Capítulo 18

48.1K 2.6K 80
                                    

Mi hospitalizacion duró dos días más hasta que estuve estable para poder irme a casa.

Por supuesto mis padres querían que me fuera con ellos pero Daniel logró convencerlos de que estaba en buenas manos.

El doctor me dio una incapacidad por un par de semanas más.

Daniel no dejó que estuviera en mi apartamento, así que prácticamente "me mudó" a su casa, porque yo no quería y él simplemente apareció con mi ropa.

Es un hombre difícil.

Así que aquí me encuentro, como un parásito en la cama de Daniel, siendo atendida por sus empleados y sin poder hacer ningún tipo de esfuerzo por esta primera semana.

En realidad no es tan malo, intento tomarlo como unas vacaciones forzadas y un poquito dolorosas pero, aparte de eso, ningún problema.

Daniel ha cambiado totalmente su rutina por mi.

Ayer teníamos que viajar a New York para la última de las conferencias pendientes pero, Daniel le pidió a su abuelo que lo sustituyera para poder quedarse conmigo.

No se va a la empresa sino hasta después de almuerzo y sólo lo hace un par de horas y regresa.

Si me preguntan, me parece un poco exagerado. No tengo ningún problema con quedarme sola mientras él va a trabajar, pero sin embargo, es un hombre bastante insistente.

Por suerte no me fracture en el accidente, sólo algunas contusiones y lesiones menores como cortadas y moretones, nada que no se quite en un par de días.

Tara ha venido un par de veces a verme y a traerme alguna que otra golosina para pasar el rato mientras conversamos sin límites.

Por supuesto que aún no puede creer que esté visitando la casa de su jefe.

-¿Estás segura de que no quieres nada? Puedo venir mañana -asegura.

-No, no, descuida ve y tómate una copa con Samuel y luego me cuentas -le guiño un ojo y logro que en su oscura piel aparezca un color rojo.

-Ssh... ¿No ves que estamos en la casa del hermano? -intenta hacerme callar en secreto.

-¿Y qué? ¿Tu crees que Daniel no sabe?

-¿Tu le dijiste? -se pone pálida y abre mucho los ojos.

-No -niego-, ¿Pero no se te ha ocurrido que tal vez Samuel ya le contó?

-No creo. Según entiendo, ellos no han sido muy cercanos desde hace años -se encoje de hombros y me abraza con cuidado.

-Cuídate, gracias por venir -le devuelvo el gesto.

-Cuando quieras -me sonríe y desaparece por la puerta principal.

Se siente bien tener un rato de chicas.

Veinte minutos después llega Daniel con una bolsa de papel de color marrón.

-¿Qué traes ahí? -se ve muy feliz.

-Lo que te debía -se acerca y me estrecha entre sus brazos con mucho cuidado para darme un beso juguetón.

Parece que le hizo bien ir al trabajo hoy. Debe aburrirse mucho estando aquí encerrado conmigo.

-¿Y qué será? -intento estirar el cuello para ver la bolsa que ha dejado sobre la encimera de la cocina pero no me deja.

-Bartoli, prepáranos dos chocolates calientes, por favor -me lleva abrazada y camina hacia no se dónde porque voy de espaldas y no veo.

Nuevo Trabajo... Mismo JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora