03. Se los advertí

3K 277 43
                                    

—Vamos, Daphne. Tú puedes. Solo debes seguirme contando.

A este punto, Daphne no lloraba, no temblaba, no se encogía en su puesto. Tan sólo estaba ahí, con la mirada perdida, pensando y reflexionando tanto como su lastimado juicio se lo permitía.

—Si me terminas de contar, entonces podré saber si te puedes ir o no.

"Vamos, Daphne. Eso es lo único que quieres tener ahora mismo" Se alentó a sí misma "La libertad es lo único que te queda, y está a unas cuantas palabras de distancia"

—Bien...— Tomó una bocanada de aire, y se preparó para contar la parte más oscura de su historia, de su pesadilla materializada.

—¿Qué pasó con Marie?

—Podría decir que lo mismo que pasó con Luca. Ella sólo... perdió el juicio. Como si hubiesen oprimido y botón y entonces ya no se encontraba ahí.

Su mente viajó una vez más al pasado, la cual ella prometió que sería la última. Haría todo lo que estuviese en sus manos para esquivar esos recuerdos.

Un grito desgarrador se oyó a cuadras de donde el coche se encontraba, aunque no había nadie más que lo oyera.

Los ojos de Marie se encontraban completamente negros, como si de una posesión demoníaca se tratara.

—Esta vez yo tendré el honor de empezar— Su voz, totalmente distorsionada. Aquello fue lo último que oyeron de ella, claro, sin contar el horrible grito que dejó salir en tanto enterró el vidrio en su garganta, pasándola por toda esta, quizás tratando de decapitarse.

El resto del grupo gritó hasta que sus gargantas se secaron.

Los corazones de los chicos iban desbocados, sabiendo muy bien que esto ya no se trataba de una coincidencia.

Y pensando que quizás debieron hacerle más caso a Jackson.

Pero a este punto, las puertas aún no abrían, y el coche había perdido los frenos. Sólo les quedaba seguir conduciendo, hasta que el destino decida que era suficiente.

—Vamos a morir. Esto es todo. No hay vuelta atrás.

—¡Cállate! Estamos a una hora de llegar. Tan sólo... debemos contenernos. Y rezar. Rezar mucho.

Pero eso sólo alimentaba a la bestia. El miedo, la súplica. No les servirían de nada.

Tan sólo empeoró todo.

—¿Por qué vas más rápido? — Arabella pregunto, sus ojos ensanchándose a dirección del marcador de velocidad

—Y-yo no lo sé...— Tartamudeó Dave, su corazón casi saliendo de su pecho cuando se dio cuenta que ni siquiera podía tener control de lo que sus piernas hacían.

—¡Si sigues conduciendo así nos vamos a estrellar!— Gritó Daphne. Dave se volteó y la miró, la rabia goteaba de su mirada.

—¡No es mi culpa, estúpida perra!

—¡Dave! — Arabella reprendió.

—¡No es momento de pelear, por Dios!— Intervino Jackson —Lo más probable es que estos sean nuestros últimos momentos de vida, y las posibilidades aumentan si viven peleando. Lo mejor es que...— Su voz se desvaneció. Entonces todos prestaron atención, sabiendo lo que ese silencio significaba.

—No, por favor, no— Arabella comenzó, las lágrimas brotando de sus ojos por primera vez. Dave, mientras tanto, golpeó el volante con gran furia.

Daphne... ella estaba aterrada.

Pues estaba sola en la parte de atrás del coche con dos muertos, y alguien trastornado, para nadie era un secreto en lo que Jackson se estaba convirtiendo, y que estaría dispuesto a matar.

—¿Sabes, Daphne? Creo que nunca te había dicho el lindo cuello que tienes...

Jackson se acercó, peligrosamente cerca. Daphne estaba helada.

No sabía si apartarlo, o qué hacer. Si lo apartaba quizás él atacaría más fuerza, y ahí detrás no tenía a nadie quien la ayudase.

Entonces, cuando el abrió la boca, tratando de morder su cuello como si de un vampiro se tratara, ella recordó los vidrios rotos en el piso.

Tomó uno, y lo insertó en el pecho de Jackson, llevándolo al mismo destino que Luca y Marie.

Uno más había caído. Quizás uno de los más importantes, él que mantenía la paz en medio de esta noche de locura y zozobra.

—Sólo quedamos nosotros...— Daphne dijo, mirando sus manos ensangrentadas, temblorosas. Después le dio una mirada a los cadáveres yaciendo a su lado.

Todos pensaban en lo que dejarían en este mundo cuando les tocara irse, estando consciente que eso estaba a sólo minutos de distancia.

Dave dejaría a unos padres que lo esperaban en casa, orgullosos de su único hijo. Eran una familia pequeña, y estaba consciente de lo que le pasaba a las familias pequeñas cuando perdían un familiar. En menos de un año sus padres estarían divorciándose, en depresión.

Arabella... Dios, su hermana estaría más que devastada. Su hermana la veía como una heroína, alguien a quien admirar y seguir. Y ella la esperaría en casa hasta que llegara para que le contara como le fue en la fiesta.

La joven rubia sabía que su hermana la estaría esperando por siempre.

Mientras que Daphne no tenía a nadie. Ella simplemente tenía a su perro, Duff. Y moría de la tristeza cuando sabía que ella no llegaría al día siguiente a cuidar de él. Y lo más probable era que muriese de inanición pues no habría nadie que cuidara del canino...

Después de diez minutos de camino silencioso hacia el destino final, el momento habría llegado.

Sin que nadie se diera cuenta, Dave empezó a hacerse pequeños cortes en la pierna. Aquella típica sonrisa macabra en sus labios, aquella mirada trastornada en sus ojos.

Hasta que dio una puñalada, justo en la vena mayor, haciendo que un charco de sangre se formara debajo de sus pies.

—¿Qué rayos...? — Arabella gritó, presenciando como perdió su novio en una fracción de segundo. —¡Dave, no! Dave, por favor, ¡No!

Era demasiado tarde, para todo. Dave soltó el volante, pero dejó presionado el acelerador, ejerciendo una fuerza sobrehumana sobre el mismo.

Esto era todo.

Arabella trató de tomar el control del volante, pero era caso perdido. No sabía conducir.

Entonces, se estrellaron contra un árbol.

Y antes de que todo acabase, de que vieran su vida entera pasar frente a sus ojos en un segundo, vieron algo muy importante. Lo que hizo creer al más incrédulo y reacio.

Unos ojos miel.

Unos ojos que cualquier habitante de Welland hubiese reconocido en una fracción de segundo.

Los ojos de Justin Bieber, el brujo que una vez más... cobró la vida de almas inocentes.


N/A: Hey, ¡Feliz Halloween! ¡Este es el capítulo final de este OS! Pero no se preocupen, aún falta el epílogo, que será subido en la tarde.

¿Qué creen que pasará después? ¡Dejen su opinión en los comentarios!

Bieber Avenue → j.b [one-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora