Capitulo veinticuatro

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Capitulo veinticuatro

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Salte de mi cama y me caí de culo al piso, ¿que hago? ¿que hago?. Nada, no puedo hacer nada, Connor me debe estar jugando una broma.

Megan:

¿Se retraso el avión?

Connor:

No, Megan... no pude subirme.

Deje de respirar, esto debe ser una broma. Me levante del suelo y me dirigí a mi baño, lo mejor seria lavarme la cara y respirar como se debe. Deje el mensaje en visto y me tire a mi cama, vi la hora en mi celular. Las cuatro. Me puse una campera simple y baje las escaleras con cuidado, necesito tomar aire. Abrí la puerta y trate de salir al porche de mi casa.

-¡Jesus!- grite y al segundo tape mi boca con mis manos- ¿Connor?.

Lo único que recibí fue una cálida sonrisa y luego sus labios estaban sobre los míos.

Connor pov

-Atención el vuelo numero 66 hacía Brasil partirá en diez minutos, por favor abordar- la voz de la azafata se hizo presente en el aereopuerto.

-No puedo- jalee un poco de mi cabello, lo hacía cada vez que estaba nervioso.

-¿Disculpa estas bien?- voltee mi vista y una señora me miraba raramente.

-Si, no es nada.

-Querido, ¿Que cosa no puedes?.

-No puedo irme señora- le respondí indiferente.

-¿Se te olvido algo?.

-No.

-¿Entonces?.

-No puedo alejarme de ella.

-¿Entonces que hace aquí hablando conmigo? vaya a buscarla. No importa la hora que sea, vaya y besela como si el mundo dependiera de aquello, por que joven, su mundo es ella ¿no es así?.

-Si- le sonreí y tome mis maletas.

Seguía viendo la pantalla de mi celular esperando la respuesta de Megan, pero nunca llego. Lo mas probable es que se haya dormido. Cuando baje del taxi y le pague el monto que fue el viaje, tome las maletas y las deje a un lado. Megan estaba en la puerta, corrí a ella y por su expresión se había asustado.

-¡Jesus!-grito y se tapo la boca con sus manos- ¿Connor?.

Le tire una sonrisa rápida y me tire a sus labios.

Cuando estaba en el aereopuerto me di cuenta que no puedo estar sin ella, que ella es mi motivo de sonreír, mi motivo de no dormir en las noches.

Al principio no respondió al beso, pero cuando cayo en cuenta me lo siguió. Trate de que el beso sea lento y tranquilo pero no lo aguante, se torno necesitado y lleno de amor. La necesitaba, necesitaba sus labios, sus besos.

-¿Que haces acá?- suspiro contra mis labios.

-No puedo irme.

Mire sus ojos y luego sus labios, una pequeña sonrisa amenazaba con salir.

-Megan, no puedo irme porque me di cuenta que lo único que necesito sos vos.

Ella sonrío y me abrazo, coloque mis brazos en su cintura y suspire. Pero era de esos suspiro de alivio, como cuando te das cuenta que todo esta bien.

Tome la cajita de piel roja que tenía en mi bolsillo y me tense. No sabía si era lo mejor, pero desde hace tiempo que quiero darselo.

Abrí la pequeña caja y saque la cadena de oro. Megan me miro con los ojos abiertos y luego esbozo una sonrisa, hermosa a decir verdad.

-Meg, el día que vine y estaba Ashton, se me fue todo al carajo, y de verdad lo siento, porque fui una mierda con vos -suspire y desabroche la cadena- pero venia a darte esto, venia pensando que era el final, que era el final de nuestra historia. Esa historia que no quiero que acabe, porque lo que veo en nosotros es futuro. Porque Megan, te amo y no puedo ocultarlo, sentí miedo, no sabía que era eso que se formaba en mi estomago cada vez que te veía, no sabía porque me sentía débil y a la vez fuerte. Todos estos sentimientos raros los formaste vos Meg. Te amo, te amo y te amo.

Ella se limpio unas lagrimas que le habían salido y me beso, fue casto pero me basto para saber que ella sentía lo mismo. Corrí su pelo y abroche la cadena.

Era una pequeña M.

-Es hermosa- volvió a plantar besos en mis labios, luego en mis cachetes y en toda mi cara- Ya, lo siento.

-No te preocupes.

-Gracias, gracias por no irte.

-Gracias a vos.

-¿Porque?- me miro espectante.

-Por haber aparecido en mi vida.

-Ven- tomo mi mano y me guio a mis valijas, levanto una y yo la otra.

Entramos a su casa, todo estaba apagado y en silencio. Subimos las escaleras y dejamos las valijas en su habitación.

-Dios esto es tan loco- Megan se tiro en su cama.

-¿Que?- me recosté a su lado.

-Si me dijieran que me iba a enamorar del chico mas sexy del colegio y que el este aca conmigo, primero tomaria agua para despues escupirla sobre la cara del que me lo haya dicho.

Reí.

Tome la mano de Megan y la senté sobre mi regazo, apoye mis labios sobre los de ella. Coloco sus manos en mi pelo y jalo un poco de el, gruñí sobre sus labios y mis manos se metieron por debajo de su remera.

Me separe de sus labios, aunque no quiera, necesitaba parar. No quiero llegar mas lejos.

-Yo tambien te amo.

Sonreí y volví a besarla, entre abrio sus labios para dejar pasar mi lengua. Y así es como comenzó una guerra entre nuestras lenguas.

-¿Queres ser mi chica, la cual usa pijamas de helados, que le queda muy bien a decir verdad, por el resto de tus días?.

-¿Es tu forma de decirme si quiero ser tu novia?.

Asentí.

-Si, si quiero- sonrio y me beso.

Es así... como un "nosotros" acaba de comenzar.

Pero nadie dijo que iba a ser facil.






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