Parte II: ¿Un beso?.

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Alec ya tenía un buen rato metido en su habitación, aún no se le quitaba esa sonrisa de bobo nervioso, pero ahora estaba más concentrado; buscaba un cuchillo serafín, algo de ropa, su uniforme de cazador y utensilios de uso personal, todo para colocarlo en una bolsa de lona oscura. Se preparaba para ir con el brujo, no sabía mucho de el, solo lo suficiente, como su nombre y que tenía información sobre Camille.

El agua caliente corría por los no tan marcados músculos del brujo, su piel un tanto bronceada estaba cubierta por un suave jabón con aroma a sándalo que corría por su cuerpo desnudo. Sus ojos de gato brillaban bajo el agua y tenían una mirada perdida como si mirara algo muy lejano... mientras sus músculos se relajaban cada vez más con el agua, su mente estaba perdida en los ojos azules que no había podido apartar de su mente pero era más que unos hermosos ojos, -pensó el brujo-... ¿Era su cabello negro? ¿Sus facciones? o quizá su inocencia, Magnus no sabía por que no dejaba de pensar en el chico.

Alec estaba listo para bañarse, solo eso le faltaba para estar completamente preparado para el viaje. En aquel edificio de Idris se solía alojar muchos huéspedes, por lo que en las mañanas era muy difícil encontrarse con una ducha desocupada, cuando por fin encontró una puerta sin llave, Alec entró sin fijarse, llevaba solo una toalla que le cubría la mitad del cuerpo y algunas otras cosas como jabón y shampoo. Dejo caer la toalla al piso y abrió de par en par las puertas que daban directamente a la ducha, para su sorpresa no estaba solo en aquel cuarto de baño.

El brujo estaba de espaldas a Alec, cuando vio que se abrieron las puertas giro de inmediato para ver de quien se trataba.

-¡Ah! eres tu Alec... si necesitas bañarte, que me parece que así es, puedes entrar, tengo shampoo de sándalo por si quieres usarlo.- El brujo trató de emplear un tono de voz completamente neutral y solo miró a Alec a los ojos, como lo haría cualquier otro hombre en una situación parecida.

Alec sabía que sería tonto irse, ya que para los hombres es normal andar desnudos por ahí, compartir el baño he incluso orinar juntos, también pensó que si se marchaba o ponía nervioso, aquel hombre de ojos felinos se daría cuenta de inmediato de sus gustos, nadie los conocía excepto por Isabelle, su hermana, así que el brujo no tenía por que enterarse y menos en aquella situación tan bochornosa.

-Claro, no sabía que estabas aquí... da igual... traigo mi propio shampoo, gracias.- Alec trato de no mirar al brujo y lo hizo bastante bien hasta el momento.

- Es una lastima, el sándalo huele maravilloso.- El brujo formaba una espesa espuma blanca en su cabello, mientras que Alec se encontraba ya debajo del agua, tenía los ojos cerrados a lo que Magnus aprovecho para observar las diversas runas que cubrían el cuerpo de Alec. - Es hermoso, pensaba el brujo mientras estudiaba sus runas, sintió que quería abrazarle y besarle suavemente, pero era algo arriesgado, aunque Magnus se imaginaba que a Alec tal vez le gustaría había una enorme probabilidad de que no fuera así. Decidió no hacerlo.

-¿Qué miras?- dijo Alec, quien sorprendió a Magnus mirándolo, el brujo no se sonrojaba fácilmente, de hecho no recordaba haberlo hecho nunca y ese momento no fue la excepción. Su rostro era sereno y sonrío levemente... dijo por fin:

- Las runas y a ti, pero más a ti ¡Eh! digo a las runas... claro- A Magnus le gustaba ver a Alec nervioso y consiguió verlo de nuevo. Los ojos de gato del brujo se posaban sobre los ojos azules como cielo y océano juntos .

Alec fingió que no lo escucho y termino pronto de bañarse para luego salir cubierto de nuevo con la toalla que lo había cubierto al principio.

Magnus estaba decepcionado, creyó que sería más fácil que Alec entrara en confianza suficiente como para robarle un beso... aunque fuera pequeño, pero no fue así, el brujo sabía que los cazadores de sombras no aceptaban del todo las relaciones homosexuales, además no contaba con la certeza de que Alec fuese homosexual, aunque se le notara, podría ser solo su manera de ser.

-¡Alec! Te voy a extrañar mucho.- decía Izzy - No olvides llamarme cuando llegues y recuerda que es un brujo, hijo de Lilith podría tener algunas mañas.

- Haré que no escuche eso Isabelle Lightwood- Magnus llevaba un elegante traje con un largo abrigo negro que dejaba ver una corbata que hacia juego con sus ojos, todo en el era elegancia, a diferencia de Alec que llevaba como de costumbre sus peores ropas, pero que por su belleza no le quedaban nada mal.

Un carruaje con dos majestuosos caballos negros esperaba en la calle principal de Idris, Magnus se adelanto y fue seguido por Alec, el dejaba atrás a Jace he Isabelle con quienes siempre había estado, se sentía profundamente solo a pesar de tener al brujo a la par, el le decía de lo maravilloso que era su apartamento y las buenas fiestas que daba, pero notó nostalgia en el rostro de Alec y se sintió mal, después de todo no se conocían y aún así debían convivir solo por que el no quería hablar de inmediato sobre Camille con la Clave.

-No te preocupes Alec, terminará pronto- Y sin quererlo, los labios de Magnus ya se encontraban sobre la mejilla de Alec. Fue un beso muy tierno he inocente, el gran brujo de Brooklyn, quién nunca se había sonrojado, ahora lo estaba y sentía mucha vergüenza por su atrevimiento.

Para sorpresa del brujo, Alec se había vuelto hacia el mirándolo fijamente y le dijo con voz tímida:

-Nunca me habían besado... Tú... ¿Quieres besarme en la boca?


MALEC (Enamorado de mi prisionero.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora