Capitulo 21

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Me levante de mi cama difícilmente, me puse las gafas, hoy iba a ser un duro día y no quería enfrentarme a eso. No sé cómo decirle a Yayo que le quiero... No sé cómo se lo tomara, tengo miedo. Quede a las menos cuarto, tendré una corta conversación con Yayo y a las 5 quedé con Nathan... Depende de lo que hable con Yayo la cita será distinta. Fui al baño, me lave la cara. Me puse lo primero que pille, luego me cambiaria. Y justo a tiempo. Pegaron en mi puerta. Me eche unas gotas de perfume y desodorante. Fui a abrir la puerta y allí estaban Wendy y Roxana.

- Buenos días- dije sonriendo.

- Hola- dijo Rox.

- Buenos días- me dijo Wendy sonriendo.

Salí de mi habitación, pero antes cogí la llave. Empezamos a andar, sentía que algo iba mal. Rox estaba distinta, rara. A lo mejor eran cosas mías y decidí no preguntar. Llegamos a la cafetería, cogimos nuestras bandejas y pedimos lo de siempre, nos sentamos en una mesa. Y ya no pude más.

- Rox ¿te pasa algo conmigo?- pregunte.

- ¿Qué?- me miro.

- Qué si te pasa algo conmigo... Te noto rara.

- Oh, no, no me pasa nada.

- ¿Segura?

- Si- me sonrió falsamente.

Empezamos a desayunar, Wendy estaba a mi lado, así que la mire, ella me miro y yo mire de reojo a Roxana. Wendy entendió lo que quería peguntarle y se encogió de brazos.

- ¿Otra vez con secretitos?- pregunto Roxana en un tono demasiado serio.

- ¿Qué?- la mire asustada.

- No te hagas la tonta ___... Pero decírmelo, así me voy de la mesa y podéis hablar tranquila.

- Yo... Yo solo le pregunte que qué te pasaba.

- No es solo hoy ___, ayer... No me dijiste nada a mí, pero seguro que se lo dijiste a ella. Y tú, Wen, seguro que le contaste a ella porque estuviste mal estos días atrás. ¿Y a mí qué? ¿No me decís nada? Pues perfecto.- se levantó de la mesa- Creía que éramos amigas...- miro a Wendy- Pero ya veo que no.

Se fue de la mesa, Wen y yo la miramos. Ella dejo la bandeja sonoramente y después se fue corriendo de la cafetería. Mire de nuevo a Wendy, ella tenía los ojos rojos y una fina capa cristalina.

- Oh, no, Wen... Todo es por mi culpa- la abrace.

Ella empezó a gimotear. La abrace más fuerte.

- Ella tiene razón, nuestra amistad se ha enfriado, pero... pero yo la sigo queriendo. No quiero que dejemos de ser amigas.

- Y no vais a dejar de serlo, tú tranquila.

La seguí abrazando hasta que estuvo mejor y terminamos de desayunar.

Desayunamos lo que pudimos y dejamos la bandeja, fuimos a su habitación y hablamos de cosas tontas. Le hable de lo que yo iba a hacer esta tarde y me dio su opinión, me dijo que estaba bien, que hiciera lo que me dijera el corazón. Luego fuimos a comer, yo no tenía apetito ya que estaba nerviosa por la tarde... tenía un nudo en el estómago. Me comí una manzana y espere a que Wen terminara de comer, luego la acompañe hasta su habitación, le di un gran abrazo y me fui a la mía.

Empecé a sacarlo todo de mi armario ¿desde cuándo me importaba tanto la ropa? Me deje los tejanos que llevaba, me puse una camisa de cuadros rojos y negros y me puse mis converse rojas. Me deje mi melena castaña suelta. Me mire en el espejo... Iba más o menos bien. Mire el reloj, eran las tres y medía así que cogí mi llave y fui hacia el ala de los chicos.

Ya estaba empezando a pensar que le iba a decir a Yayo. Sera algo como "Pues Yayo... que me gustas" y él me mandara a la mierda. Me frote la frente, las manos me temblaban. Llegue a la residencia de los chicos. Estaba la puerta abierta y dentro había chicas y chicos, así que entre y me apoye en la pared, justo delante de mí estaba el ascensor y las escaleras. Mire el rejo, eran las menos veinte, faltaban cinco minutos... Estaba todavía más nerviosa. Mire a todos los lados y no estaba Yayo. Mire hacia el ascensor, se abrieron las puertas y salió un chico, mire y era... Nathan. Oh, no. Él me miro sorprendido y vino hacia mí.

- ¡Eh! ¿No quedamos en tu residencia?- pregunto y se rasco la nuca.

- Eh...- mire a todos los lados y me despego de la pared- Si, si... Te quería dar una sorpresa- sonrío.

- Pues me encanta la sorpresa- me miro a los ojos.

Yo lo mire y me perdí en sus ojos marrones, tan perfectos, se acerca a mí lentamente. Pone sus manos en mi cintura y cuando tuerce la cabeza para besarme, deja a la vista la escalera, me parece ver a Yayo, pestañeo y ya no está... Eran cosas mías. Ahora Nathan está más cerca, roza su nariz con la mía. ¿Me besara? ¿Se lo impediré? Nathan tuerce la cabeza y la pega en mi oído.

- Seré un caballero, no te volveré a besar hasta que no me lo pidas- dice y me besa el cuello.

Reí tontamente, Nathan se aleja de mí. Aprovecho y miro la escalera, nada, ni rastro de Yayo. Suspiro.

- ¿Qué te pasa?- me pregunta Nathan.

- Nada, nada- digo con mi sonrisa más convincente- ¿Nos vamos?

- -Nathan me sonríe y me coge de la mano- Vamos.

Aprovecho que Nathan está mirando al frente y me toco el cuello, justo donde él me había besado. Siento unas cosquillas, sí, pero menos que con Yayo. Nathan me aprieta la mano, siento cosquillas, pero menos que con Yayo. Pero es normal... Yayo es Yayo, no se puede comparar.

- ¿Qué vamos a hacer?- me pregunta.

- Sorpréndeme- le digo sonriendo.

- Vamos al mini-cine.- me suelta la mano y me coge de los hombros.

Me siento rara, un poco incomoda, pero a la vez cómoda, me relajo, Yayo me dio plantón, que se joda. Vamos al mini-cine, cogemos una película de miedo y compramos palomitas, mejor dicho, él las compra, todo un caballero.

NARRA YAYO.

¿Quién era ese chico? Cierro con un portazo la puerta de mi habitación. Hago de mis manos un puño, las manos se me empiezan a poner rojas. Empiezo a respirar fuertemente. Se estaban besando, los vi. Pego una patada al primer mueble que pillo. ¿Para eso quería que quedáramos? ¿Para qué viera como se besa con otro? Pego un chillido, cojo la lámpara del escritorio y la estampo contra el suelo.

Me siento en la cama con la cabeza agachada, intento volver a respirar bien. ¿Por qué me pasa esto? Aprieto mi mano, cierro los ojos y en mi mente me viene su cara... el día de anteayer, fue perfecto. ¿Pero qué digo? ¿Yayo qué te pasa? Cierro los ojos y suspiro, pero imposible, cada vez que cierro los ojos veo su cara. Recuerdo la noche... sus gemidos, su cuerpo. Como pille a ese chico... ¿Estoy celoso? No, no, perdona. La palabra celoso no está en el diccionario de Yayo. Pero esto no queda aquí, oh, no, claro que no.


Esto se pone bueno 7u7 

SALSEO! xD 

Besos donde no les da la luz *u*


Mundos Opuestos (YayoGutierrez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora