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Wake up.

Abrí mis ojos tomando una gran bocanada de aire, y tratando de recuperar el aliento. De fondo se escuchaba el grito de una mujer e intencionalmente mis labios se separaron dejando salir un grito aún más fuerte y desgarrador que el anterior, algo mareada por lo ocurrido logre volver a recuperar mi vista que se había tornado borrosa.

Me saque los cables que tenía en los brazos, pecho y piernas con uno que otro gemido de dolor. Pase la mano por mi cabello soltando un suspiro de cansancio.

¿Por qué diablos estoy en un hospital?

Me levanté de la cama con dificultad para caminar tal como si estuviese dando mis primeros pasos. Me sostuve de un lado de la puerta para no caerme y espere unos segundos para tomar rumbo, salí de ahí observando el lugar.

— ¡Lydia! —gritó un chico.— ¿Qué fue ese grito? ¿Estás bien? —cuando me di cuenta de que me estaba hablando a mi me gire.— Lo siento, tú no eres Lydia.

—No, no lo soy —dije juntando mis cejas y me di media vuelta dejándolo sólo.

Apenas di unos cuantos pasos mis piernas me fallaron y la vista se me tornó negra por unos segundos hasta que volvió.

—Hey, hey —dijo el chico de hace rato dando pasos apresurados hacia mi dirección pasando un brazo por mi cintura.— ¿Te sientes bien?

—Sí, estoy bien —dije parándome pero al instante volví a caer.

—Si claro, te llevaré a tu habitación —dijo sonriendo mientras me mantenía agarrada de la cintura para ayudarme a caminar.— Me llamo Stiles —abrí mi boca para decirle el mio pero la cerré al instante.

—No se cual es el mío —hablé frustrada.

—Esta bien ¿Cuál es el número de tu habitación? —me preguntó el tal Stiles e hice una mueca tratando de recordar el número.

—Creo... que la 26 —dije dudosa.

El chico abrió su boca y ojos de una forma exagerada demostrando lo impresionado que estaba.

—Oh, oh —dijo Stiles abriendo la puerta de la habitación.— Por el amor de dios no te muevas de aquí —asentí.

Me acosté en la cama mientras me cubría con las sabanas hasta el cuello y cerré los ojos.

No me gustan la gente entrometida —habló la rubia acercándose hacia mi con su arma aferrada a su mano.— Y tú eres una de ellas.

—Lo sé todo, él lo sabrá —hablé acercándome a ella desafiante, pero ella tenía el arma y yo estaba desarmada.

Tus labios estarán sellados en unos pocos segundos más cariño ella levantó la pistola.— Así que nuestro pequeño secreto jamás saldrá de aquí.

Cerré mis ojos y escuche como el gatillo ya había sido apretado desatando el caos.

Abrí mis ojos encontrando a Stiles durmiendo con la boca ligeramente abierta y reí internamente cuando el estiro sus labios como si estuviera besando a alguien. Me estiré un poco para alcanzar su mano sacudiéndola para que despertara consiguiendo nada de su parte.

—Stiles —dije moviendo su mano otra vez más fuerte que la anterior hasta que despertó.

Sacudió su cabeza para después pasar sus manos por su cara balbuceando un par de cosas

Memories •Derek Hale•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora