Entiende que te amo (Lily y James)

Casa de los Potter (segunda parte)

*Narra Lily*

Las chicas y los chicos entraron a sus respectivas habitaciones excepto yo, que me quede parada frente la habitación de Potter. Me llamaba la curiosidad saber que había detrás de la puerta. Acerque mi mano a la manija, pero algo me interrumpió.

-No puedo creerlo, la Prefecta Perfecta está rompiendo las reglas- dijo una voz con ironía.

Me di vuelta rápido. Pero cuando lo hice, vi a Potter de brazos cruzados.

-El que rompe las reglas siempre, eres tú- le respondí con voz firme.

-Pero está vez has sido tú- me miro directo a los ojos- tú eres la que estuvo a punto de entrar a mi habitación, cuando dije claramente que nadie puede entrar.

Abrí la boca para responder, pero la cerré en seguida. Aunque no me guste admitirlo, Potter tenía razón. Como no supe que decir, lo fulmine con la mirada, pero él me miraba como diciéndome: "te he dejado con la boca cerrada".

-Mejor me voy a dormir- le dije, pero no pude marcharme, ya que me tomo del brazo suavemente y me susurro en el oído.

-Gracias por haber venido, peli- me soltó y se fue a la habitación que compartía con los chicos.

Sentí como un escalofrió recorría mi cuerpo. Era una sensación extraña...

Me puse las manos en la cara y me dije a mi misma:

-Lily... a ti NO te gusta Potter.

Me dirigí a la habitación que iba a compartir con las chicas. En la habitación había tres camas, cada una tenía su velador. Las paredes eran de un color rojo tan lindo que me recordó a la sala común de Gryffindor.

-Lily- dijo Marlene sacándome de mis pensamientos- es esa tu cama- apunando la cama que estaba al final de la habitación, junto a la ventana.

Me acerque a la cama. Al lado de la cama estaba mi maleta con mis cosas. Abrí la maleta para sacar mi pijama. Era una polera blanca que tenía un gatito durmiendo, y unos shorts de tela roja.

-Buenas noches- dijo Marlene.

-Buenas noches- contestamos Alice y yo mientras apagaba la luz.

Me acosté, intente quedarme dormida pero no pude. Cerré los ojos, pero seguía sin poder quedarme dormida. Conté ovejitas, y tampoco funciono. Entonces decidí ir a la cocina por un vaso de agua. Me pare despacio de mi cama para no despertar a las chicas, salí de la habitación sigilosamente, para no provocar ruido.

Cuando llegué a la cocina, no podía creer lo que veía. Era una persona desnuda (a excepción de que lo único que traía eran calzoncillos), alto y musculoso, pero no eran músculos exagerados. Enseguida me di cuenta quien era, ¡pero que guapo y sexi se veía!

No, no, no, Lily no, a ti no te parece guapo ese engreído y mucho menos sexi...

A quien quiero engañar, está muy bueno...

Estaba tomando cerveza de mantequilla, además estaba dado vuelta, provocando que no notara mi presencia, o eso creía.

-¿Te gusta lo que ves, peli?- me pregunto, dándose vuelta con botella en mano.

- S-si...-dije por lo bajo- No... por supuesto que no- me corregí.

-A mí se me hace que por supuesto que sí.

-La verdad es que no estás tan mal- dije sonrojándome por completo.

-Todo esto es tuyo- dijo tocándose suavemente el abdomen.

No sabía que decir. Estaba muy roja, nunca en mi vida había estado tan sonrojada.

-Solo vengo por un vaso de agua- dije en un susurro, tome el vaso, pero no pude irme. Unos brazos rodearon mi cintura fuertemente.

-Te odio, Potter- le dije casi sin voz.

-Yo te amo, Lily- me susurro en el oído, dándome un beso en la mejilla, me soltó y se fue.

Me quede varios segundos parada un buen momento sin hacer nada, pero cuando reaccione, me dirigí directo a mi habitación, me tome el vaso de agua e intente dormir. Pero no pude, en mi cabeza solo estaba la imagen del cuerpo desnudo de Potter.

Después de un rato, con esa imagen en mi cabeza, me quede dormida.

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