Cielo nublado, nueve y cuarto.

67 7 4
                                    


CUARENTA Y DOS DÍAS ANTES.


El cielo se duerme, la lluvia cae lentamente. Después de lo ocurrido el último día, Marina no apareció otra vez. Marina, Marina, ¿por qué eres tan impredecible? Han pasado ya ocho días, su ausencia se hace presente de vez en cuando, quizá siempre. Derek, Derek, ¿de verdad puedes? Las estrellas brillan en el techo de tu habitación, pero sólo te recuerdan a ella. Marina jamás había sido alguien fácil de definir. Si tan sólo ella fuera un poco menos indescifrable, todo perdería su encanto.

Marina...

Aún puede sentir el perfume de vainilla que se esparcía por sus largos cabellos, y aún puede verla en el balcón con ese vestido azul. Probablemente con unas ojeras profundas, escuchando canciones tristes para compararlas con su corazón. Quizá ese, al que hace llamar padre, le ha hecho algo. No lo sabe, con ella nunca se sabe nada. Marina es peligrosa, porque los misterios a veces lo son, ¿verdad? Ella siempre lo será. Oculta entre las sombras, siempre bajo su hombro, siempre con la mirada perdida en algún punto que nadie ve. Esa es la Marina que todos conocen.

Derek, Derek.

Si tan sólo no te hubieras enamorado de ella. Pero sabes que te advirtió, te pidió que te marchases, tú fuiste quién se arriesgó a las consecuencias. Un chico normal, una chica que parece de otro planeta. Derek, dime, ¿cómo aguantas? Él suspira y se tapa con las sábanas, otro día más que pasa y ningún rastro de ella. Incluso las sábanas han absorbido su esencia, su perfume de lavanda. ¿Cómo olvidas a alguien que ha cambiado por completo tu vida? ¿Cómo olvidas a alguien que ha hecho que tu vida se vuelva un desastre? Quizá es que ambos aprendieron demasiado rápido.

Derek aprendió cómo dominar una guerra de palabras en silencio, supo cómo ganar guerras apenas pronunciando dos palabras. Quizá el silencio era su mejor arma, sí. Eran sus propias palabras las que más le cortaban. Deberías aprender, Derek, deberías aprender a preocuparte por ti. Tus palabras te han estado rompiendo mucho tiempo.

Marina aprendió a morir cada noche y revivir cada amanecer. Llevando a su espalda y en su mirada un cementerio, los fantasmas del pasado; ni siquiera puede recordar quién fue en un ayer. No llores, Marina, no llores si no puedes recordar esa persona que murió hace tiempo. No llores, Marina, no llores porque no puedes recordar quién fuiste ayer.

No lo saben hoy. Ambos creyeron aprender demasiado rápido. Pero, a veces, está bien ser débil. A veces está bien equivocarse... Ellos nunca lo aceptaron. Después de todo, siempre serían Marina y Derek: un poco fuera de lo común, haciendo de este mundo su propio lienzo y océano, haciendo sus vidas un poco menos miserables. Marina y Derek; siempre me gustó como sonaba.


Queda tan poco,

ellos vienen,

sé que su paso es rápido;

sé que vienen a por mí.

Date prisa, encuéntrame.






Lo siento por estar inactiva tanto tiempo, y mi escritura va fatal porque he estado un poco falta de inspiración. Lo siento por eso. Si alguien sigue leyendo esto, muchas gracias en serio, y gracias por interpretar. A quién siga leyendo, o quién lee, o quién lea en un futuro estos pequeños y absurdos escritos, os agradezco de corazón que lo hagáis.



You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 13, 2015 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Marina.Where stories live. Discover now