Segunda provocación.

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Con su aguda visión localizó a su objetivo y sonrió con picardía. Adoptó con inocencia aquella despreocupada personalidad suya y corrió hacia el moreno que se encontraba comiendo.

- ¡Torao! -le llamó y antes de que Law se inmutase, el pequeño capitán había tropezado con él y a causa de eso, su almuerzo cayó directo en la ropa de Luffy.

- ¡Mugiwara-ya, deberías fijarte por donde corres!

- Huuh, en verdad lo siento, tropecé sin querer -balbuceó haciendo una mueca, sin embargo, festejaba por dentro. Objetivo logrado.

- Bueno, no importa -se resignó con una de sus manos sobre su rostro- deberías cambiarte, estás todo sucio.

- Lo sé -rió pasando sus dedos por la mancha y lamiéndolos con lentitud, deleitándose sobre la mirada de su aliado- no te preocupes, Torao, después de todo hace demasiado calor, tarde o temprano me iba a sacar la camisa.

Procurando que Law lo mirase, tomó los bordes de su vestimenta y la retiró. Observó su abdómen con un mojín, no había planeado que la mancha traspasase la tela y terminara en su piel. No lo había planeado, pero se le había ocurrido una buena idea.

- ¡Torao! -farfulló- estoy todo pegajoso.

- ¡No me digas a mi si ha sido tu culpa por tropezar!

- Peeero, Torao me va a ayudar ¿verdad?

- ¿Huh?

- Limpiame, es tu culpa por no esquivarme.

- ¿Qué clase de lógica es esa?

- Por favooor -Luffy suavizó sus facciones y le miró suplicante. El mayor, tomándolo como un mínimo agradecimiento por su gran victoria en Dressrosa, aceptó a regañadientes. Con una expresión de irritación total tomó un trozo de tela cualquiera y miró una vez más la sonrisa triunfante del pequeño capitán antes de bajar su mirada. Remojó el paño y lo pasó por aquel trabajado torso, dejando que la suciedad se escurriera en el agua.

- Deberías ser menos torpe -murmuró.

- Perdona, sólo te estaba mirando a ti, no al camino.

El ojiazul soltó una pequeña risa.

-- ¿Qué se supone que significa eso?

- Quien sabe -imitó la acción del mayor y luego se concentró en el excitante tacto que recibía tan inocentemente.

Trafalgar Law talló una vez más aquella cálida piel, asegurándose que estuviese libre de suciedad y cuando iba a levantarse para terminar su tarea, reparó en aquella gigante cicatriz ya característica de Luffy. La miró con cuidado, sabiendo que el mismo había sanado tal herida. Otra vez aquellos recuerdos lo inundaron y regresó al tiempo en el que tenía a aquel travieso chiquillo en estado crítico con su vida en sus manos. Y él le había salvado. Sonrió satisfecho, remarcó con la yema de sus dedos los bordes de dicha cicatriz y se marchó en silencio. Sin saber lo que había provocado en el menor con aquel simple tacto carnal.

Luffy se quedó embobado mirando como el chico se marchaba de ahí sin un deje de vergüenza y rió. Si antes tenía dudas sobre su repentino cambio de personalidad, ahora estaba más determinado que nunca.

Más tarde, ya al anochecer, todos los piratas se reunían en la cocina para un gran banquete, festejarían la victoria de Luffy contra Doflamingo. Y un banquete no podía ser uno sin alcohol. Si bien Luffy había decidido que el incidente de la comida era suficiente por el día, parecía que los dioses se ponían de su lado y le gritaban que aprovechara aquella única oportunidad. Todos miraban sorprendido al capitán de los piratas del corazón, ya que era la primera vez que se unía a una fiesta por voluntad propia, hasta se había ofrecido voluntario para ayudar.

- ¡Sanji, prepara comida, a festejar! -gritó Luffy eufórico, sería una larga noche.

Una hora más tarde, sobre la cubierta del barco todos reían y bailaban, siendo presas de la deliciosa comida que preparaba el rubio. El chico de goma se acercó a Zoro y bajo la sorprendida mirada del peliverde, tomó una jarra de cerveza.

- Creí que no te gustaba el alcohol -dijo.

- De vez en cuanto no hace mal ¿verdad?

El espadachín rió por lo bajo.

- Si mi capitán lo dice, no puedo argumentar.

Levantaron el Sake en alto y brindaron. No supo cuanto había tomado, pero en una de esas casualidades, observó que Law ya no estaba en la fiesta y se preocupó. Era demasiado obvio que sucedía. Se disculpó con Zoro por dejarlo bebiendo sólo, tomó dos botellas de sake en su mano y salió en su búsqueda.

- Sabía que estarías aquí -dijo, encontrándolo en su improvisada habitación en el almacén, acostado sobre su cama.

- ¿Mugiwara-ya?

- Me pareció raro cuando quisiste participar en el banquete por cuenta propia, pero ahora todo se aclara, típico de ti alejarte de las mayorías ¿Pasa algo?

Se acercó con la mirada baja, observando con aquellos borrachos ojos la figura que se postraba en aquella cama. Tomó lugar sentado en una de las esquinas y se dispuso a esperar una respuesta.

- Hueles a alcohol.

- Lo sé, creo que no estoy en mis cabales después de todo -rió. Eso era claro, si no, no sería tan estupido como para encerrarse en una habitación con la persona que le gustaba.

- Creí que no te agradaba el sabor.

- Últimamente escuchó mucho eso. Pero no siempre hace tan mal. Sirve cuando tienes muchas cosas que pensar y te abrumas. Toma -le tendió una de las botellas.

- No pareces tu -murmuró tomándola y llevándola a su boca- estás extraño.

- El alcohol y la noche son una mala combinación para mi -admitió.

- ¿La noche? -preguntó desentendido.

- Es la parte del día en la que me canso de actuar, cuando se cierran los telones y se revela la verdad.

- Bien, ahora si estoy seguro que estás extraño ¿Qué se supone que signifique eso?

- Mmm, no conozco mucho de ti, pero lo que me has contado es suficiente para saber qué has tenido una horrible infancia, pero tú has sabido llevarla, yo no -suspiró.

- No te comprendo -suspiró el mayor.

- No lo hagas -Luffy cubrió su frente con una de sus palmas y soltó una leve risa- digo incoherencias... de seguro es por el alcohol.

- ¿Tú... En verdad crees que podamos derrotar a Kaido?

- ¿Que dices? -le miró con una mueca de burla- ¡Claro que si, te tenemos a ti, nadie puede vencer a Torao!

- Me gustaría que fuese cierto -tomó otro trago de su botella. Dentro de poco, el alcohol se adueñaría de su juicio.

- No sé que vaya a pasar en el futuro, pero... me gusta lo que estoy viviendo en el presente. Cuando llegue el momento de pelear, pelearé. Y venceré. Venceré porque no quiero perder ésto. Las celebraciones con mis compañeros, con Torao, con todos, son más fuertes que mi propia determinación.

Law miró sorprendido al menor y ocultó una sonrisa.

Se siente cálido.


Calipso

• Extroversión | LawLu •Where stories live. Discover now