Yayo rio con su abuelo, yo me sonroje aun más.

- Dile a la abuela que ahora la saludo, voy a llevar estas maletas a la habitación de invitados.

- ¿Tu madre os dejo dormir juntos?- le pregunto Bruce.

- Si- dijo Yayo afirmando con la cabeza.

Yayo cogió las maletas y empezó a subir las escaleras, yo instintivamente lo seguí, no iba estar allí, apenas conocía a nadie. La planta de arriba costaba de cuatro habitaciones. Era una casa muy simple, chica, pero sobretodo acogedora. Yayo se metió en un cuarto y yo lo seguí. Las paredes eran de un veige muy oscuro, había una cama de matrimonio y un cuarto de baños, Yayo dejo las maletas en el suelo y se giró para verme. Yo le sonreí y puse mis brazos alrededor de su cuello.

- No sabes lo que me alegra tenerte aquí conmigo- luego me dio un delicado beso en mis labios.

- Me encanta verte feliz, aquí, con tu familia.

- Me siento feliz- miró a su alrededor- me siento en casa. Espero que te guste mi familia.

- Seguro- digo sonriendo.

Deje de abrazar su cuello.

- Voy a ir a saludar a mi abuela, tu... Creo que quieres ir al baño o ponerte algo más cómodo, hoy no vamos a salir. Te espero abajo, en la cocina, al final del pasillo ¿vale? Te quiero- me besó en la frente y se alejó.

Ahora me empezaba a estorbar todo, me quite el gorro, los guantes y la bufanda, suspire, que calor. Luego me quite el gran abrigo, me remangue un poco mi jersey y entonces estaba bien, quizás luego me pondría algo más fino, pero por ahora... Deje todo encima de la cama, fui al baño, hice mis necesidades y luego volví al cuarto. ¿Y ahora? Mi pesadilla me seguía atormentando, así que salí del cuarto y me puse a investigar, quería encontrar el cuarto de Yayo. Primero encontré el de Barbara, era de un rosa muy pálido, la cama era como la nuestra, no tenía cuarto de baño, un cuarto muy simple. La otra puerta estaba cerrada, el otro era un baño y el otro por fin era el de Yayo.

Era de un azul metálico oscuro, los muebles negros. Por lo menos, no todo era como en mi sueño, todo negro. Me dio un escalofrío. Entre dentro, empecé a toquetear las cosas, había trofeos de baloncesto, de atletismo, de futbol... Cogí un marco entre mis manos, salían en la foto: una Barbara muy joven, supongo que él bebe es Yayo y un hombre, también muy joven ¿su padre? Deje la foto donde antes, abrí una caja pequeña azul... estaba vacía, me agache bajó el escritorio... había como un compartimento secreto, lo saque a la fuerza y cayo un paquete de cigarros al suelo, lo cogí entre mis manos y suspire. Me senté en la cama y al cocar mis pies con la parte de debajo de la cama sonó como si hubiera cristal, me agache y mire, había dos botellas de alcohol...

- Al parecer mi madre no ha entrado en mi cuarto desde principios de verano...

Asustada mire de donde venía esa voz, Yayo estaba apoyado en el marco de la puerta, me miro y sonrió. Vino y se sentó a mi lado.

- Que asco ¿no? – dijo observando su cuarto- Este verano fue un verdadero asco.

Por ahora parecía normal, quitado el paquete de tabaco y las botellas... Pero a lo mejor había más escondido.

- - me reí- Esto no es nada con mi pesadilla.

Yayo me miró extrañado, yo negué con la cabeza.

- Nada, déjalo.

- ¿Qué has soñado?

- No me apetece recordarlo...

Yayo se levanto y me tendió la mano.

Mundos Opuestos (YayoGutierrez)Where stories live. Discover now