalmente.

"Contrólate". La reprende Rafael. Pero ella parece ignorarlo.

―Cuando me dijeron que tendríamos visitas, no imagine que fueran tan gratas ― "Y apetitosas".

―No son comida ―masculla sin poder contenerse, ganándose una mirada interrogante por parte de Elina.

― ¿De verdad? ― "Mentirosa" ― Creo que ya los probaste. ― "Tienes su sabor en tus colmillos"

"No has cambiado nada". Comenta con ironía Rafael.

― ¿Dónde se encuentra Danko? ―inquiere Rafael, interrumpiendo. Anisa desvía la mirada y como si fuera un habito, se miran.

La conversación cambia de rumbo, centrándose en Knut y Gema, cosa que ayuda a no delatar su malestar. ¿Por qué le importa tanto los comentarios sarcásticos de Elina?

Elina comienza a asignar habitaciones. Desde luego que Armen se quedara con Gema. Así que ella pedirá una cercana, no piensa que pueda suceder algo, pero prefiere mantenerse cerca.

― ¿Ustedes quieren compartir? ―inquiere mirando a Uriel.

Oculta una sonrisa ante la expresión de Irina. No logra entender porque sigue jugando al gato y al ratón con él. Quien no parece estar dispuesto a aceptar su relación.

―Si ―responde sorprendiéndola incluso a ella. Esperaba que como siempre, intentara mantener las apariencias.

"Así que ustedes también ¿he?". Pregunta Elina mirando a Irina, quien parece incomoda. Pero no puede negarlo. Su ropa los delata. El olor de ellos mezclado incluso en otros aspectos.

―De acuerdo. Ella es tuya ―murmura divertida Elina.

"No soy suya". Replica Irina.

"No vamos a discutir eso ahora". La reprende Uriel.

― ¿Tu? ―continua Elina ignorando su disputa.

Ve como los ojos de la rubia se fijan en Pen y de nuevo el malestar se apodera de ella.

― ¿Quieres compartir conmigo?

"Serás..."

"Anisa" Reprende Armen.

Lo dicho, en ocasiones detesta el vínculo que la obliga a mantenerse quieta.

―Mi cama es bastante amplia.

―Parece que no has cambiado nada ―farfulla fulminándola. "Eres una resbalosa". Dice sin importarle el reproche por parte de su creador.

― ¡Oye! No deberías ser tan egoísta, Anisa.

―Y tú no deberías ser tan ofrecida.

"Tú ya lo probaste".

"¿Quieres que comparemos? No creo que te convenga" La reta sin intimidarse.

"Suficiente las dos". Interviene Armen con autoridad.

―Nos veremos en la cena ―dice en voz alta Elina antes de dirigirse a la puerta.

Elina le dedica una mirada desafiante.

"¿Cuánto crees que tarde en conseguir su sangre?".

"¡Elina!". Ahora es Rafael quien participa.

―No deberías tomarle aprecio ―intenta mediar Uriel.

― ¿Debemos soportarla? ―farfulla Anisa fulminándola con la mirada.

"No tenemos otra alternativa". Comenta Rafael siguiéndola con la mirada. Anisa aprieta los dientes y niega.

Armen explica que deben confiar en ella. ¿Confiar? Lo único que sabe, es que será un auténtico dolor de cabeza.

―Yo no confió en ella ―debate de malhumor.

"Sabes que solo te provoca porque le sigues el juego". Explica Irina.

―Es de fiar ―afirma Uriel.

"Para usted". Piensa Irina.

Anisa puede notar el cambio en su actitud y no es difícil de adivinar el porqué.

― ¿De verdad? ―cuestiona Farah.

"Tú no por favor". Pide Rafael, pero ella lo ignora.

―Créanlo, el señor Haros la conoce muy bien ―dice con sarcasmo Irina.

"¡Irina!". Niega Uriel.

"¿Es mentira, señor Haros?". Insiste Irina.

― ¡Suficiente! ―exclama Rafael―. ¿Quieren dejar de lanzarse indirectas? Es molesto.

―Tienes razón ―asegura Uriel tomando a Irina del brazo― Nosotros nos vamos.

Los ve salir y luego nota como Pen mira a Gema. Ahora no solo tiene que soportar eso, sino también los juegos de Elina.

―Insisto en que deberíamos tener más cuidado ―murmura una vez que todos se han ido.

―Te pido que los vigiles ―dice Armen.

"¿Ira por él?". Inquiere preocupada.

"No, pero es mejor no correr riesgos".

"¿No podemos quedarnos en otro lugar, señor?" dice más desesperada de lo que le gustaría.

"No te preocupes. Ve". Sabe que él puede ver dentro de ella y notar el verdadero motivo de su actitud, pero también es consciente que él nunca se mofaría. Y eso lo agradece.

"Entendido, señor".

Camina por el pasillo. Sera una larga noche.




La Donante Extras (#1.5)Where stories live. Discover now