¡Hay Dios Mío! Aleja de mí estos pensamientos pecaminosos.
Salió deprisa de la habitación y de la casa por la puerta trasera y fue a la de ella, Greta estaba en la cocina, a ella buscaba.
-¡Greta! Rayder tiene fiebre y dolor muscular, podrías hacerle algo de comer para él ¿un consomé de pollo quizás? Yo le voy a llevar una botella de gatorade para que se hidrate- buscó la botella en la alacena.
-Oh, pobre. Por supuesto, ahora lo preparo. Si tiene mucha fiebre un baño con agua tibia le ayudaría.
-¿Ah sí?- carraspeo -pero no creo pueda ponerse en pie. Ya le di una pastilla de Iboprufeno.
-En ese caso con la medicina será suficiente, para el dolor muscular un masaje lo aliviaría- fue al refrigerador y sacó lo necesario para hacer el consomé.
-¿M-masaje?- tragó saliva.
-Si, el mes pasado me dolía mucho el nervio ciático, la señorita de la farmacia me dio un frasco con esencia de aceite para masajes, podría ayudarlo a sentirse mejor. ¿Lo quieres?
-¡Si!...este...si. Si por favor.
-Busca en mi habitación, en la mesita junto a mi cama en el primer cajón. Yo prepararé el consomé, cuando esté listo te llamo.
-De acuerdo. Gracias Greta.
Salió de su casa con la botella de gatorade y el frasco de esencias en mano repitiendo en el pensamiento una frase sin parar.
No es por sabrosearlo, es porque está enfermo y quiero que se mejore...no es por sabrosearlo, es porque...
Se quedó parada en el marco de la habitación, en cuanto lo volvió a ver todos los pensamientos libidinosos que tenía se disiparon un poco, de verdad estaba preocupada por él, y verlo enfermo, débil y expuesto no era para nada alentador. Fue hasta la cama y se sentó -Ya regresé, fui por agua- puso la botella en la mesita.
-Tengo mucho frío y me duele mucho la espalda- volvió a quejarse.
-Porque estás empapado en sudor, Rayder...tienes que quitarte la camisa, ¿puedes levantarte?- No le contestó, se sentó al lado de él y tomó el borde de la playera -No puedes quedarte así, ¡vamos soldado! ayúdame a ayudarte.
Él se sentó con esfuerzo en la cama y alzó los brazos, ella jaló hacia arriba y le quitó la playera húmeda, Rayder se recargó en el hombro de Jade, con su rostro en el cuello, ella con cuidado lo ayudó a volver a acostarse -Greta te va a preparar un caldo de pollo y... me dijo que...que un masaje te ayudaría a sentirte mejor, si quieres...yo...puedo...
-Si.
-¿Si? Ok. Bueno, pues...¿Dónde tienes las toallas?
-Último cajón de la derecha- señaló la cómoda de la esquina, ella fue y sacó un par, de ahí fue al baño, se lavó las manos, se miró al espejo y se repitió de nuevo
No es por sabrosearlo, es porque está enfermo y quiero que se mejore. Si.
Salió mentalmente preparada y fue hasta la cama.
¡Santa madre de dios dame valor!
-Rayder, necesito que te pongas boca abajo -él obedeció -tus brazos a lo largo de tu costado.
Agarró el frasco y vertió un poco de aceite en la palma de sus manos frotando por unos segundos para calentar el líquido, con las manos vacilantes lo tocó, empezó a darle el masaje primero en la nuca con movimientos suaves y circulares con la yema de los dedos temblorosos.
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La hija del General
RomanceDespués de siete años Jade Asher regresa a Prince George Virginia a pasar el verano con su padre deseando que la mala reputación que empezó siendo una niña haya quedado en el pasado pero es difícil olvidar el rencor hacía aquel soldado que provocó q...
Capítulo 11
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