El Último Rugido de Dragón

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Era por la mañana y Natsu y Lucy se dirigían al gremio cogidos de la mano. Todos sus compañeros les estarían esperando en el gremio. Tenían que anunciar su nueva relación. Tanto Lucy como Natsu se sentían más felices que nunca pero a Lucy le vino a la cabeza el doloroso recuerdo del repentino desmayo de Natsu. Le miró con cara de preocupación y el Dragon Slayer de Fuego lo notó.

- ¿Te ocurre algo Lucy?

- Lo cierto... es que me preocupa la herida de tu brazo.

Natsu se miro el brazo donde el murcielago le mordió, que aun seguía vendada.

- Estoy seguro de que no es nada. - le afirmó alegremente el mago de fuego.

Natsu era así de despreocupado pero Lucy pudo ver una fugaz mirada de preocupación en su novio. Por un momento, pensó en seguir hablando del tema pero el grito de una niña les llamó la atención.

Natsu se marchó corriendo hacia el callejón por donde vino el grito y Lucy le siguió por detras.

- ¡Vamos niña! ¡Pierdete! - grito el hombre que parecía ser el lider del grupo de ocho hombres incluyendole a él.

- ¡Por favor, dejen a mi hija! - la madre de la niña intentaba alcanzarla pero le era imposible con un par de hombres musculosos que le cortaban el paso.

- Si quieres que tu hija esté a salvo, tendras que venir con nosotros. - el hombre se rió de forma maligna.

- ¡APARTATE IMBECIL! ¡DEJALAS! - Natsu apareció por los aires y consiguió darle al jefe una patada en el estomago haciendo que despegara por los aires.

- ¿Quien es ese tipo? - preguntó uno de los hombres.

- Soy Natsu Dragneel un mago de Fairy Tail y Dragon Slayer de Fuego. Y el quien se meta con nosotros no sale vivo de aqui. - dijo con una mirada furiosa.

En ese momento Lucy apareció por detras y gracias a los hoyos de Virgo, los bandidos cayeron.

- ¡Cariño! - la madre salió corriendo a abrazar a su hijo.

- ¡Mami! - gritó la niña con lagrimas en los ojos.

- ¿Estais bien? - les preguntó Lucy. - Os llevaré a un lugar seguro.

- Muchas gracias. - dijo la mujer más tranquila.

Lucy dió la vuelta un momento y le avisó a Natsu.

- Natsu voy a ponerlas a salvo en su casa. Ten cuidado y suerte.

- No me hace falta Lucy. - dijo Natsu viendo como el lider al quien golpeó antes se dirigia corriendo hacia él dispuesto a atacar. - Yo puedo con éste. Vete y tened cuidado. - le dijo por último.

Lucy asintió y se marchó con las chicas a su hogar que esta a la vuelta de la esquina.

- ¿Qué? ¿Quieres luchar? - le alentaba Natsu.

- ¡Equipo, salid! - ordenó al aire. Entonces los soldados que fueron vencidos por Virgo, salueron de su trampa con magía levitadora.

- Vaya... asi que son magos. ¡Estoy que ardo!

Y así, los bandidos y Natsu empezaron el combate.

Natsu atacó para empezar con una patada del dragón de fuego hacía el lider que lo esquivó equilibrandose encima de la pierna del joven mago pero él en un rápido movimiento dio un impulso con esa pierna y lo mandó al cielo.

Mientras el enemigo estaba por los aires, Natsu aprovechó para golpear las cabezas de otros dos enemigos entre sí y luego saltó a por el de arriba. Al alcanzarlo le dió un puñetazo de fuego y a continuación una bola de fuego del dragon de fuego.

Una vez que aterrizó en el suelo, quedando inconsciente, Natsu fue a por los otros cinco que le faltaban.

Acabó con ellos en menos de un minuto pero entonces vio de nuevo al jefe levantarse del suelo, con gesto amenazante.

- ¡Maldito mocoso! ¡Me las vas a pagar!

- ¿No me digas? Ven y pelea.

Natsu se lanzó al ataque encenduendo su mano con fuego. El bandido hizo lo mismo pero rodeando su puño en sombras. Colapsaron y un gran humo negro se extendió en la calle. Natsu sin perder tiempo, lanzó un rugido de dragón al mago y chocó contra la pared.

- Vamos a acabar con es...

De repente, Natsu empezó a sentirse mal. Muy mal.

Cayó al suelo con la mirada nublada y el cuerpo pesado como la piedra. Empezó a sudar y su respiración se volvió acelerada.

Sin darse cuenta, el mago bandido estaba a escasos metros del joven mago habatido. Lo golpeó varias veces dejandole moratones y provocando que las antiguas heridas se abriesen. Se sentía tan furioso e impotente... le daba tanta rabia no poder darle su merecido.

- No me importa quien seas estúpido mocoso. Acabaré con tu vida como e hecho con todo aquel que se atrevió a golpearme. ¡MUERE! - y lanzó un conjuro en el que aparecían flechas de sombra negras.

Natsu ni siquiera pudo escucharlo. Sus sentidos,sus poderes, todo parecía desvanecerse. No se enteró de nada hasta que notó unas manos que le acariciaban por su rostro y un ligero olor a vainilla.

Empezó a oir mejor y ver mejor y lo que pudo contemplar no era un hechizo mortal sino una persona llena de amor y preocupación.

Lucy seguía zarandeando suavemente a Natsu pero con energia. Estaba llorando. A Natsu no le gustaba verla llorar.

- ¡Natsu! ¡Natsu!

- Lu... Lucy...

- Es la herida... es por el mordisco del murcielago no hay duda. Tu herida esta peor. Parece veneno.

- ¿Veneno?

Natsu se miró el mordisco del brazo y vio que estaba morado casi negro. Tenía muy mala pinta.

- No podemos ir al gremio con este tio atacandonos. Y lo peor es que no tenemos a Happy para avisar a los demás.

Natsu intrntaba escucharla pero estaba perdiendo la consciencia. De repente Lucy se levantó pero Natsu la agarró por la muñeca impidiendo que se marchara.

- Tengo que luchar contra él.

- No... no Lucy, no lo hagas...

- Tengo que hacerlo Natsu. Para poder llevarte al gremio a que te curen. - Lucy apartaba la mirada para no mirarle a los ojos.

- No por favor... es muy fuerte... no me queda... tiem...

- ¡No lo digas! ¡NI SE TE OCURRA DECIRLO!

- ¡ENTONCES MIRAME LUCY! ¡MIRAME!

Natsu tiró de la muñeca de Lucy y cayó encima suyo haciendo que se besaran.

Sintieron las lagrimas de cada uno en sus labios. Cuando se separaron, Natsu dijo algo que a Lucy le fue imposible oir. Fue cuando todo quedó en silencio, por unos segundos... y todo lo demás, se inmovilizó.

Finalmente, Lucy salió del callejón y se mostro firme ante el enemigo.

Pelearon durante un rato hasta que Lucy fue impactada por uno de los hechizos del bandido que hizo que le doliera el estomago. Se le quedó un gran moratón. El bandido volvió a conjurar un hechizo, que parecía ser el golpe de gracia. Lucy se quedó aterrorizada y muerta de miedo vio como iba a impactar contra ella, pero...

Hola chicooooos!!!! Os echaba de meeeeenooooos. Como me esta costando ultimamente en escribir, pero bueno lo mejor del cole es que tengo mucho tiempo para pensar en historias nuevas. Os encantaría.

Bueno pues aqui me despido y os espero en el siguiente capiiii. Chaooooooo!!!!

Nalu: Te Protegeré con mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora