V E I N T I U N O

621 18 0
                                    

Me dejé caer en la enorme cama y Liam rió. Se acercó a mi y me apartó el cabello del rostro. Sonreí, cansada.
-Dormiría mil años. -confesé y él se acostó junto a mi.- Pero creo que ahora solo quiero verte para convencerme de que no vas a desaparecer.
Pasó su brazo por mi cintura y se apoyó en su codo, mirándome. Hice un puchero y se inclinó para besarme.
-Te amo.
-Te amo.
Lo moví, haciéndolo quedar sobre mi y enrosqué mis piernas en torno a él.
-Te amo. -repetí y atrapé sus labios.

Liam era de esos que te despertaban con el desayuno en la cama luego de una noche de sexo pero esta vez no fue así. Me miraba en silencio, delineando mi piel con la yema de sus dedos, trazando dibujos, círculos, palabras. Supe que algo lo preocupaba cuando abrí los ojos y me pegó más a él en un gesto de cariño.
-Buenos días. -susurré.
-Buenos días. -dijo y me miró extrañado.-¿Pasa algo?
-Estás triste.-dije y él me colocó sobre su cuerpo, cubriéndome bien con las sábanas.
-¿Uma?¿De verdad hubieras aceptado casarte conmigo si no te lo hubiera propuesto el día de tu boda?
-Si. Puede que, si hubiera sido en otro momento, habría dudado más. Pero no pude ni ponerme nerviosa.-reí.- Liam, te amo y estamos casados ahora. ¿No es eso lo que importa?
-Siento que te até y ya no podes ser libre.
-Soy libre pero no quiero irme de tu lado. Estoy acá por elección propia. Los dos sabemos que nunca me obligarías a hacer nada que no quiera.
Suspiró y recosté mi cabeza en su pecho. Estaba arrepintiéndose. Sus manos se posaron en la parte baja de mi espalda y su pulgar se dedicó a acariciar mi piel.
-No puedo evitar pensar que Harry sería tu dueño.
-No tengo dueño.
-Odio imaginarlo en tu cama, besándote, haciéndote el amor. No se merece siquiera ver tu piel.-había rabia en su voz.- Odio saber que te tocó.
Quería llorar, le daba asco. Era como Harry decía, todos habían pasado por mi cama, y eso le daba asco a Liam. Era mi fama. Nadie podía quererme.
-Amor, no llores.-sonó la voz de Liam y fui  consciente de que mis lágrimas mojaban su pecho desnudo. Me puso a la altura de su rostro y me miró confundido.
-¿Qué pasa? ¿Es porque hablé de él? No voy a mencionarlo más. Prometo que...
-Yo no quería ser una zorra.-musité.- No quería que todo eso pasara. Pero te quiero y sé que mereces a alguien puro que de todo por vos pero yo no puedo cambiarlo. Lo siento tanto.
-Shh.-susurró con la mejilla contra mi pelo.- Sos la chica perfecta para mi. Te amo. No me importa nada. Estás conmigo y te amo.
-Doy asco.
-No, mi vida.-dijo y besó mi frente para luego bajar a mi mejilla y a mis labios.- Si hay algo que nunca vas a darme es asco. Te amo. Necesito que entiendas eso. Te amo y lo único que digo es que él no merece haber podido, siquiera, estar cerca tuyo.
Lo rodeé con mis brazos con fuerza y cerré mis ojos para luego sentir sus pulgares debajo de estos, barriendo mis lágrimas.
-Mi señora Payne. -dijo y me besó.- Hasta que la muerte nos separe.
-Te amo.-susurré y él se enderezó.
-Yo te amo todavía más. Ahora voy a preparar el desayuno.
-¿Puedo acompañarte? -pregunté y él me tendió su remera. Volvió a inclinarse sobre la cama y me besó.-¿Eso es un si?


Empezando de cero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora