Capítulo 4

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Cy estaba cansado.

Y solo, a su parecer, pero sabía lo horrible que se sentía su amigo, estaba consciente de cómo lo trataba, pero era demasiado cobarde.

Y el mundo detesta a los cobardes, como él se detestaba a si mismo.

— Cy .-lo llamó su amigo.

— ¿Sí, Lu?

— Tal vez lo digo todo el tiempo, pero-

Y entornando los ojos, Cy le dijo que no dejaría de fingir, porque tanta falsedad era necesaria.

— ¡Pero basta! ¡Detente! No eres una buena persona de esa manera, ellos no te quieren por quien eres, quieren al Cy que no serás nunca! .-vociferó el castaño-. Te olvidas de quienes de verdad te amamos.

Y Cy lo miró inquietado, jamás le había gritado de esa manera, y nunca se había sentido tan mal.

Porque se dió cuenta...

Y la realidad era dolorosa y cruel, y él no estaba sólo, ni era el único que sufría.

— Lo siento -se disculpó, Cy.

Y Lu se rompió en mil pedazos, ¿Quién era él para herirlo?

Si de entre todos sus "amigos" él era el menos importante. Y se quedó mudo, era una guerra tortuosa de palabras hirientes y venenosas, y ambos morían por callar, pero seguían hablando.

— ¡Así sólo eres un hipócrita!

— ¡o lo entiendes, porque estás sólo! .-respondía Cy.

Nuevamente se arrepentían después de cada palabra agresiva, pero no les impedía continuar.

— Por favor...-sollozó Lu-... duele... duele más de lo que crees.

Una mano se estrelló contra la mejilla de Luca, eso era lo que pasaba cuando se lo pedía llorando.

— Vete.

— Cy...

— ¡Vete!¡Largo!

Había tropezado y caído, así que a duras penas se arrastró por el suelo y tomando sus cosas, salió de la casa del otro.

Dolía pensar en aquella palabra, ya no sabía si lo era, nunca antes le había echado de su casa, ni le había golpeado, ni insultado.

Pero el amor que le tenía lo obligaba a perdonarlo segundos después de cada acto ponzoñoso.

Y así eran las cosas.

Siempre hay alguien que quiere más en una relación. En una amistad, en todas partes, pensó.

No era una excepción. Y Luca notó la crueldad en los ojos de su amigo, y el miedo de ser él quien fuera abandonado, y prefirió lastimar a ser lastimado, y golpeó a Luca, cuando se lo pidió llorando.

— Oh Cy...-lloraba debajo de un árbol.

Era invierno y nevaba, y había olvidado su abrigo dentro de la casa de su amigo. Y la nieve se pegaba a sus delicados brazos.

Y las lágrimas se convertían en algo más dentro del frío brote de escarcha. Y el pequeño ignoraba el dolor de sus huesos, porque dolía mucho más ese recuerdo, dolía su mejilla y su garganta, pero algo en su pecho...dolía mucho más.

A Lu le gustaban mucho las películas, sobre todo cuando imaginaba vivirlas con Cy, y pensar que era Cy quien lo besaba, o que rescataba a Cy de un problema.

¿Debe doler cierto? Que el amor de tu vida te golpee, te rechace, te ignoré y te sea indiferente. Como si de un muñeco se tratáse.

Su madre lo encontró dormido bajo aquel árbol, helado, con lágrimas secas en su rostro, no era un bebé ni un niño tan pequeño como para hacer algo como eso, pero no tuvo que preguntarle a su hijo...porque la respuesta la dijo entre sueños.

— Lo siento, Cy.

Y su madre lo abrazó fuerte, como si así solucionara algo. Y el otro soñó que quien lo abrazaba era Cy, y que en esa realidad ambos eran felices y no peleaban.

Dejó caer una lágrima e ignoró que aquellos pensamientos eran irreales

Tears vs Smiles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora