capítulo 4

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Al terminar de estudiar, me puse a escuchar un poco de música mientras veía que me pondría para ésta noche.  Genial, no tenía nada para una fiesta.  Tomé mi celular y le mandé un mensaje a Gabriela, para que viniera temprano así me acompañara al centro comercial. Al instante me respondió diciendo que dentro de media hora vendría y miré el reloj, las cuatro y media de la tarde. Me di una ducha rápida y me vestí, saqué dinero de mi ahorro, tomé mi celular y bajé a la sala. Le dejé una nota a mi mamá diciéndole que estaría con Gabi y abrí la nevera para sacar una Coca-cola. La tomé y escuché la bocina de un coche. Salí de la casa y me aseguré de que la puerta estuviera bien cerrada. Cuando subí al coche, saludé a Gabi y ella condujo hasta el centro comercial.

(...)

-Creo que es muy corto- dije mirando el vestido que Gabi sostenía en su mano derecha. Hace más de una hora que estábamos aquí y todavía no me decidía. Los zapatos fueron lo primero que compré, eran negros, algo sencillos pero muy bonitos.

-Pruébalo. Créeme,te quedará perfecto- resignada, tomé el vestido y fui hasta el probador. Cuando me miré en el espejo me quedé boquiabierta, Gabi tenía razón, me quedaba realmente bien. Era negro algo ajustado con un pequeño cinturón dorado y dejaba ver un poco mi espalda. Al salir del probador Gabi dio unos pequeños saltitos y aplaudió como niña pequeña.

-¿Lo ves?. ¡Estás fabulosa!

-Sí. Sí. Tenías razón- dije -me voy a cambiar.- Entré de nuevo al probador y me puse mi ropa y salí con el vestido en mis manos. Lo pagué y nos dirigimos a una heladería.

-Buenas tardes- un chico de ojos color miel y cabello castaño nos atendió, era muy bonito. Gabriela me dio un golpe disimulado con el codo, pero aparentemente él lo notó, ya que comenzó a sonreír. Ni siquiera me di cuenta que me quedé mirándolo.

-Dame uno de frutilla- dijo Gabi con una sonrisa.

-Yo quiero uno de chocolate- dije tímida.

-Enseguida se los traigo. Serían ocho dólares.

Pagamos y nos entregó los helados, nos los terminamos y fuimos a mi casa. Gabriela había traído sus cosas, ya que según ella, sabía que tardaríamos.
Luego de que ella se cambiara me ayudó a mí, ya que soy muy inútil en éstas cosas.

-Bien- dijo mirándome con una gran sonrisa- ya tienes listo el cabello y el maquillaje. Sólo falta el vestido y los zapatos.

Me miré en el espejo. No parecía yo, parecía otra persona. Mi cabello rubio ahora se encontraba con grandes rizos y el maquillaje era el justo y necesario.

-Gracias, Gabi. Casi ni me reconozco- le sonreí y la abracé.

-Ya, ya- dijo riéndose- quiero que vean mi obra, así que métete en ese vestido.

-Si señor. -Hice como militar y ambas nos echamos a reír.

Fui hasta el baño con el vestido y me lo puse. Intenté subirme el cierre pero era imposible, no llegaba. Resignada salí del baño y le pedí a Gabriela que me ayudara.

-A ver, date vuelta- hice lo que me dijo y soltó un pequeño grito.

-¿Qué pasa?- me preocupé un poco.

-¡Tienes un jodido tatuaje!.

-Ah, eso.

-¿Cuándo te lo hiciste?.

Le conté que me lo hice hace un par de meses atrás, cuando se cumplieron once años desde que mi padre murió. Me puse un poco mal así que hablamos de otras cosas.

Aiden

-Les daré veinte dolares a cada uno si lo hacen.-dijo Michael.

-Bien- dije cansado.

-Pero deben de hacerlo como si realmente estuvieran enamorados- dijo Marisa, una de las amigas de Camila.

Camila me miró y yo sonreí y la tomé de la cintura y la besé. Que raro, no sentí nada. Cuando nos separamos ella me miró con una gran sonrisa y yo hice lo mismo. Bajo un árbol vi a Jennifer, no quería que se quedará en su casa aburrida, así que le dije a Camila que la invitara. Después de que Camila se fuera, la noté muy rara, iba ha preguntarle que le sucedía pero justo tocó la campana y ella se fue con Gabriela.

(...)

-Me voy. Adiós mamá-le dije.

-Cuídate- me besó la mejilla.

Me despedí de Tyler y Daniela, y me subí al auto de Michael. Lo saludé y en el camino a la fiesta nos la pasamos haciendo bromas.
Al llegar, la casa estaba repleta de gente, bebiendo, bailando,etc.
Al entrar, Michael se fue a bailar con una chica y yo fui por algo de beber. En la cocina me encontré con Camila, llevaba puesto un vestido rojo ceñido y muy corto.

-Hola, bonita- me acerqué con intenciones de besar su mejilla, pero ella corrió su rostro y me besó en los labios.

-Vamos a bailar- me susurró en el oído. Me tomó de la mano y me llevó a la sala. Cuando pasamos, sin querer choque con alguien. Me giré para disculparme, y cuando vi de quien se trataba, me quedé boquiabierto.

Un Amor Para RecordarOnde histórias criam vida. Descubra agora