Capitulo 1: David

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Yamasá es un pequeño, pero hermoso pueblo al nordeste de RepúblicaDominicana, aunque parezca extraño, su atracción principal es unapequeña biblioteca que encierra en cada uno de sus libros historias demundos fantásticos, llenos de magia pero también de maldad y muerte. Esa es la opinión de Cinthia, una chica de dieciséis años que pone los libros, ante todo. En su corta vida, ha leído más de 1000 obras y quiénsabe cuántos cuentos. Entre sus favoritas están "Tic tac", "Siempre diacepto" y muchas más, aunque perdió la cuenta a los doce años. Para poder leer, su vecina Mercedes, una joven bibliotecaria de veintiocho años, le regala los libros que ya no quieren en la biblioteca. Cinthia es de tez india, pelo corto y castaño, es amante de la vida a pesar de que se encuentra sumergida en la peor de las pobrezas. Vive con su hermana Alex, de veinte años. Una escritora sin éxito que, a pesar de todo no pierde las esperanzas. 

—Cinthia, tu amiga está aquí y te ha traído libros. 

Esas eran las palabras mágicas, que Alex pronunciaba para provocar felicidad en Cinthia. La niña salió de su habitación a recibirla, teníauna sonrisa pícara dibujada en su rostro. 

—Qué bueno que has venido, Mercedes, llevo dos días sin leer y siento que muero, lo único que me mantiene feliz es algo que tengo que contarte—Cinthia se veía muy emocionada, había un brillo especial en sus ojos. Las chicas entraron en la única habitación de la casa que era extremadamente pequeña y se sentaron en la cama. 

 —Cinthia ¿Qué es lo que me tienes que contar?— preguntó Mercedesimpaciente.

 —Primero lo importante, ¿qué libros me has traído? 

—Solo te he traído uno: "Romeo y Julieta" de Shakespeare. Cuenta la historia de un amor imposible que termina en tragedia, pero mejor no te lo presto, estas muy pequeña y no entiendes las cosas del amor —dijo Mercedes sonriendo pero con un ligero toque de sarcasmo.
—Claro que sé sobre el amor y creo que me estoy enamorando —respondió Cinthia un poco molesta, odiaba que la desafiaran.

 — Ah, ¿sí? no me digas ¿De quién se trata? —en su interior Mercedes estaba horrorizada por la respuesta que podría recibir de parte de Cinthia. No había forma de que estuviera enamorada, sino conocía ningún chico. A menos que se hubiese enamorado de un personaje ficticio. Eso sería un poco más normal, pero no dejaba de ser algo insano.

 —Su nombre es David, pasa cada día sin falta frente a la casa. Siempre me quedo mirándolo hasta que desaparece, pero hace un mes me sucedió algo hermoso, lo mejor de mi vida, claro después de los libros: él se dio cuenta que lo estaba mirando, se volteó hacia mí y sonrió. Yo sentí que el corazón se  iba a salir de mi pecho, lo único que pude hacer fue sonreír estúpidamente, pero cuando vi que venía hacia mí casi me desmayo. Después de eso me preguntó mi nombre y yo el suyo, hablamos un largo rato... 

Mercedes nunca había visto tan feliz a Cinthia, no paraba de sonreír. Eso la alegraba, pero por otro lado la llenaba de miedo solo pensar,que su pequeña niña estaba recayendo en su enfermedad. Había avanzado tanto últimamente para que de repente todo se fuera a la basura. 

—¿En serio Cinthia? ¿Seguro no me estás contando la historia de uno de los libros que has leído? —preguntó Mercedes con una sonrisa para esconder sus inaguantables ganas de llorar.

 —¡Claro que no, David es real!— Cinthia era consciente de que no le creerían, pero aun así, le dolía mucho que dudaran de ella. 

 —Está bien, te creo y estoy muy contenta por ti —respondió Mercedes de forma seca y besó a Cinthia en la frente. 

—Yo más, Mercedes, esto es como un sueño y aunque ahora solo somos amigos muy pronto seremos algo más. 

Cuánta felicidad había en el rostro de aquella niña, felicidad que muy pronto desaparecería. Mercedes, con una sonrisa forzada se despidió de Cinthia y al salir de la habitación, le brotó una lágrima que secó rápidamente porque Alex estaba ahí. 

—¿Cómo encontraste a Cinthia hoy?— Preguntó Alex notablemente preocupada.  Le mortificaba demasiado la condición de su hermana y verla cada día más desconectada de la realidad le destrozaba el alma. 

—La verdad ha empeorado, me contó que se enamoró de un chico llamado David, que pasa todos los días frente a la casa y no entiendo cómo, si casi nunca sale. Además tú la vigilas todo el tiempo. 

—No sé qué hacer, estoy muy preocupada Mercedes. Creo que deberías dejar de traerle libros, todas esas historias están afectando mucho su sentido de la realidad. Si continua así...—Mercedes la interrumpió,no podía creer lo que había dicho Alex. Ella deseaba quitarle lo único que le daba vida a su hermana y ella no lo podía permitir. 

—No, los libros son los únicos amigos que tiene. Además, es mejor que viva en un mundo de fantasías, pero feliz. Los libros son lo que la distraen de la miseria en que viven, si se los quitas no dudo que enferme y muera de tristeza. Tú deberías saberlo, eres escritora, aunque ahora entiendo porque no has tenido éxito— dijo Mercedes en un tono casi inaudible para que Cinthia no escuchara nada. Para Cinthia, saberlo que su hermana deseaba hacerle, la pondría fuera de control. 

—Perdóname, tienes razón, quitarle los libros a mi hermana sería como arrancarle la vida y si algo le llegara a pasar... 

Alex estaba arrepentida de lo que había dicho, Mercedes tenía razón. La vida de su hermana estaba en los libros, quitárselos seria como asesinarla y ella la amaba demasiado como para hacerle eso. 

 —No te preocupes Alex, todo estará bien. Yo quiero a Cinthia como a una hermana y te apoyaré en todo —la abrazó y luego añadió —ya es muy tarde me tengo que ir, nos vemos mañana. 

Alex y Mercedes se abrazaron y se despidieron agitando las manos, hasta que la figura alta y flacucha de Mercedes fue consumida por la oscuridad de la noche, al mismo tiempo en que la casa quedaba a oscuras. Ya era hora de dormir y la desgracia llegaría muy pronto a lavida de las hermanas.  

INSTAGRAM: @alefaxis

No son solo palabras (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora