1- salgamos este sábado

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Cuando tenía 15 años mis padres y yo nos trasladamos a otra ciudad tras la muerte de mi hermana menor, el cáncer de mamá empeoró y allá en casa no teníamos la asistencia médica que ella necesitaba, por lo que nos mudamos a la ciudad de Londres, donde podríamos tener mayor asistencia médica para ella. Realmente me sentía muy culpable por la muerte de mi hermana, ya que la noche en la que murió yo estaba a cargo de ella, después de eso empecé a tener mucha ansiedad y no podía dejar de comer, por lo que subí mucho de peso en el último año, he tenido que cambiar de escuela dos veces después de mudarme aquí, ya que los otros chicos me molestaban por mi apariencia física, tuve que tomar terapia para poder superarlo, hasta caer aquí, donde estoy ahora, me ha ido más o menos bien, sí, me molestan siempre, pero por lo menos tengo amigos o algo así...

— oye, camila ¿me estas escuchando? — escuché como carina chasqueba los dedos en frente de mi cara

— ¿qué? ¿qué decías? — dije saliendo de mis pensamientos

— te decia que christian no te ha quitado el ojo de encima desde que llegamos al comedor

— ¿qué? no te creo, además, es imposible — dije poniendome toda roja

— ¡ay!, sé que te gusta — me dijo con una sonrisa juguetona — y además, viene para acá

— ay ¿en serio? ¿tú crees? Quizás y sea para invitarte a salir a ti — respondí obvia

Cuando llegó a nosotras nos sonrió a ambas con esa hermosa sonrisa suya...

— bueno, los dejo solos para que hablen — dije levantando me de la silla

— NO, digo — carraspeo — no te vayas, tengo que preguntarte algo

— bueno, la que se va aquí soy yo — chilló carina levantándose de la silla y yéndose, antes de irse me me giño un ojo en signo de complicidad

— ¿y bien? ¿Qué necesitas?

– decirte lo gorda que eres, ¿qué pensaste? ¿qué te iba a invitar a salir? loser

— estaba pensando ir al cine este sábado ¿querrías acompañarme? — preguntó con una sonrisa, Dios, me mata este chico

— bueno, pues yo... — lo pensé — ¿esto es una clase de juego o qué?

— no, claro que no. De verdad me gustas mucho camila

— ¿en serio? — pregunte realmente confundida, ya que desde siempre creí que le gustaba Carina, no yo

— sí

— entonces... Creo que acepto

— yes — dijo levantando el puño — entonces ¿paso por ti a las 7:00?

— claro

***

— ¿EN SERIO? NO TE CREO

— SIII Y DIJO QUE LE GUSTABA MUCHO

— AY AMIGA, TE FELICITO

Estábamos en mi casa, eran las 9:30, mamá no está, había salido con papá y carina se iba a quedar a dormir hoy para ayudarme a escoger mi vestuario de mañana.

— ya vamonos a dormir ¿no? Y asi no te levantas con ojeras mañana

— si

— ¿y crees que entraremos las dos en esa cama? — preguntó en un tono burlón

— ¿de qué hablas? — pregunte algo confundida

— digo, no es por ofenderte, pero... no estás tan delgada que digamos — dijo mirándome de arriba abajo

— oh — respondí agachando la cabeza

— pero no te sientas mal, la cama es muy grande y espaciosa, además, yo soy muy delgada — dijo en tono de broma dando una vuelta mostrando "su figura" — estaremos bien

Me levante un poco más temprano de lo normal para poder ir al salón de bellezas, salí sigilosa de la cama para no despertar a Carina. Me di una ducha rápida de 10 minutos, tome ropa cómoda, deportiva, para ser específicos, y tome un poco de dinero de mi gaveta y escribí una nota para Carina, "fui temprano al salón de belleza, me llamas si necesitas algo, te deje el desayuno en el microondas para cuando te levantes." Y lo pegue en el refrigerador para que lo viera.

Al entrar al auto y encender la radio, se escucho una de mis canciones favoritas — shit, i love that song — dije para mi para empezar a cantarla a todo pulmón — YOU FUCKING PERFECT TO MEEEEEEE — cante, bueno, más bien pareciera que estuviera invocando al mismísimo diablo...

— buenos días — dije al entrar al salón

— buenos días señorita, ¿qué se le ofrece?

Le dije a la señorita lo que quería que me hicieran en el pelo para esta noche, no era nada en particular ni especial, solo quería ondular mi pelo, no lo podía hacer en casa ya que es lacio natural.

Después de terminar, pagué y salí directo a casa, esta vez no decidí poner música, no quería que me detuvieran pensando que estaba mal de la cabeza.

— ¡Ay! camila, llegaste, al fin

— si, perdón, es que me retrase un poco en el salón, ¿viste mi notita?

— si, gracias por el desayuno — dijo agradeciendo — oh, antes de olvidarme, tus padres dijeron que van a salir hoy también, que no los esperes

— si, como sea — respondí cabizbaja, mis padres nunca están


— ¿y si me deja plantada?

— ay ¿cómo crees?, no seas paranoica, si apenas son las 6:00

— si y ¿qué pasa si no llega?

— pues se perderá de una gran chica, porque, nada más mirate, estas hermosa camila

— gracias carina

Mi vestuario consistía en unos jeans negros y una blusa color rojo intenso, y me puse unos tacones, no muy altos de color negro, mis rizos y un poco de maquillaje.

7:15 P.M. y no ha llegado, quizás y me deje plantada o quizás solo se retraso 17 minutos por el tráfico, oh, soy muy paranoica

— vengo a buscar a la chica más hermosa — se escucharon unos megáfonos fuera de mi casa — camila Jones

Las Gordas También Tienen  Sentimientos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora