Capítulo 27

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Los llamados de Jessy me despertaron.

-Ya llegamos-. Me dijo al fin que abrí lo ojos.

Nos dieron nuestras maletas, caminamos hacía donde supusimos era la salida. Al final de unas escaleras habían muchas personas con carteles que decían nombres, en uno de ellos estaba el mió, lo sostenía un muchacho de cabello moreno y alto. Nos dirigimos a él.

-Hola-. Dije algo tímida.

-¿Angélica?-. Yo asentí. -Hola, soy Roberto...tu primo es el que debería de estar aquí pero no sé que cosa tenía que hacer y me mando a mi, espero no te moleste-.

Lo miré dudosa, era un desconocido y no iba a confiar en él tan fácilmente. En ese momento sonó mi celular, era mi abuela.

-¿Hola?-.

-Hija, me acaba de decir tu socarrón primo que mando a su amigo Roberto, espero que lo puedas reconocer es un muchacho...-.

Iba a empezar a describirlo pero la detuve diciendole que ya lo había localizado. Colgué.

-Bien, vamos Roberto-.

-Dejenme eso y Siganme-. Nos quitó las maletas y caminó rápidamente.

Jessy y yo nos quedamos un poco atrás y aprovechamos para hablar.

-Esta muy mono este tipo eh-. Dijo dandome codazos.

-Sin duda-. Nos unimos en unas alegres risas.

Y efectivamente era un muchacho muy guapo, se notaba que hacía deporte y sus ojos eran cafés claro, muy bonito.

Cuando estabamos en el auto nos sentamos en silencio. Ya cuando tomamos la carretera Roberto empezó a hablar.

-Quedan tres horas muchachas, asi que pónganse comodas-.

-¿tres horas?-.

-Si, estamos en Monterrey, el pueblo mágico esta un poco lejos, pero si tomamos autopistas llegaremos antes-.

-Ok-.

Me recargue en el hombro de mi mejor amiga y cerre lo ojos.

-Puedes poner música-. Pidió Jessy a Roberto.

-Claro-. Y lo hizo.

Nuevamente Jessy me despertó.

-¿Ya llegamos?-. Pregunté.

-No, llegamos a una tienda, un oxxo creó, que si quieres algo dice Robert-.

-¿Robert?-. Dijé burlona.

-Es un tipo genial-.

-Ay Jessy-.

Bajé del auto algo adormilada aún y entramos a supuesto oxxo, compramos algunas cosas y seguimos.
Después de una hora llegamos al fin. Una carretera algo bachosa nos dio la bienvenida junto a un anunció de decía bienvenidos a Parras. Una especie de esculturas con fuente, una fábrica de mezclilla y la prepa llamada CBTA. Todo era nuevo para Jessy y para mí.

-Ahí podrían estudiar usteses- Dijo Roberto señalando la preparatoria.

-¿Cuantos años tienes?-. Le pregunté.

-20-.

-Ah-

Llegamos a lo que supuse era la casa de la abuela Rosy. Era grande, dos pisos, color morada y con un porton negro y había muchas masetas.
Apenas abrí la puerta del coche y ella salió junto a un monton de niños corriendo a su lado. Bajé tan rápido como pude a abrazarla.

-Angélica, estas tan grande-.

Estaba tan feliz por verla.

-Vengan...entren. Ya Roberto se encargará de sus maletas-.

Miré a Roberto y él solo asintió. Es buen chico.

Entramos a la casa y nos sentamos en la sala, se sentía tan bien, se sentía un hogar.

Platicamos por horas, nos dijo cual sería nuestro cuarto. Llegaron muchos primos y mis tios; con todos platiqué, me preguntaban por José y por mi madre. Se hizo tarde, cenamos en familia y después nos dimos un baño Jessy y yo, para luego ir a dormir muy cansadas por el viaje, tantas preguntas y tanta platica.

Vaquera enamorada.(sin editar)Where stories live. Discover now